Campamentos de Tinduf: comerciantes saharauis protestan por el bloqueo de sus actividades

Pedro Canales

Pie de foto: Mujeres saharauis caminan en un campamento de refugiados de Al Smara en Tinduf. REUTERS/Zohra Bensemra

Desde hace dos meses, un sector de los refugiados saharauis de Tinduf en Argelia, protestan periódicamente contra las restricciones impuestas a sus desplazamientos por la administración del Frente Polisario en los campamentos. El comercio local y transfronterizo con Mali y Mauritania es prácticamente la única actividad lucrativa que se puede realizar en los campamentos, y al que se dedican centenares de familias para sobrevivir.

El comercio informal en la región ha permitido a muchos saharauis adquirir camionetas y vehículos de transporte de segunda mano en el mercado argelino o mauritano, con los que se dedican a transportar las mercancías para venderlas en los mercadillos locales. Una parte de los productos europeos que llegan a los campamentos de refugiados como ‘ayuda humanitaria’ son vendidos en estos zocos, y pagados en dinares argelinos o en euros. El comercio más lucrativo, como ha sido denunciado repetidas veces en la revista Futuro Saharaui, lo llevan a cabo testaferros o parientes directos de dirigentes del Polisario o cuadros de la Administración de los campamentos.

Las actividades económicas ‘productivas’ son en cambio prácticamente inexistentes, salvo algunas ‘huertas’ que utilizan invernaderos improvisados para cultivar productos destinados al consumo familiar.

Existen también algunos oficios de reparaciones mecánicas, de instalaciones en viviendas, carpintería, electricidad, pero marginales. La principal actividad económica propiamente dicha es el comercio.

Las Autoridades argelinas inauguraron hace un año un puesto fronterizo con Mauritania que permite enlazar la región de Tinduf con la localidad mauritana de Zuerat, terminal de la línea férrea que transporta materiales hasta el puerto mauritano de Nuadhibu. Según Argel, el paso fronterizo de Mustafa Ben Bulaid “beneficiará a los refugiados saharauis, y facilitará las actividades económicas bilaterales entre Argelia y Mauritania”. Sin embargo, unos meses después de haber sido abierto, el puesto fronterizo ha sido sometido a un estricto control.

En efecto, como consecuencia de las multitudinarias movilizaciones del pueblo argelino contra el régimen de Buteflika, que se han venido sucediendo desde el 22 de febrero pasado, el Ejército argelino decidió elevar el nivel de alerta antiterrorista e impermeabilizar las fronteras con sus vecinos, en especial las que Argelia posee con Túnez, Libia, Níger, Mali y Mauritania, que suman casi seis mil kilómetros. El temor a que, aprovechando la coyuntura, grupos terroristas decidiesen penetrar en el territorio procedentes principalmente de Mali y de Mauritania, obligó a un casi cierre de fronteras, con la consiguiente repercusión en el comercio transfronterizo.

Pie de foto: Una mujer saharaui camina con su hijo en un campamento de refugiados en Boudjdour en Tindouf, sur de Argelia. REUTERS/Zohra Bensemra

Las tres principales capitales comerciales del sur argelino, El Ued, Tamanrasset y Tinduf, se vieron afectadas. Las dos primeras en manos de importantes redes comerciales y de sus filiales de componente humana tuareg, y la tercera en la que están afincados los comerciantes saharauis.

Las protestas llevadas a cabo frente a la desde del Polisario en Rabuni por grupos de comerciantes y sus familias, han afectado seriamente la imagen del movimiento independentista, que se ha mostrado absolutamente dependiente de las decisiones tomadas en Argel.

Las manifestaciones no eran políticas y no tenían nada que ver con el Hirak argelino, pero la dirección del Frente sintió el temor a no poderlas controlar. Las maniobras militares que el Polisario ha efectuado en Tinduf, y las manifestaciones ‘de apoyo’ organizadas para contrarrestar las protestas populares, han sido dirigidas a los propios refugiados para elevar su moral y mostrarles que el Frente sigue en pie.

La posibilidad de que Argelia disminuya su apoyo al Frente Polisario y restrinja aun mas los movimientos de población en la región de Tinduf, así como las Resoluciones adoptadas recientemente por Naciones Unidas y la Unión Europea que afectan al conflicto territorial, han hecho cundir un cierto desánimo entre la población de los campamentos, en particular entre los jóvenes que no ven otra posibilidad que emigrar, establecerse en Mauritania o en los Territorios, o apuntarse a alguna aventura protagonizada en el norte de Mali por las diferentes falanges pagadas con dinero del Golfo.   

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