Pedro Canales, periodista y experto en geopolítica del Magreb, pasó por los micrófonos de De Cara al Mundo en Onda Madrid para analizar las relaciones entre España, Marruecos y Argelia

Acusaciones a Marruecos

PHOTO/ARCHIVO - Mohamed VI
photo_camera AFP PHOTO/HO/MOROCCAN ROYAL PALACE - El rey de Marruecos, Mohamed VI

Pedro Canales, periodista y experto en geopolítica en el Magreb, pasó por los micrófonos de De Cara al Mundo en Onda Madrid para analizar el afianzamiento de las relaciones entre Marruecos y España tras el discurso del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, ante el Congreso de los Diputados. En una entrevista con Javier Fernández Arribas, el periodista también habló de las tensiones actuales en el Magreb.

¿Por qué Pedro Sánchez no dice claramente las razones de la decisión de apoyar la propuesta marroquí para el Sáhara?

Yo creo que hay varios factores. Lo primero es que esto es una cuestión de Estado, es decir, no es una cuestión política de un partido u otro, de si Unidas Podemos o Sumar suben al poder y reconozcan a la República Saharahui. El tema es una política de Estado, y las políticas de Estado hay que plantearlas delante del poder ejecutivo y del legislativo, delante del parlamento que representa al pueblo, pero hay muchas cosas que no se deben decir en público.

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Yo creo que el error del presidente es no tener un encuentro discreto y permanente con los principales líderes de la oposición. El hecho de que se calle da pie a muchas especulaciones. No puede defender un cambio porque efectivamente es un cambio bastante profundo, pero no todo lo que podría ser. Estados Unidos reconoce la soberanía, pero España, Alemania o Italia no lo han hecho. Reconocen que esta es una buena fórmula, la más perceptible y la mejor para resolver el problema, pero no reconocen la soberanía marroquí del Sáhara.

No sé si los consejeros meten al presidente en situaciones un poco comprometidas, pero su silencio ante el parlamento en el cambio de posición es perceptible.

Te leía en Atalayar cuando mencionabas el hecho de que Yolanda Díaz diga que Marruecos es una dictadura, aunque miembros del Gobierno español salieron a negarlo. También, ante las declaraciones del presidente del Senado marroquí, que hay que conocer a este personaje y el peso político que tiene, decir que no hay opción para Ceuta y Melilla, porque son españolas y eso no se cuestiona.

Creo que estos dos improperios hay que leerlos en clave interna. Respecto a las declaraciones de Yolanda Díaz, que es vicepresidenta segunda del Gobierno, se hacen porque quiere arrancar el voto de Unidas Podemos, que no lo tiene todavía asegurado. Además, Sumar no tiene un partido que le haga frente a Unidas Podemos, que sí tiene una estructura y que yo creo que están deseando volver a la calle. Ellos han crecido y se han alimentado de la calle, y su base y su poder viene de la calle a la que están deseando volver. Los funcionarios, más o menos mil (directores generales, ministros, concejales, etc.), que tiene Podemos están chupando de la vaca lechera del Estado y no prefieren la calle, pero la base electoral sí la prefieren.

Entonces lo de Yolanda tiene una clave interna, pero lo de Mayara también. Mayara es un sindicalista, curiosamente igual que Yolanda; tienen el mismo perfil. Dentro del partido le pusieron como el presidente del Senado, como nuevo candidato, para hacer un equilibrio entre el Istiqlal y la reagrupación de independientes, la que tiene ahora la presidencia del Gobierno, con Akhannouch.

Respecto a las declaraciones de Ceuta y Melilla yo creo que se le escapó, pero también hay que reconocer que no dijo nada nuevo. Esa ha sido la posición siempre de partido Istiqlal y, en general, de los partidos más importantes del arco político marroquí y la posición de Palacio. El tema de Ceuta y Melilla para ellos es un tema sagrado.

Lo que le reprochan, y se lo reprochan abiertamente, es que ni era el momento, ni era el lugar, ni había las condiciones para plantear ese problema, es decir, que ahí ha tenido una metedura de pata mayúscula. Pero si hubiese dicho algo que iba en contra de los fundamentos y la política general del Estado que la dicta Palacio, al día siguiente le cesan. Ahí le ponen en la calle, le sustituyen y ponen a otro.

Lo que pasa es que dijo algo de que sí, que ellos están de acuerdo, pero que no era el momento porque las relaciones entre España y Marruecos pasan por un buen momento. Un momento que yo creo que estratégicamente están bastante firmes, ancladas y, a pesar de los errores que pueda tener el presidente Sánchez de llevar las relaciones con Marruecos en el fondo y la forma, ha conseguido dar la seguridad al Estado marroquí de que España es seria.

Estamos esperando un informe del enviado especial de la ONU para el Sáhara, pero ¿podrá Naciones Unidas volver a sentar a las partes en Ginebra a negociar? La propuesta marroquí podría darse siempre y cuando Argelia y el Polisario aceptaran a sentase a negociar otra vez.

Esa es la pregunta del millón. Lógicamente deberían llegar a un principio de acuerdo. La fórmula de Ginebra yo creo que está superada, entre otras cosas porque Argelia oficialmente la descartó, pero pueden encontrar quizá otra fórmula. Lo que sí es cierto es que si no hay negociaciones, discusiones o palabrería, como lo quieran llamar, entre los cuatro principales actores – Marruecos, el Polisario, Mauritania y Argelia – no hay solución.

De ellos quien lleva la batuta es fundamentalmente Argelia, porque tiene amordazado al Polisario y tiene unas relaciones muy estrechas con Mauritania. Este país, a pesar del cambio que ha tenido, de sus orientaciones con Marruecos – donde el presidente mauritano tuvo su formación militar – nunca ha podido desautorizar el reconocimiento de la República Saharaui.

Sin un diálogo entre los cuatro, veo muy difícil que tenga garantías internacionales, que es ahí donde entra el Grupo de Amigos del Sáhara Occidental.

Me ha llamado la atención el hecho de que De Mistura presentara el informe dentro del Consejo de Seguridad. Habían hablado previamente con los miembros permanentes y con el Grupo de Amigos, pero curiosamente dentro de este grupo no está China. Y eso es algo un tanto extraño porque China quiere entrar en la ecuación estratégica del mediterráneo Occidental. Tiene buenas relaciones con Marruecos, buenas relaciones con Argelia, y no quiere estar fuera. Sí está en el consejo de Seguridad, que ya es suficiente, pero el Grupo de Amigos tiene un poco más de peso político porque influye mucho en el resto de las discusiones la opinión que el Grupo de Amigos pueda tener. Hablamos de Estados Unidos, Rusia, Francia y España también.

Sin embargo, lo veo difícil, especialmente atendiendo a situación actual de Argelia, que todavía no consigue salir triunfante de la crisis que arrastra desde la muerte de Bouteflika. Veo muy difícil que acepten las discusiones.

Y la invasión rusa de Ucrania con Argelia manteniéndose del lado de Rusia, que es su aliado histórico, lo puede complicar aún más. También hay que tener en cuenta las actuaciones de los grupos terroristas en el Sahel, las actividades del grupo de paramilitares ruso Wagner en Mali, Burkina Faso… Se está produciendo una amenaza seria para la estabilidad de toda la región.

Sí, yo creo que la mayor gravedad de esa amenaza, que es real, es que las injerencias que se están produciendo en el Sahel son cada vez más paramilitares, porque no es el Estado ruso el que está metiéndose, con el que se podría negociar, sino que es un grupo que es el brazo ejecutor del imperio militar de Putin. Y es un brazo ejecutor que tiene todo el apoyo.

Ellos pueden prender fuego al polvorín y poner a todo el mundo ante una situación explosiva, y no solamente a Europa, que es un conflicto que nos atañe directamente. Yo ahí me temo que puedan ir un poco por libre. Hay que tener en cuenta que España este año tiene muchas elecciones y yo no quiero ser pesimista o de mal augurio, pero un atentado a los españoles que están en Mali sería muy delicado.

También tenemos a Irán. China, después de la última etapa de la negociación de Arabia Saudí e Irán, podría se arrogado como un mediador importante y Pekín podría intervenir para que Irán no lo hiciera. Se habla de drones iraníes en el Polisario, algo que representa también una amenaza.

El viejo sueño de Irán, del poder militar de los Ayatolás y del régimen islámico es tener una prolongación y alcanzar el Atlántico. Ellos tienen capacidad naval, tienen una fuerza naval muy importante que pueden proyectar hacia el Atlántico, pero no tienen ningún punto de apoyo, exceptuando lo que puedan sacar en el Líbano con sus partidos con Hezbolá o Hamás, pero toda esta parte es Mediterráneo Oriental.

Ellos en el Mediterráneo Occidental no tienen ningún punto de apoyo serio como base de retaguardia para su proyección al Atlántico, y ese es el viejo sueño que quieren conseguir. Irán ha construido una fuerza naval muy importante, y además una fuerza propia; no se lo han comprado a nadie. Tienen una gran capacidad de desarrollo científico, técnico y militar bastante importante.  

Al final yo creo que Estados Unidos dará el golpe encima de la mesa. Ya ha frenado a los argelinos que querían hacer una mega compra de armamento de 20.000 millones a Rusia, y la pararon.  

Sí, porque se está hablando del rearme de Marruecos, esos misiles que ha entregado Estados Unidos, pero es que el rearme de Argelia también es bastante importante. 

Sí, sobre todo en cantidad. Yo creo que Marruecos, por lo que dicen los expertos que conocen más, está aumentando muchísimo su capacidad ofensiva y medio ofensiva, con armas muy modernas y con una capacidad muy elevada. En cambio, Argelia sigue el viejo esquema de la cantidad, el que tiene más carros de combate, el que tiene más aviones, pero le falta calidad. Ese cambio que el Ejército argelino ha visto se ha producido en gran parte con los acuerdos entre Marruecos e Israel. Israel proporciona un nivel de calidad muy elevado en inteligencia, en nivel de comunicaciones, etc. 

Antes has mencionado algo que desde mi punto de vista es la clave de todo lo que estamos hablando y es la salida al Atlántico que ambiciona Argelia y que por supuesto estaría Rusia. Estados Unidos y la Unión Europea se han negado, aunque esto no ha salido hasta ahora. En su momento ya la Unión Soviética y ahora Rusia ha intentado tener una salida al Atlántico en un punto tan estratégico que le daría a Rusia capacidad y que sería una amenaza para los intereses europeos y americanos. Esta sería la zona del Sáhara. 

Sí, ese es el viejo sueño de Rusia. La única salida posible que tuvo después de la descolonización era demasiado al sur, en Angola, pero ellos quieren estar mucho más cerca desde el punto de vista militar de la entrada al Mediterráneo del estrecho de Gibraltar y más cerca de Europa. Alguna salida tiene en puntos de apoyo de los caladeros y siempre hay algún barco espía, es decir, que para cuestiones de inteligencia naval y de información tienen, pero no una base militar. Y en eso hay que tener en cuenta que los argelinos siempre se han opuesto.  

Los rusos han hecho todo lo posible para convencer a los argelinos de cederles por lo menos el apoyo de la base de Mers El-Kebir, la que tenían los franceses, cerca de Orán, para que le sirviera a la flota rusa como base, como tienen en Siria. Y los argelinos nunca han cedido. 

Argelia rompe con España, pero no rompe con otros países, ¿por qué? Hay empresarios españoles que ya llevan casi mil millones de euros de pérdidas por una decisión del régimen argelino que afecta a España, pero ¿por qué no a Alemania o a otros países que están también apoyando la respuesta marroquí? 

Argelia ha cogido al más débil, es decir, al que no puede hacerle frente de ninguna manera. Yo creo que no hay dosieres secretos en las relaciones. Argelia siempre ha estado bastante mosqueada con el apoyo que España, tanto el Gobierno del Partido Popular como el Gobierno socialista, han dado a los altos oficiales que querían el asilo o que salían del país. A ellos no sólo se le han permitido estar en España, sino trabajar en España e invertir en ella, y eso los argelinos nunca lo han tragado. Consideran una traición el hecho de que condenen a alguien a muerte, vengan a España y se le dé asilo. 

El Gobierno español de una manera bastante mala, creo que no ha acertado ahí a hacerlo. El año pasado devolvió a Argelia a un oficial del Ejército que era un miembro del Hirak. Estuvo en el centro de internamiento de extranjeros de Valencia un tiempo y se lo devolvieron a Argelia. El régimen enseguida lo condenó a un juicio, primero a 12 años o 15 años de cárcel, y luego a condena a muerte. Eso ha sido un golpe y yo creo que era lo que no tenía que haber hecho España. 

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