Julián González/CapitalMadrid.com
Pie de foto: Ignacio Sánchez Galán. La apuesta en redes y renovables aumentará el resultado y el dividendo. EEUU, Reino Unido, España, Portugal, Brasil y México serán los principales países de expansión.
Los analistas respaldan el plan de inversión que Iberdrola se ha marcado para los próximos cinco años -24.000 millones de euros-, con un nivel de riesgos que ven asumible y una política de dividendos por encima de algunas utilities. El banco de inversión UBS considera que el impulso en redes y renovables debería permitir a la eléctrica aumentar su resultados y ampliar el dividendo. Otros, como BBVA, califican el plan de ambicioso pero creíble. Y los más optimistas, como Merril Lynch, sitúan el precio objetivo de la acción en 7,1 euros.
El presidente de la eléctrica, Ignacio Sánchez Galán, presentó la pasada semana en la City londinense el plan de expansión de la empresa en el que se prevé lograr un crecimiento medio anual en sus resultados de un 6% y mejorar la retribución al accionista, en línea con los beneficios previstos. EEUU, Reino Unido, España, Portugal, México y Brasil serán los principales países donde la eléctrica centrará toda su artillería para alcanzar los objetivos marcados hasta 2020.
El plan marcado por el equipo gestor es seguir reforzando el balance y mejorar los ratios financieros. En concreto, se prevé que para 2018 la relación entre la deuda neta y el Ebitda (beneficio bruto de explotación) y entre los fondos generados en operaciones (FFO) y la deuda neta, se sitúen como máximo 3,6 veces y, como mínimo, el 22%, respectivamente. Para 2020, se espera llegar a que el primero de los ratios sea 3,1 veces.
En estas perspectivas se han basado la mayoría de los analistas para certificar, como hace JP Morgan en su informe, que Iberdrola ofrece la mejor propuesta de “bajo riesgo” entre las utilities integradas europeas. El analista subraya que, con una rentabilidad del dividendo del 4,8% -con base 2015-, con un crecimiento anual del 6% en los beneficios y retribución en amento hasta 2020, ven a la eléctrica como una atractiva propuesta de inversión.
En línea con el planteamiento que hace Merrill Lynch, JP Morgan entiende que el balance de Iberdrola permitirá captar nuevas oportunidades adicionales de crecimiento. Entre las oportunidades que se abren para la compañía, destaca la debilidad del tipo de cambio que actualmente afronta la libra esterlina en Reino Unido y los riesgos a la baja también que presenta el real brasileño.
Por su parte, UBS se mantiene neutral al considerar que, aunque la eléctrica tiene un futuro “brillante” por delante, éste ya está recogido en el precio. “El impulso de las inversiones en renovables y redes debería permitir a Iberdrola ofrecer un aumento de resultados y de dividendos y mantener un círculo virtuoso de más inversiones, más cash-flow y más habilidad para invertir”, destaca.
Como primer paso de la tendencia al alza en la retribución al accionista, se espera que la remuneración correspondiente al ejercicio 2015 se sitúe en, al menos, 0,28 euros brutos por acción, importe un 4% superior a los 0,27 euros de los años precedentes. La eléctrica propondrá a la Junta que se celebrará el próximo 8 de abril una reducción de un máximo del 2,46% del capital social, con el objetivo de evitar el efecto dilutivo de Iberdrola Dividendo Flexible y mantener el beneficio por acción.
Morgan Stlanley considera que el plan de negocio de Iberdrola no presenta muchas sorpresas. En este sentido, estima que la exposición a las commodities está por debajo de la de sus competidores. “La compañía tiene margen en su balance para dar un paso adelante y cumplir sus objetivos de resultados”.
El banco Credit Suisse valora positivamente el hecho de incrementar el dividendo, precisamente en un momento en el que algunas eléctricas del sector, competidoras de Iberdrola, como la alemana RWE, ha suspendido su dividendo, y otras lo han congelado. “Creemos que el nuevo plan confirma que Iberdrola será capaz de ofrecer un crecimiento por encima de la media del sector en los próximos años”, subraya el informe que hace sobre la compañía.
Por su lado, el BBVA hace hincapié también en lo ambicioso del plan marcado hasta 2020, “ambicioso, pero creíble”, e “implica un crecimiento mayor de los esperado”, subraya. “No muchas utilities pueden ofrecer esta combinación de crecimiento a largo plazo”. Sobre el dividendo, señala que ofrece una remuneración “atractiva” al accionista, “sostenible” y “en aumento”.
El analista de N+1 reitera su visión positiva de la eléctrica, ya que piensa que el nuevo plan convertirá a Iberdrola en una compañía más regulada y con una exposición más equilibrada a los tres mercados principales: España, Reino Unidos y Estados Unidos. Además, hace especial referencia al crecimiento potencial en energías renovables, con un nivel de apalancamiento de deuda razonable.
La empresa de servicios financieros Kepler Cheuvreux subraya igualmente que el plan marcado de la eléctrica a cinco años tiene sentido, ya que piensa que es un plazo más largo de lo habitual, lo que pone de manifiesto la confianza del equipo gestor.
Valora positivamente la cifra de inversiones de 24.000 millones de euros, su foco de actividades reguladas con contratos a largo plazo y su apuesta por mercados maduros como EEUU y Reino Unido. No obstante, rebaja el precio objetivo de Iberdrola de 6,40 euros a 6,10 euros, debido a una libra más débil. El riesgo político que vive España influye también en la compañía, ante la posibilidad, según el analista, de que se forme un Gobierno que adopte “iniciativas populistas”.
Distribución de las inversiones
De los 24.000 millones de euros previstos en inversiones, el 46% de las mismas se van a destinar a los negocios en redes, un 33% a renovables y un 9% a generación regulada. Estas tres actividades aportarán el 81% del Ebitda al final de 2020. Según señala la compañía, el 90% de las inversiones -unos 22.000 millones de euros- corresponden a proyectos ya comprometidos, y de los que cerca de un 60% se encuentran en construcción.
El 43% de las inversiones se realizará en dólares, el 35% en libras, el 20% en euros, y el 2% restante en otras divisas. Esto quiere decir, que la mayor parte del pastel se la llevará Estados Unidos, en segundo lugar será Reino Unido y, tercero, España y Portugal, básicamente.
Iberdrola prevé que, tras la culminación del plan inversor en 2020, el 81% de su beneficio bruto de explotación (Ebitda) proceda de negocios regulados o con contratos a largo plazo, frente al 75% actual, y que más del 60% del total se genera ya para ese año en dólares y en libras. La eléctrica tiene previsto que el crecimiento medio anual de sus resultados hasta 2020 sea del 6%, tanto en Ebitda como en beneficio neto.