GMV blinda los sistemas de navegación gubernamentales y militares de Galileo

Los ingenieros de la compañía tecnológica española GMV están en las etapas finales de completar una sofisticada familia de equipos electrónicos. Su función es la correcta recepción de las señales blindadas y aseguradas del sistema europeo de navegación y posicionamiento Galileo que están enrutadas hacia destinatarios que velan por los intereses públicos.
Las señales de posicionamiento de la constelación de satélites Galileo pueden llegar a alcanzar una precisión de “20 centimetros en horizontal y 40 en vertical”, lo que es “mucho mayor” que la que ofrece su equivalente norteamericano GPS, asegura la Unión Europea, propietaria de la red espacial. Así es que los tecnicos de GMV tratan de conseguir que las señales Galileo lleguen protegidas y cifradas a sus destinatarios oficiales y no puedan ser interferidas, degradadas o manipuladas.
GMV con un par de empresas españolas de alta tecnología ‒Indra y Tecnobit‒ trabajan juntas desde hace más de cuatro años en hacer realidad una nueva gama de receptores Galileo para ser utilizados en exclusiva con autorización gubernamental por instituciones, agencias y organizaciones nacionales e internacionales vinculadas con la seguridad, la defensa y la gestión de infraestructuras críticas.
La Unión Europea y la Agencia Espacial Europea (ESA), el socio tecnológico de Bruselas que ha hecho posible el desarrollo, despliegue y funcionamiento de Galileo, afirman que la red ya atiende “a más de 3.000 millones de usuarios en todo el planeta”. Pero lo que no advierten es que las señales Galileo de acceso abierto, libre y gratuito que reciben los teléfonos móviles inteligentes de uso particular tienen serias fragilidades.
Incluso presentan debilidades las modalidades Comercial y la dedicada a Aplicaciones Críticas, que incorporan un receptor con claves de acceso para poder utilizar una gran cantidad de aplicaciones de pago. Pero ni unas ni otras están encriptadas, lo que posibilita que hackers, delincuentes organizados y grupos terroristas puedan causar daños difícilmente reparables.

La solución: Galileo PRS
Las citadas amenazas no son admisibles cuando los gobiernos y los organismos internacionales emplean Galileo para mantener los servicios públicos y la Defensa Nacional está en juego. Mucho menos se puede aceptar cuando unidades militares de tierra, mar o aire están empeñadas en acciones de guerra.
En los casos antes bosquejados resulta imprescindible contar con un servicio de navegación, posicionamiento y sincronización “fiable, robusto y completamente seguro”, que, desde el punto de vista de un ingeniero de GMV, es lo que pueda representar la diferencia entre la vida y la muerte de los soldados empeñados en combate”.

Pero el problema está resuelto. Los padres fundadores que han diseñado la arquitectura y las bases técnicas de la constelación europea también han concebido el llamado Servicio Público Regulado o PRS, acrónimo del inglés Public Regulated Service.
Galileo PRS incorpora un conjunto de códigos de autenticación que detectar y evitar las interferencias e impedir suplantaciones de identidad. En paralelo, ofrecen las más altas condiciones de seguridad, precisión y disponibilidad, ya que los satélites emitir sus señales PRS en dos frecuencias.
¿Cuál es el estado del modo PRS de Galileo? ¿Ya está en pleno funcionamiento? Los funcionarios de la Unión Europea están preparando que el servicio PRS entre en servicio a lo largo de 2024. Las 28 plataformas espaciales Galileo que están en órbita ya llevan incorporados los emisores PRS y la red terrestre responsable de la distribución de claves ya está desplegada.

En la senda final
En España, la Dirección General de Armamento y Material del Ministerio de Defensa lidera la implantación nacional de Galileo PRS, cuyo eslabón clave es disponer de un receptor “made in Spain” bautizado “Presence”. Los suministradores son el consorcio formado por GMV ‒que es responsable del procesado de las señales y la navegación en el receptor‒, con la contribución de Indra, que ha desarrollado la antena electrónica de haces conformados que mitigan las posibles interferencias, y Tecnobit, que aporta el módulo de seguridad PRS con sus sistemas de cifrado.

Los demostradores de “Presence” ya han sido avaluados en diferentes situaciones medioambientales y en condiciones muy extremas con la Armada en las futuras fragatas F-110 y en el patrullero P-77 Infanta Cristina. También los han probado la Unidad Militar de Emergencias (UME) y el Ejército del Aire y del Espacio. Incluso se ha contrastado en varias campañas antárticas, tanto en la base española “Gabriel de Castilla”, en sus proximidades y a bordo del buque de investigación oceanográfica Hespérides.
Las conclusiones extraídas de la Antártida son que “Galileo con PRS es más fiable que GPS con modulo militar, porque se orienta y cubre mucho mejor la recepción de señales en latitudes polares”. En definitiva, GMV afirma ya ha cerrado el desarrollo de los modelos de receptores para las futuras fragatas F-110 que construye Navantia para la Armada, que en esencia son los mismos que se podrían a montar de serie en los nuevos vehículos tácticos “Dragón” e instalar en centros terrestres.

El responsable de la puesta a punto de “Presence”, Manuel Toledo, director de la Unidad de Negocio de Navegación del segmento usuario de Galileo y PRS en GMV puntualiza que su equipo está ahora inmerso en evolucionar el equipo a las versiones para aviones y drones. ¿El tamaño es el principal motivo de la diferenciación entre unos y otros? Pues no sólo.

Es evidente que para aeronaves el receptor tiene que ser lo más reducido posible de tamaño. Pero es también tan importante o más otro factor. “No es lo mismo obtener un posicionamiento con gran precisión a 120 kilómetros por hora, velocidad a la que puede desplazarse vehículo táctico, que realizar maniobras de alta dinámica en vuelo a Mach 2 en un caza de combate, es decir, a dos veces la velocidad del sonido”. Ahora el equipo de GMV está centrado en la resolución de las anteriores cuestiones.