Las fuerzas de Fayez Sarraj lanzan una ofensiva coordinada sobre el litoral que se extiende desde la capital hasta la frontera con Túnez

Contraataque del GNA al oeste de Trípoli

photo_camera PHOTO/AMRU SALAHUDDIEN - Combatientes del GNA, en batalla contra las unidades de Haftar

Un respiro para Fayez Sarraj. En las últimas horas, han llegado algunas buenas noticias desde el frente para el Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA, por sus siglas en inglés) de Libia. Sus tropas han conseguido realizar algunos progresos en las batallas libradas en las cercanías de Trípoli, la capital y sede oficial del poder reconocido por Naciones Unidas.

En el flanco oeste, el diario Daily Sabah informa de que el GNA ha conseguido capturar las ciudades de Zauiya, Surman y Sabratha, ubicadas a medio camino entre la capital y la frontera de Libia con Túnez. Hasta ahora, estas tres localidades costeras habían permanecido bajo control del Ejército Nacional Libio (LNA) del mariscal rebelde Jalifa Haftar.

Además del control territorial, las unidades del GNA han logrado incautar varios vehículos de combate, al menos uno de ellos proporcionado al LNA por las Fuerzas Armadas de Jordania. A esta hora, los combates entre las dos partes continúan en los municipios de Zuara y Ras Jedir, emplazados a escasos kilómetros de la frontera tunecina. 

Combatientes del GNA de Fayez Sarraj toman sus posiciones durante los enfrentamientos con las fuerzas del autodenominado Ejército Nacional Libio (LNA).

Según ha informado a través de su cuenta de Twitter el investigador Jalel Harchaoui, colaborador del Instituto Clingendael, los últimos acontecimientos se enmarcan en una acción coordinada por parte de las fuerzas leales al régimen. Harchaoui considera probable que varios drones turcos hayan tomado parte en la ofensiva, proporcionando apoyo aéreo a las unidades terrestres.

Si el GNA y sus aliados -principalmente, las tropas del Ejército turco y sus milicias afines- consiguen afianzar adecuadamente su presencia a lo largo del litoral occidental del país, representará un desarrollo bastante significativo en el curso de la guerra. No debe olvidarse que, hasta el momento, quien ha llevado la voz cantante en la contienda ha sido el LNA, que cuenta con más apoyos políticos en la esfera internacional y más respaldo militar y logístico sobre el terreno.

Combatientes leales al Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA) reconocido por la ONU abren fuego desde su posición en la zona de Al-Sawani al sur de la capital libia, Trípoli
Bombardeos sobre Trípoli, ganancias del LNA al sur de Misrata

De hecho, las unidades de Haftar continúan cercando Trípoli por el frente del sur, donde los combates y los bombardeos son constantes. En las últimas horas, algunos barrios, como Abu Salim, Suq al-Juma y Bab Tajoura han sido el blanco de los proyectiles de los rebeldes. También ha sido atacado el hospital de Al-Khadra. 

En el frente del este, el LNA ha conseguido, igualmente, alguna pequeña victoria. Algo al sur de la ciudad de Misrata, el otro gran núcleo urbano que todavía no ha conseguido conquistar el LNA, los soldados de Haftar han tomado el control de toda la zona de Abu Qurain, según ha informado el portal de noticias local Arraed LG+ a través de su cuenta de Twitter. Esta localidad se encuentra a unos 140 kilómetros al sur de Misrata, de modo que esta gran ciudad portuaria aún queda lejos del alcance del LNA.

Miembros del Ejército Nacional Libio (LNA) comandados por Jalifa Haftar

Misrata está constituida oficialmente como una especie de ciudad-estado; esto es, como una entidad política independiente del poder de Trípoli que, sin embargo, ha luchado junto a las tropas del GNA contra el enemigo común a lo largo del último año.

En efecto, el recrudecimiento del conflicto interno en Libia dura ya doce meses. En abril del pasado 2019, el mariscal Jaftar dio orden a las unidades bajo su dominio de emprender una campaña militar desde el este del país con el objetivo de tomar la totalidad del territorio. Desde entonces, ha establecido una administración paralela con sede en la ciudad de Tobruk, al este del país, y se ha hecho con las importantes ciudades de Bengasi y Sirte. Del mismo modo, ha reunido bajo su zona de influencia la mayor parte de las reservas de gas del país, concentradas en bolsas localizadas en el litoral oriental libio.

Un miembro del Ejército Nacional Libio (LNA) comandado por Jalifa Haftar, apunta su arma a la imagen del presidente turco Tayyip Erdogan colgado de un vehículo militar blindado turco confiscado en Trípoli
Escalada internacional

En el plano exterior, la guerra en el territorio norteafricano se ha convertido, asimismo, en una lucha de intereses internacionales en torno a los hidrocarburos y los contratos de reconstrucción que ofrecerá el país una vez que los combates militares terminen; unas filias y fobias que se reflejan de forma bastante clara en las alianzas forjadas con uno y otro bando. 

El LNA de Haftar es la parte que más apoyos ha conseguido reunir. En el plano político, el mariscal, considerado un poder fuerte que puede conservar el territorio unido y mantener a raya a los Hermanos Musulmanes, cuenta con el favor de Estados Unidos, Francia, Italia, Grecia, Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos. En la vertiente militar, Egipto ha enviado algunas unidades a su país vecino y Rusia lleva meses destinando unidades de mercenarios, entre ellas, algunas pertenecientes al célebre Grupo Wagner.

Las filas del GNA han contado con la poderosa asistencia financiera de Qatar, así como con el respaldo militar de Turquía. El de Recep Tayyip Erdogan es, quizá, el Gobierno que más se ha involucrado hasta la fecha en el conflicto libio. No solo ha desplegado sobre el país sus propias tropas, sino que también ha trasladado al frente más de 5.000 mercenarios islamistas procedentes de la guerra de Siria.

Dron turco Bayraktar TB2

En las últimas horas, han llegado otros 350 combatientes procedentes de Oriente Próximo, según ha informado el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (SOHR). Se unirán a las brigadas Sultán Murad, Suqur al-Shamal y Al-Sham, desplegadas en la periferia de Trípoli. Según esta fuente, más de 180 milicianos proturcos han fallecido ya en Libia desde el comienzo de las operaciones.

Hasta la fecha, los llamamientos a un alto el fuego permanente lanzados desde Naciones Unidas no han sido escuchados por ninguna de las dos partes. A pesar de la pandemia del coronavirus, que ya ha comenzado a extenderse por el país, los combates continúan y no hay visos de que vayan a cesar en las próximas semanas.

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