“No hay duda de que Cisjordania prenderá, de que habrá más ataques, muchos disturbios y aumentará el nivel de violencia”

La anexión israelí de parte de Cisjordania podría derivar en una Intifada

REUTERS/JOSHUA ROBERTS - El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, pone sobre sus manos sobre los hombros de Benjamín Netanyahu, primer ministro de Israel

Ante la posibilidad de que Israel anexione partes del territorio ocupado de Cisjordania, dos exdirectores del Shin Bet, el servicio de seguridad interior israelí, señalaron a Efe que la reacción palestina podría desencadenar una escalada de violencia igual o peor a la de la Segunda Intifada. Lo prometió el primer ministro, Benjamín Netanyahu; lo autorizó la Casa Blanca; se incluyó en el acuerdo de coalición que formó el nuevo Ejecutivo y ahora se están ultimando los preparativos.

Palestino

 La anexión de parte del territorio de Cisjordania ocupada parece más factible que nunca y, aunque en los últimos días se haya enfriado un poco por cuestiones de política interna estadounidense, todo parece indicar que en los próximos meses Israel declarará su soberanía sobre el Valle del Jordán o sobre algunos de los principales asentamientos. Si bien, hasta el momento, la presión en contra de esta medida ha sido mediante declaraciones y comunicados diplomáticos y alguna amenaza de interrumpir cooperación o revocar tratados de paz, las posibles consecuencias en el terreno aún no se han notado y podrían ser las más graves, alertan analistas y expertos. 

Una escalada de violencia garantizada

“No hay duda de que Cisjordania prenderá, de que habrá más ataques, muchos disturbios y aumentará el nivel de violencia”, declaró a Efe Yaakov Peri, quien además de dirigir el Shin Bet durante seis años fue parlamentario y ministro de Ciencia y Tecnología. Consultado por la magnitud de esa posible escalada de violencia, señala que la anexión “podría causar una tercera intifada o algo similar” y advierte de que “la situación de seguridad puede empeorar incluso antes de que se lleve a cabo la anexión, tan solo con el anuncio de que comienza el proceso”. 

Soldados Israel

Hace algunas semanas, el presidente palestino, Mahmoud Abbas, advirtió en un discurso de que interrumpiría la cooperación de seguridad con Israel, un factor importante de estabilidad en Cisjordania, donde las fuerzas de seguridad palestinas trabajan activamente para desbaratar planes del movimiento islamista Hamás u otras organizaciones de llevar a cabo ataques contra israelíes. “Creo que las palabras de Abbas son solo palabras y dudo de que lo lleve a cabo, pero si la anexión se concreta, sí creo que se puede interrumpir la cooperación, algo que podría disparar un caos incontrolable”, agrega Peri. 

¿Dónde?, ¿Cómo?, ¿Cuándo? 

“Creo que empezará en Cisjordania, alrededor de los asentamientos, y con ataques desde Gaza. Después dependerá de la reacción israelí, que deberá proteger a sus ciudadanos, pero tarde o temprano, creo que, si no creamos algún tipo de esperanza u horizonte político para los palestinos, veremos esa violencia en ciudades israelíes”, prevé Ami 
Ayalón, quien sirvió durante cinco años como director del Shin Bet. 

Ayalón forma parte de un grupo de más de 200 exoficiales de alto rango del Ejército, Policía y servicios de inteligencia llamado Comandantes por la Seguridad de Israel, que se ha posicionado en contra de la anexión. Para él, las consecuencias en la política palestina tendrían su reflejo en el nivel de violencia sobre el terreno.  

Detención

De concretarse la anexión, considera, Abbas perderá la poca legitimidad que le queda entre los palestinos, que ya lo ven como un colaborador de Israel. “Es obvio que la Autoridad Nacional Palestina dejaría de existir como poder político y, una vez que esta pierda el control sobre sus organizaciones, hay cientos de personas con armas, que hoy las usan para luchar contra Hamás y el día de mañana las usarán para luchar contra nosotros”, añade. 

Sin embargo, advierte, hay un escenario peor que difiere de los levantamientos populares internos del pasado y que consiste en “ataques (planeados desde el exterior) a gran escala de células salafistas, ligadas a los grupos terroristas Al Qaeda o el Estado Islámico, que no necesitan de miles de personas desarmadas en las calles sino tan solo de alguien que piense en grande”. 

La crisis económica, otro disparador 

Un factor en el que ambos coinciden como otro posible disparador de la violencia es la crisis económica que afrontan los palestinos, tanto en Gaza como en Cisjordania ocupada, que ha empeorado notablemente a causa de la pandemia del coronavirus. 

“No hay duda de que el desempleo y la crisis económica en los territorios podría crear más tensión. La situación actual está muy deteriorada y el problema no es solo el desempleo, sino que son economías muy dependientes, que necesitan de la ayuda de Israel y de otros países”, marca Peri. 

Ayalón, por su parte, enfatiza que las motivaciones de aquellos que pueden llevar a cabo ataques no son tan lineales como se suele pensar y traza el paralelismo con las llamadas “Marchas del Retorno” que tuvieron lugar en Gaza en los últimos años, donde, dice, muchos “no lo hicieron porque querían liberar la tierra que creen que les pertenece, sino por una combinación de humillación, hambre, pobreza y pérdida de esperanza”. 

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