Rusia ofrece garantías a Argelia para renovar su flota espacial frente a Marruecos

- Beneficios estratégicos para Argel y Moscú
- La finalidad es renovar la flota y las capacidades de los satélites argelinos
Argelia y Rusia acaban de consolidar una de las esferas de actividad clave de su asociación estratégica. Lo ha hecho el presidente Vladimir Putin al dar su plácet a la ley federal que valida la ratificación por la Duma del acuerdo en materia espacial suscrito con el veterano político Abdelmadjid Tebboune, de 79 años, quien desde diciembre de 2019 ostenta el poder en Argel.
El acuerdo intergubernamental que entra en vigor forma parte del fruto obtenido por el presidente Tebboune, a la vez jefe supremo de las Fuerzas Armadas y ministro de Defensa Nacional, durante su primera visita oficial a Moscú de finales de 2023. Unos seis meses antes, el director general de la Agencia Espacial de la Federación de Rusia (Roscosmos), Yuri Borisov, había llegado a la capital del país y sede de la Agencia Espacial Argelina, ASAL, para negociar los términos del borrador del pacto.
El documento marco define la estructura jurídica y organizativa de cooperación que a partir de ahora van a regir e impulsar las relaciones en materia espacial entre ambas naciones. Su vigencia abarca diez años, renovable de manera automática por períodos sucesivos de cinco años, salvo denuncia expresa de una de las partes. Un punto del articulado estipula que los “bienes importados y exportados en virtud del acuerdo están exentos de derechos e impuestos aduaneros”.

La responsabilidad de velar por la ejecución de lo pactado recae por parte del Kremlin en Roscosmos. Del lado de Argelia queda bajo el control de la ASAL, que es el organismo oficial creado en enero 2002 por el ya fallecido presidente Abdelaziz Buteflika para diseñar la política espacial nacional y ejecutar el programa de actividades encaminado a promover y desarrollar la economía y la seguridad nacional.
Las cláusulas del convenio espacial suponen un notable paso en la fortalecida alianza estratégica ruso-argelina en el campo de las tecnologías de doble uso. El Kremlin ha abierto sus puertas y ha dado garantías a las autoridades de Argel para que puedan adquirir satélites espía y de comunicaciones seguras de nueva generación y colocarlos en órbita desde cosmódromos rusos.

Beneficios estratégicos para Argel y Moscú
Con las facilidades obtenidas en Moscú, el nuevo hombre fuerte del Ejecutivo argelino, el general Saïd Chengriha, que desde noviembre es el “ministro delegado ante el ministro de Defensa Nacional”, contará en un plazo no muy lejano con dos nuevas plataformas. Ambos podrán equipararse en resolución, cuando no superar, a la pareja de satélites espía que Marruecos tiene en órbita ‒Mohamed VI-A y VI-B, fabricados por Airbus en Francia y lanzados en noviembre de 2017 y 2018, respectivamente‒ y a los que ha adquirido en 2024 al fabricante Israel Aerospace Industries (AIA).
Conscientes de la importancia de contar con ingenios espaciales propios, el interés del presidente Tebboune y de su primer ministro, Nadir Larbaoui, de 75 años, se centra en renovar su envejecida flota de satélites con otra equipada con tecnologías más avanzadas y prestaciones superiores a las de Marruecos, tanto en la vertiente de las comunicaciones encriptadas como en sistemas de reconocimiento y observación de la tierra.
Ambos dignatarios norteafricanos también han logrado incluir en el acuerdo que un ciudadano argelino viaje al espacio a bordo de una astronave tripulada rusa. El documento contempla la selección, formación y entrenamiento como cosmonautas de una pareja de pilotos militares argelinos, con la expectativa de que Roscosmos les permita volar a la futura estación espacial rusa ROS, cuya construcción comenzará a partir de 2027.

Las estipulaciones también incluyen la colaboración ruso-argelina en los campos de la navegación por satélite, las nuevas tecnologías y los servicios de información asociados, así como en ciencia y exploración del espacio ultraterrestre. En estos campos, el principal interés de los investigadores argelinos está en el plano de biología y la medicina espacial, áreas en las que quieren estudiar las repercusiones de las misiones espaciales de larga duración sobre la salud humana.
El fortalecimiento de la cooperación espacial entre Rusia y Argelia representa un punto de inflexión para ambos países. A la nación del norte de África le brinda la oportunidad de ampliar sus capacidades tecnológicas, formar técnicos militares y civiles en análisis de imágenes y reforzar su soberanía nacional e innovación tecnológica. A Rusia le permite fortalecer sus relaciones con sus socios en África y el mundo árabe, al tiempo que demuestra que, pese al desgaste humano, económico e industrial que le acarrea la guerra de Ucrania, Moscú sigue siendo un referente mundial en el ámbito espacial.

La finalidad es renovar la flota y las capacidades de los satélites argelinos
Argelia, junto con Egipto, es uno de los países pioneros en acreditar su interés por posicionar satélites en órbita y utilizarlos para fomentar su desarrollo social y económico, la vigilancia de sus explotaciones de petróleo y gas y sus largas fronteras con Marruecos, Túnez, Libia, Mauritania, Níger, Mali y el antiguo Sáhara español.
Las autoridades políticas argelinas son muy conscientes de la importancia de potenciar su sector espacial nacional y por ello la ASAL cuenta con un programa nacional que abarca el periodo 2020-2040. Desde hace cuatro años la Agencia contempla el lanzamiento a corto plazo de al menos dos nuevos ingenios: los satélites de teledetección de alta resolución AlSat-3A y 3B y el de comunicaciones gubernamentales seguras AlcomSat-2, que previsiblemente serán adquiridos a la industria espacial rusa.

Serán los que relevarán a los cuatro ingenios que la ASAL mantiene en servicio: dos de observación de la Tierra ‒AlSat-2A y 2B, de poco más de 100 kilos, fabricados por Airbus Space Systems y puestos en órbita en 2010 y 2016, respectivamente‒, uno de comunicaciones seguras ‒AlcomSat-1, plataforma de 5 toneladas adquirida a China y lanzado en diciembre de 2017‒ y un nano satélite de demostración tecnológica, el Alsat-1N, de 4 kilos y fruto de una colaboración con la Agencia Espacial del Reino Unido.
El presidente Tebboune y el director general de la ASAL, el prestigioso especialista en teledetección Azzedine Oussedik, son muy activos en buscar la colaboración de otras naciones en las distintas vertientes de la ciencia y la tecnología espacial. Ambos aprovechan las ocasiones que les brindan las estancias en la nación norteafricana de jefes de Estado o de primeros ministros de terceros países para sellar acuerdos de cooperación en materia ultraterrestre.

El caso más reciente ha tenido lugar a principios del presente mes de diciembre, durante la visita oficial a Argelia del presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa. Su presencia en Argel ha servido para que el jefe de la ASAL y su homónimo de la Agencia Espacial Sudafricana (SANSA), Humbulani Mudau, hayan firmado, en presencia de los respectivos presidentes, un acuerdo de cooperación espacial.
Escenas con resultados semejantes se han repetido en otras ocasiones. Por ejemplo, durante la visita del presidente turco Recep Tayyip Erdogan en noviembre de 2023, que llegó a Argelia acompañado por el presidente de la Agencia Espacial de Turquía, Yusuf Kiraç. Lo mismo ocurrió en la estancia de la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, que en enero del citado año llegó con el entonces presidente de la Agencia Espacial Italiana (ASI), Giorgio Saccoccia, para conmemorar el 20º aniversario del Tratado de Amistad y Buena Vecindad entre los dos países.