Un iraquí con gran experiencia militar se convierte en el principal candidato para suceder a al-Qurashi y convertirse en el nuevo dirigente del grupo terrorista

El Daesh se prepara para nombrar a su nuevo líder

photo_camera AFP PHOTO/AGENCIA DE NOTICIAS AAMAQ  - Miembros del Daesh en Níger, el daesh reivindicó el 16 de mayo de 2019 una emboscada a una patrulla del ejército en Níger en la que murieron al menos 28 efectivos

El Daesh ha iniciado su recuperación tras el duro golpe recibido con la muerte de su hasta entonces líder Abu Ibrahim al-Qurashi. Funcionarios de seguridad y analistas defienden que el sucesor podría ser un comandante con gran experiencia militar cuya muerte fue anunciada el año pasado por Estados Unidos e Irak.

El fallecimiento de al-Qurashi ha tenido lugar dos años después de la operación en la que Abu Bakr al-Baghdadi fue eliminado. Se conoce que el líder no habló con ninguno de sus seguidores y evitó las comunicaciones electrónicas que le pudiesen delatar. Además, se encargó de supervisar a las diferentes unidades que estaban sufriendo fuertes presiones por parte de las fuerzas iraquíes y estadounidenses.

Fadel Aborghev, experto y asesor iraquí de los servicios de seguridad, asegura que son cuatro los posibles candidatos para ocupar este cargo. Dos de ellos eran ya conocidos por desempeñar un papel de dirigente en algunas ciudades de Irak. Otro aspirante se dice que mantenía una estrecha relación con al-Baghdadi y al-Qurashi.

DAESH

El cuarto candidato es Abu Yasser al-Issawi, de quien “hay sospechas de que todavía está vivo a pesar de que la organización lo lloró”, y supuestamente fue neutralizado  en un ataque aéreo. Su puesto es muy importante para el Daesh debido a su larga trayectoria bélica.

Un funcionario iraquí defiende que, si no lo mataron, cuenta con una experiencia considerable en planificación de ataques militares y tiene cientos de seguidores. La organización, antes de anunciar el nombre de su nuevo líder, es probable que realice una tarea exhaustiva para evitar filtraciones.

El pasado viernes, Estados Unidos condujo el ataque que acabó con la vida de al-Qurashi. El “califa” estaba escondido en un edificio residencial ubicado en una pequeña localidad de la provincia siria de Idlib. Washington, al enterarse de su ubicación exacta, autorizó una operación con fuerzas especiales.

Para llevar a cabo esta misión, Joe Biden renunció a usar misiles lanzados desde drones y convocó a más de 20 soldados de élite. Los militares estadounidenses anunciaron su llegada para que los civiles pudiesen huir de la zona. Al-Qurashi, nada más enterarse del arribo de los soldados, se suicidó al detonar un explosivo.

Biden y Kamala Harris siguieron este acontecimiento en directo desde la Casa Blanca. A parte del líder del Dáesh, trece personas perdieron la vida, incluidos su mujer y sus hijos. Esta operación puso fin a uno de los objetivos principales del Gobierno estadounidense, tras anunciar que este grupo debía pagar por la muerte de 13 soldados que estaban trabajando en la evacuación del aeropuerto de Kabul.

Joe Biden

Esta es la quinta vez que EEUU liquida a un líder terrorista ya que, en 2006, llevó a cabo un bombardeo selectivo contra Abu Musab al-Zaqawi, fundador del Dáesh. El testigo fue recogido a lo largo de los años por otros combatientes hasta que, en 2010, llegó al poder Abu Baker al-Bagdadi, encargado de proclamar el Califato islámico cuatro años más tarde.

La voluntad de expandir sus ideales por todo el mundo les ha llevado a perpetrar numerosos ataques en todo el mundo. Los más graves han tenido lugar en diferentes ciudades del continente europeo. En 2015, París fue escenario de dos atentados terroristas: el primero tuvo lugar en la redacción de la revista satírica Charlie Hebdo.

El segundo en la sala de conciertos Bataclán y en varias terrazas ubicadas en diferentes distritos de la capital francesa. Al año siguiente, Bruselas, Niza y Berlín fueron las ciudades elegidas por los yihadistas para sembrar de nuevo el terror. En estas dos últimas ciudades, el procedimiento fue el mismo ya que utilizaron un camión de gran tonelaje para embestir a los transeúntes.

En 2017, se produjeron atropellos tanto en el paseo de La Rambla de Barcelona, como en el puente de Westminster, centro neurálgico del poder político de Londres. Por último, en ese mismo año un atacante suicida activó un explosivo durante un concierto de la cantante estadounidense Ariana Grande en el Manchester Arena.

Atentado Daesh

Las alarmas saltaron de nuevo en Occidente cuando varios combatientes del Daesh hicieron estallar, el pasado enero, un camión cisterna a las puertas de la cárcel siria de Hasaka. La ofensiva duró más de una semana y tenía como objetivo liberar a 3.500 excombatientes yihadistas. Las milicias kurdas contaron con el apoyo de Estados Unidos para sofocar el mayor ataque armado llevado a cabo desde su derrota en 2019.

A pesar de la caída de la organización en Irak y Siria, los líderes cuentan con más facilidades para moverse entre ambos países. La frontera de 600 kilómetros con Siria no ayuda a las fuerzas iraquíes a controlar la llegada de militantes a través de túneles. El Daesh va a preocupar siempre al mundo occidental al tratarse de un movimiento de insurgencia permanente que no tiene intención de renunciar a sus propósitos.

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