El rey Abdullah II de Jordania ha impulsado este jueves una nueva remodelación del gabinete del primer ministro Bisher Al-Khasawneh, la quinta desde su formación en 2020. Bajo el reinado del monarca hachemí han desfilado hasta la fecha 14 primeros ministros y más de una veintena de Gobiernos.
Abdullah II ha confirmado los rumores que vaticinaban cambios en el Ejecutivo a través de un decreto real en el que anunciaba el reemplazo de los ocho ministros que presentaron el miércoles su renuncia, según la agencia estatal de noticias Petra.
Dos carteras han desaparecido y hasta 11 nuevos ministros han pasado a formar parte del gabinete, tres de ellos mujeres. Nancy Namrouqa como secretaria de Estado de Asuntos Jurídicos, Zeina Toukan como ministra de Planificación y Cooperación Internacional y la directora general del Fondo de Inversión jordano, Kholoud Saqqaf, como ministra de Inversión.

Los cambios no afectan a los Ministerios de Hacienda, Interior y Exteriores, las carteras clave seguirán en las mismas manos. Asimismo, el veterano diplomático y asesor real Al-Khasawneh, que sustituyó hace dos años al dimisionario Omar al-Razzaz, antiguo economista del Banco Mundial y ministro de Educación, retendrá la jefatura del Gobierno.
Los nuevos miembros del gabinete tomaron posesión en una ceremonia celebrada en la mañana del jueves en el Palacio Al Husseiniya de la capital, Amán, que contó con la presencia del propio Al-Khasawneh. Abdullah II presidió el acto.
Jordania es una monarquía constitucional en la que el rey concentra los poderes ejecutivo y legislativo. El cuarto monarca de la dinastía hachemí tiene la potestad para designar y destituir al primer ministro, y entre sus prerrogativas también se encuentra la de disolver la Asamblea Nacional bicameral cuando así lo considere oportuno.

La remodelación manda un mensaje de dinamismo de cara a la opinión pública. Abdullah II pretende mejorar la acción de Gobierno en un contexto de crisis global. La pobreza en Jordania es un fenómeno en expansión y la tasa de desempleo es superior al 25%, pero la corrupción se erige como el gran problema nacional. El Gobierno ha intentado combatir esta lacra mediante la Comisión de Integridad y Anticorrupción (IACC, por sus siglas en inglés), pero los intentos se han visto diluidos por la lentitud de las instancias judiciales.
El cambio coincide además con la implementación del grueso de las reformas económicas auspiciadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI). Las medidas pretenden abrir el país a la inversión extranjera, sin embargo, un informe emitido en septiembre por la Fundación Friedrich Ebert, próxima a la socialdemocracia alemana, sostiene que, lejos de impulsar la economía, el organismo ha disparado la deuda y ha sostenido el déficit presupuestario.