El ministro de Estado de Asuntos Exteriores de Emiratos atribuyó guerras civiles y muchas vidas perdidas por la falta de proyecto en relación con estos sucesos

Anwar Gargash habla de “década perdida sangrienta” con motivo del décimo aniversario de las Primaveras Árabes

photo_camera PHOTO/REUTERS - El ministro de Estado de Asuntos Exteriores de Emiratos Árabes Unidos, Anwar Gargash

El ministro de Estado de Asuntos Exteriores de Emiratos Árabes Unidos (EAU), Anwar Gargash, habló sobre las Primaveras Árabes con motivo del décimo aniversario del comienzo de estos movimientos y se refirió a este periodo como una "década sangrienta perdida".

Anwar Gargash dejó clara su visión y la de Emiratos en la red social de Twitter: “A medida que el mundo árabe atraviesa el décimo aniversario de lo que se conoce como la Primavera Árabe, está claro que la visión árabe predominante del destino de la década sangrienta difiere de la evaluación occidental. Las guerras civiles y las vidas que se perdieron durante estos años de pérdidas y la ausencia de un proyecto de desarrollo son lo que ha quedado arraigado en nuestra memoria”.

"Se escribirá mucho sobre lo que se conoce como la Primavera Árabe y, en mi opinión, lo más importante es nuestra evaluación árabe de esta década difícil y sus fracasos en el terreno de los pueblos, y el juicio de la historia será difícil y severo en términos de nuestras pérdidas humanas, morales y materiales y la sangrienta lucha que se extiende en más de un país árabe", aseveró. 

“Hubo una especie de trato ingenuo con la Primavera Árabe en sus inicios, y pronto se expuso la ideología, la violencia y la ausencia de un proyecto de desarrollo. Al final del primer año, nos dimos cuenta de la magnitud de la amenaza hacia el Estado nacional, sus instituciones y el tejido de muchas de nuestras sociedades árabes. Un precio rígido no justifica opiniones contrarias a esta realidad”, explicó. 

El ministro de Estado de EAU hizo referencia a las crisis surgidas a raíz del estallido de las Primaveras Árabes en diferentes naciones del entorno: "Al final, no existe una fórmula mágica para tratar la acumulación de crisis que han presenciado algunos países". 

En este sentido, del discurso de Gargash se desprende que el curso de la Primavera Árabe ha exacerbado las crisis y desafíos sin visión ni tratamiento acertados, y que la lección, tras la sangrienta década perdida, es la apuesta del Estado por las instituciones, el derecho consagrado y una visión de desarrollo que tenga en cuenta al ciudadano. 

Hubo una ilusión democrática respecto a que los países árabes renunciasen a una parte de su tradición autoritaria y se abriesen a la libertad y a la renuncia al poder absoluto con motivo de esta revolución que suponían las Primaveras Árabes. El 17 de diciembre se celebró el décimo aniversario de aquel estallido de esperanza que desencadenó en Túnez un modesto vendedor callejero de fruta que reaccionó contra la prepotencia de unos policías que se empeñaron en destruir su mercancía.

Después de diez años, el análisis de los resultados deja la imagen de la reacción de millones de personas ante la situación en la que se encontraban, pero también la frustración de muchos de ellos viendo que, salvo en Túnez, en el mejor de los casos su situación no ha variado y en el resto todo ha empeorado. Las revoluciones árabes han degenerado de una manera u otra en guerras que llevan ya acumulados centenares de miles de muertos en diversos países, que no ven llegar la ansiada paz. Siendo algunos de los casos más representativos los de Siria o Yemen. 

Más en Política