9º Abu Dabi Strategic Debate: el valor de la posición ambigua de los Emiratos Árabes Unidos

“Emiratos Árabes Unidos no se unirá a ningún bando”. Es una de las grandes conclusiones a las que llegan expertos como Anwar Gargash, asesor del gabinete de Mohamed bin Zayed, presidente de los Emiratos Árabes Unidos.
La afirmación del analista experto en diplomacia surge en un momento en el que una brecha cada vez más honda se cava entre los bloques occidental y oriental, desde el inicio de la guerra en Ucrania y el desplazamiento de la contienda entre Estados Unidos y China hacia el Pacífico.
Para los Emiratos Árabes Unidos, la cuestión es más de actualidad desde su adhesión a la hoja de ruta de la OPEP+, organización en la que participa estrechamente con Arabia Saudí, y que decidió no aumentar la producción de petróleo, y por tanto provocar una reducción de los precios, pese a las demandas de Estados Unidos. La guerra en Ucrania conllevó un grave encarecimiento de los hidrocarburos, pero la organización que controla la mayor parte del petróleo mundial decidió mantener sus estimaciones para la producción.
Emiratos Árabes Unidos justificó su decisión como una únicamente económica, sin intenciones políticas de favorecer a Rusia en la contienda. En el foro de geopolítica celebrado en Abu Dabi se reforzó esta idea. Emiratos Árabes Unidos quiere hacerse ver como un puente entre oriente y occidente. Mantener una posición ambigua entre ambos polos mundiales y priorizar sus intereses, ante todo.

Emiratos espera recibir lo mejor de los dos mundos, y tiene claro que su relación con uno de los dos polos no debe de privarle de los mimos de otro lado. En cuanto a Estados Unidos destaca la importante participación del gigante americano en la seguridad del pequeño país del Golfo. Pese a que a Emiratos se le conoce como la pequeña Esparta, por su capacidad militar en relación con la extensión de su territorio, la intervención estadounidense en la región sigue siendo necesaria para una de la seguridad del país árabe. Sus principales amenazas, Irán y los rebeldes hutíes de Yemen, se presentan aún como una amenaza contra la que Emiratos Árabes Unidos y sus aliados no pueden enfrentarse solos.
Mantener la posición ambigua es una política difícil de mantener con equilibrio. Las ambiciones de los Emiratos Árabes Unidos de participar en proyectos de cooperación armamentística avanzad junto con los Estados Unidos se ve complicada por los pasos de gigante que da China en el Golfo desde un punto de vista de inversión.
Senadores de Washington y expertos militares ya aseguraron que Emiratos no podría gozar de esa participación en proyectos como el del F-35, por el nivel de implicación china en las infraestructuras del país. Tampoco fue de agrado para todos los sectores políticas del Congreso y del “Deep State” cuando Emiratos Árabes Unidos recordó su posición a favor de la política de Una Sola China, cuando la presidente de la Cámara de los Representantes, Nancy Pelosi visitó la isla de Formosa y se reunió con el Gobierno de Taipéi.
En la opinión pública del país del Golfo, son cada vez más los ciudadanos que creen que la política exterior del país debería de dar más prioridad a China y Rusia en el futuro, y favorecer las relaciones con ellos. Por ahora, si bien queda latente el intento de equilibrio y oportunismo por parte del Gobierno emiratí, quedará ver como evoluciona su posición en el futuro, de cara a la pugna que mantiene los Estados Unidos de América y China por la supremacía mundial.
Coordinador de América: José Antonio Sierra.