La diplomacia es una herramienta fundamental para conseguir que el conflicto en Ucrania desescale. Además de dialogar con uno de los actores principales de esta guerra, Vladimir Putin, algo que han hecho varios líderes políticos internacionales como Emmanuel Macron, Olaf Scholz, Recep Tayyip Erdogan o Naftali Bennett, es necesario entablar conversaciones con países que pueden tener un papel clave en la guerra.
En este sentido, el presidente estadounidense, Joe Biden, mantendrá una conversación telefónica con su homólogo chino, Xi Jinping, importante aliado de Moscú. Xi, además, tiene en su mano el poder de marcar un punto de inflexión en Ucrania. A principios de semana, varios medios de comunicación estadounidenses, citando a altos funcionarios, señalaron que Rusia había solicitado ayuda militar a China, algo que posteriormente fue desmentido, tanto por Pekín como por Moscú. El Gobierno chino acusó a Washington de difundir “desinformación” con intenciones “maliciosas”, mientras que el Kremlin recalcó que el Ejército ruso tiene suficiente influencia militar para “cumplir todos sus objetivos”.

No obstante, miembros de la Administración estadounidense continúan advirtiendo de que China “está sopesando brindar asistencia militar o financiera a Rusia”, según afirma el medio CNN. Incluso altos cargos, como Antony Blinken, han admitido la inquietud de Estados Unidos en este punto. “Nos preocupa que estén [China] considerando ayudar directamente a Rusia con equipo militar para usar en Ucrania”, reveló el secretario de Estado. Anteriormente, otro funcionario estadounidense declaró a Reuters que Washington alertó a sus aliados de la OTAN sobre la disposición de Pekín de suministrar armas al Ejército ruso.

Por este motivo, unido a los últimos acontecimientos en Ucrania, la conversación telefónica entre Washington y Pekín se desarrollará en un momento clave. Los vínculos entre ambas potencias amenazan con enfriarse todavía más, mientras los ataques rusos se intensifican e incluso alcanzan Lviv, una ciudad situada a tan solo 70 kilómetros de la frontera polaca. La localidad, además, se había considerado hasta el momento el lugar más seguro del país, a donde habían acudido ciudadanos de otras ciudades y delegaciones diplomáticas internacionales. También es uno de los principales puntos por donde entra la ayuda humanitaria y por donde salen los refugiados.

Blinken ha destacado que Biden dejará claro durante la llamada que cualquier acción que tome China para apoyar la agresión tendrá consecuencias. “No duraremos en imponer costes”, remarcó. El jefe de la diplomacia estadounidense también ha hecho un llamamiento a China para que influya sobre Putin e intente causar un cambio en Ucrania.
“Seguimos haciendo un llamamiento a todas las naciones, especialmente aquellas que tiene influencia directa sobre Rusia, para que usen ese poder para obligar a Moscú a poner fin a esta guerra”, afirmó Blinken, señalando directamente a China y destacando su “responsabilidad de usar su influencia” sobre Moscú. Sin embargo, el secretario de Estado también ha recordado que Pekín sigue sin condenar la agresión rusa.

“Parece que China se está moviendo en la dirección opuesta”, añadió durante una rueda de prensa esta semana. Las autoridades chinas, de momento, han evitado usar la palabra ‘invasión’ para referirse a la guerra en Ucrania, mientras condenan las sanciones económicas occidentales a Rusia. Igualmente, Pekín ha señalado que respalda las “preocupaciones de seguridad” de Moscú, aunque también “respeta” la soberanía de Ucrania.
Por otra parte, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, ha explicado que la conversación es parte de “los esfuerzos en curso de Washington para mantener abiertas las líneas de comunicación entre Estados Unidos y China”, ya que, además de dialogar sobre Ucrania, abordarán otros asuntos de interés común.

Esta llamada no es el primer contacto entre Estados Unidos y China desde que comenzó la guerra en Ucrania. A principios de semana, el asesor de Seguridad Nacional estadounidense, Jake Sullivan se reunió en Roma con el diplomático chino y exministro de Relaciones Exteriores, Yang Jiechi. La parte china describió las conversaciones como “francas, profundas y constructivas”, mientras que Sullivan aseguró que habría consecuencias si Pekín apoya a Moscú.

Durante el encuentro en la capital italiana también dialogaron sobre Taiwán, una isla autónoma que China considera parte de su territorio. El conflicto entre Taipéi y Pekín se ha intensificado a raíz de la invasión rusa sobre Ucrania. El gigante asiático ha criticado el envío de ayuda humanitaria taiwanesa a Kiev y las sanciones a Moscú, acusando al Gobierno de la isla de “aprovecharse de las dificultades de otros”. La agresión rusa también ha provocado que las fuerzas armadas de Taiwán intensifiquen su preparación militar ante una posible invasión por parte de Pekín. A principios de esta semana, 400 reservistas han comenzado un entrenamiento nuevo y más intensivo.

Si China decide finalmente respaldar militarmente a Rusia el desarrollo de la guerra en Ucrania cambiaría drásticamente. Asimismo, en caso de tomar esta decisión, Pekín lanzaría un órdago a la OTAN, que se opone a despegar tropas en territorio ucraniano.