Omán destinará por primera vez un impuesto del valor añadido (IVA) del 5% como consecuencia del impacto económico generado por la COVID y la caída de los precios del petróleo. De acuerdo con la agencia oficial ONA, esta nueva medida tratará de mitigar el impacto económico que está generando la pandemia en el país.
Según el jefe de la Autoridad Tributaria de Omán, Saud Bin Nasser al Shukaily, se espera que el impuesto consiga recaudar “400 millones riales omaníes al año”, lo que equivaldría unos 1.041 millones de dólares y supondría el 1.5% del valor del Producto Interior Bruto del Sultanato.
Al-Shukaily aseguró que este impuesto no se aplicará en más de 93 productos básicos, medicinas y servicios educativos, por lo que “el impacto será mínimo sobre el consumidor”.
Omán se convierte así en el cuarto país del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) en implantar el IVA, seguido de Emiratos Árabes, Baréin y Arabia Saudí.
El impacto de la pandemia en las economías del CCG y la caída de los precios del petróleo han obligado a los países miembros a implantar medidas económicas de austeridad, recortes de gastos y aumento de impuestos. En Arabia Saudí el IVA se ha triplicado hasta un 300% como fuente alternativa de ingresos consiguiendo de esta forma reducir su dependencia del crudo y asegurarse entradas adicionales.

La dependencia económica en el petróleo que presentan los países del Golfo como principales exportadores de crudo del planeta, les ha permitido desarrollarse a escala global y construir una fuerte base de reservas. Sin embargo, esta sujeción al crudo ha obligado a los Estados del Golfo a buscar fuentes alternativas de ingresos ya que les hace ser vulnerables a las fluctuaciones del precio del mismo.
La pandemia ha generado grandes impactos en el precio del petróleo suponiendo grandes déficits estatales que amenazan la estructura del Estado y su estabilidad política. Los principales objetivos de Omán, establecidos en su Estrategia de Desarrollo a Largo Plazo, consisten en ir reduciendo esta dependencia y promover el crecimiento, diversificar el producto y las exportaciones al margen del petróleo junto con la creación de oportunidades de empleo.
Del mismo modo, Omán sigue promoviendo la inversión extranjera como medida a implementar para el desarrollo de las infraestructuras y la formación de un ambiente favorable para los negocios, lo que generaría competencia entre los estados miembros del GCC.