Emiratos sufre una decepción con Rashid y una satisfacción con Sultán al-Neyadi
Los ciudadanos y las autoridades de Emiratos han pasado en poco menos de 72 horas de un estado de ánimo de frustración a otra de gran satisfacción.
De comprobar cómo quedaba en nada el intento del vehículo Rashid de posarse en la Luna a media tarde del 25 de abril, los habitantes del rico país del Golfo han podido ver a través de sus dispositivos móviles y pantallas de televisión cómo un militar emiratí salía de la Estación Espacial Internacional (ISS) el 28 de abril y se convertía el primer ciudadano de un país árabe en sentir el vacío y observar la Tierra bajo sus pies.
Y es que el segundo astronauta profesional de Emiratos, Sultán al-Neyadi, es el único árabe que ha protagonizado una misión de mantenimiento en el exterior de la ISS. Es lo que se conoce como una actividad extra vehicular o EVA, acrónimo del inglés ExtraVehicular Activity.
A bordo de la ISS desde el 3 de marzo para cumplir una estancia de seis meses como miembro de la expedición 69, el emiratí va a cumplir la primera misión espacial de larga duración que los países socios del complejo orbital permiten a un ciudadano árabe.
Adiestrado por la NASA para cumplir misiones EVA, Sultán al-Neyadi y su compañero norteamericano Stephen Bowen recibieron una orden del Centro de Control de Houston (Texas) de salir al espacio exterior para ejecutar dos tareas en una misma caminata espacial.
Con el complejo orbital a 400 kilómetros de la Tierra, la primera labor consistía en colocar el cableado para instalar nuevos paneles solares desplegables en la estructura externa de la ISS y así aumentar su disponibilidad de energía eléctrica. La segunda en extraer la caja de equipos electrónicos ya degradados de una antena de comunicaciones en banda S que también estaba alojado en el exterior de la gran infraestructura espacial.
La NASA ha informado que el equipo de radiofrecuencia estaba instalado sin la previsión de que pudiera ser removido de su lugar. La situación obligó a Bowen a utilizar una taladradora inalámbrica para arrancar las sujeciones y a Al-Neyadi a emplear un martillo para forzar su extracción… pero no lo consiguieron a pesar de sus reiterados intentos.
Tras siete horas y un minuto flotando en el cosmos, ambos regresaron al interior de la ISS. Fue el paseo por el espacio número 261 desde que el soviético Alexei Leonov pasara a la historia el 18 de marzo de 1965 al salir de la capsula Voskhod 2 durante 12 minutos a una altura de 500 kilómetros sobre la Tierra.
En un mensaje vía Twitter, el jeque Mohamed bin Rashid, vicepresidente de Emiratos y gobernante de Dubái, ha recalcado que Sultán al-Neyadi es “el primer emiratí, el primer árabe y musulmán en caminar por el espacio exterior... orgulloso de eso”.
Tres días antes del episodio de Al-Neyadi, Emiratos había sufrido un varapalo en sus ambiciones espaciales. Estaba planeado que su pequeño vehículo de 10 kilos y cuatro ruedas de nombre Rashid rodara por la Luna para estudiar su orografía, geología y propiedades con sus cámaras de alta resolución. Debía descender del interior del módulo de superficie japonés Hakuto-R ‒que en la mitología japonesa significa conejo blanco‒, que había sido lanzado en diciembre desde Cabo Cañaveral (Florida) en un cohete Falcón 9.
Propiedad de la sociedad Ispace del millonario Takeshi Hakamada, Hakuto-R había descrito una trayectoria de 1,4 millones de kilómetros que le había llevado más allá de la Luna para luego entrar en la órbita lunar e intentar el descenso.
Pero la ambición se transformó en decepción el 26 de abril, la fecha en que Ispace decidió asaltar nuestro satélite natural. Durante la maniobra de descenso, cuando Hakuto-R se encontraba a menos de un centenar de metros y a escasos minutos de tocar el suelo, su sistema de control automático no logró reducir la velocidad hasta los límites programados ‒2,6 kilómetros por hora‒, se desestabilizó y los técnicos en tierra perdieron el contacto.
Tras verificar por telemetría que la astronave no respondía a las reiterados telecomandos enviados desde el centro de control de Tokio, Takeshi Hakamada confirmó ante los medios de comunicación en una lacónica rueda de prensa que “perdimos la comunicación, por lo que debemos considerar que no pudimos completar el descenso sobre la superficie de la Luna”.
Se sabe que Hakuto-R se estrelló a consecuencia de un “alunizaje brutal”, muy superior a la velocidad programada. La consecuencia del fracaso de Hakuto-R ha provocado que el país del Golfo no haya podido ver cumplido su sueño de emular a Estados Unidos, Rusia y China y ser el cuarto país en pisar el satélite natural de la Tierra.
Su incursión inaugural a la Luna ha quedado en nada, al igual que les ocurrió a las fallidas misiones Beresheet de Israel en abril de 2019 y Vikram de la India en septiembre del mismo año, está última con el rover Pragyan de 27 kilos. Pero el jeque Mohamed bin Rashid y el príncipe heredero de Dubái y presidente del Centro Espacial Mohamed Bin Rashid ya han anunciado la continuación del programa nacional de exploración lunar y el inmediato desarrollo del segundo vehículo tipo Rashid.
