La agencia estatal de noticias siria, SANA, ha informado de que el Ejército Árabe sirio ha liberado a decenas de poblados, localidades y zonas al oeste y noroeste de la ciudad de Alepo, situada a 365 kilómetros al norte de la capital, Damasco. Entre las localidades recuperadas destacan Hereitan, Anadan, Hayyan, Maaret, Artik, Kafer Dael y Lairamoun, entre otras.
“Las operaciones precisas y la rigurosa planificación llevaron a grandes pérdidas en las filas de los insurgentes y a su huida de sus áreas de despliegue ante el avance del Ejército”, ha explicado el corresponsal de SANA sobre el terreno. “Los efectivos comenzaron las operaciones de peinado a gran escala en Khan al-Asal y al-Mansoura para desmantelar bombas y minas remanentes en paralelo con el despliegue de las fuerzas de seguridad internas, con el fin de mantener la seguridad”, ha añadido al respecto.

En esta misma línea, un comunicado de la Comandancia General del Ejército y las Fuerzas Armadas publicado a posteriori ha aseverado que, “con pasos estudiados y operaciones concentradas, los héroes del Ejército Árabe sirio continuaron sus avances con gran determinación para erradicar el terrorismo takfirista [aquel que acusa de apóstata a la comunidad musulmana] desde sus raíces y abatir a los asesinos que quisieron confiscar la voluntad de los civiles y tomarlos como rehenes y escudos humanos, para obstaculizar el avance y retrasar la eliminación de las organizaciones terroristas inscritas en la lista de terrorismo internacional”. “Nuestro valiente Ejército pudo cumplir con las tareas encomendadas de manera muy eficiente y en tiempo récord, y se recuperó el control de decenas de ciudades y poblados en el oeste y noroeste de la provincia de Alepo”, se puede leer en la nota, recogida por SANA.
La agencia ha recogido, en este sentido, las celebraciones del pueblo sirio que, con banderas nacionales, han copado las calles de la ciudad de Alepo para festejar la erradicación del dominio terrorista. Así, el avance de las Fuerzas Armadas sirias sobre esta provincia, considerada como el último bastión rebelde junto con Idlib, supone una gran victoria para el Gobierno de Bachar al-Asad, puesto que implica que, por primera vez en 8 años, los frentes occidental y norte de Alepo están desprovistos de terroristas.

Esto ha tenido lugar justo una semana después de que el Ejército también anunciara la recuperación del control de la carretera entre Alepo y Damasco -denominada como autopista M5, de 450 kilómetros-, que había estado bajo el dominio de los grupos terroristas desde el año 2012, fundamentalmente el Frente Al-Nusra, antigua denominación de la exfilial siria de Al-Qaeda que está integrada en la alianza Organismo de Liberación del Levante, y también bajo el yugo de las milicias respaldadas por Ankara.
La liberación de la autopista M5 es una conquista clave para la resolución de la guerra, porque como explica la analista Zeina Karam en Stars and Stripes, “al atravesar las principales ciudades de Siria [Damasco, Homs, Hama, Idlib y Alepo], la carretera es clave para quién controla el país”. “Históricamente una ruta comercial bulliciosa, fue descrita como la carretera más básica y estratégica en Oriente Medio […] puesto que el negocio que circulaba por ella estaba valorado en unos 25 millones de dólares al día”, señala la experta. “En otras palabras, vincula la capital política de Siria [Damasco] con la capital económica [Alepo], ahora en ruinas, pero también se conecta con la autopista M4 en el nudo de Saraqeb, lo que permite abrir el tráfico a la fortaleza costera del gobierno de Latakia y el puerto”, expone en esta línea el analista sirio Taleb Ibrahim.

Además, “para los rebeldes respaldados por Turquía que luchan contra Al-Asad, la carretera fue la piedra angular para mantener unido su territorio y mantener a raya a las fuerzas gubernamentales. Su pérdida marca un golpe mortal para los combatientes de la oposición, cuyo control sobre sus últimos terrenos en el noroeste de Siria parece cada vez más precario”, indica Karam.
Según ha informado Al-Watan, la M5 volverá a estar operativa “a finales de esta semana”, una vez que hayan concluido los trabajos de limpieza de las minas y explosivos instalados por las facciones insurgentes. El representante de la gobernación de Idlib, Muhammad Fadi Al-Saaadoun, ha anunciado este lunes que se abrirá “un nuevo cruce en el área de Saraqeb, para permitir que los ciudadanos regresen a las áreas de donde fueron desplazados”.

Estos movimientos sobre dicha provincia se han producido en un momento en el que las organizaciones humanitarias, como el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), habían advertido de que Alepo estaba viviendo una de sus “peores” épocas desde hace tres años. El motivo del mensaje de alarma es que se están utilizando “armas de amplio efecto en áreas pobladas”, por lo que son los civiles los que están “pagando el precio de esta continua lucha”.
Cabe recordar, en este punto, que la hemorragia humanitaria está afectando sobre todo a la región de Idlib, donde más de 800.000 personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares en los dos últimos meses. Por eso, las Fuerzas Armadas sirias también están reforzando sus operaciones en dicha provincia, lo que ya ha dado sus frutos: hace una semana, el Ejecutivo de Damasco comunicó la recuperación de una franja de territorio de 600 kilómetros cuadrados ubicada entre Idlib y Alepo, que, hasta entonces, se encontraba bajo el yugo rebelde.

“Estamos decididos a liberar todas las tierras sirias”, ha reiterado este lunes el presidente Bachar al-Asad, en unas declaraciones recogidas por el medio local Al Watan. “Los países hostiles al pueblo sirio todavía están tratando de proteger a los terroristas que toman rehenes como escudos humanos, y esto no puede continuar a expensas de la vida, la seguridad y la estabilidad de los ciudadanos”, ha asegurado el mandatario.

En las últimas semanas, Siria ha visto como su territorio se estaba convirtiendo en un campo de batalla para las potencias extranjeras. Por un lado, en Damasco, Israel continuaba sus ofensivas contra posiciones tanto sirias como iraníes, dejando víctimas mortales y provocando las continuas amenazas de Teherán sobre atacar como represalia. Por otro lado, en Idlib, Turquía y Rusia llevaban su relación hasta el extremo tras el intercambio de ataques entre Ankara y el Ejército sirio, apoyado tradicionalmente por Moscú.
En este escenario, está previsto que este lunes se reúnan de nuevo las delegaciones de Ankara y Moscú para buscar una salida a la escalada de tensión en la zona. El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ya advirtió de que si la vía diplomática fracasara, no descartarían “tomar otras vías”, entre las que se incluye el enfrentamiento directo. De hecho, el mandatario amenazó a su homólogo sirio, Bachar al-Asad, para que retirara sus tropas de Idlib antes de que acabara el presente mes de febrero, lo que, de no producirse, tendría fuertes consecuencias.
Así, parece que Turquía ha adoptado una política de “huida hacia delante”, en un momento en el que su derrota de Siria está más cerca que nunca con la liberación de la M5. “El régimen turco sabe que ha perdido su influencia de una vez por todas en Siria a la luz de los avances del Ejército sirio con la ayuda de Rusia y la eliminación de las milicias armadas de Idlib”, explica el investigador Muhammad Hamid en Al-Ain. “Erdogan está tratando de prolongar el conflicto con la esperanza de obtener ganancias, pero la presión del Ejército sirio y la retirada de los combatientes que pertenecen a Turquía en el campo de batalla, terminaron con todas sus ambiciones de estar en el norte de Siria”, agrega al respecto.