“A pesar de nuestros esfuerzos todavía no hemos ganado la batalla a la pandemia de la COVID-19. Vivimos momentos difíciles y sin precedentes para todos”. Estas han sido las palabras utilizadas por el monarca marroquí Mohammed VI en un discurso transmitido por televisión con motivo del 67º aniversario de la Revolución del Rey y el Pueblo.
El rey de Marruecos ha afirmado que en caso de que el número de casos continúe aumentando, la Comisión Científica de la COVID-19 podría recomendar la vuelta al confinamiento, incluso de una manera más estricta. Esta decisión – ha advertido el monarca – podría tener “duras consecuencias en la vida de los ciudadanos y en la situación socioeconómica”.
El reino alauí ha registrado hasta el momento 47.638 casos confirmados de la COVID-19, con 775 muertes. La situación ha empeorado en las últimas semanas a raíz del periodo de desconfinamiento, que comenzó el pasado mes de julio, y por el cual los nuevos casos a nivel nacional han aumentado a más de 1.000 por día.
Mohammed VI ha dedicado el discurso que pronuncia anualmente con motivo de la Revolución del Rey y del Pueblo a la situación del país tras la pandemia. El reino alauí rinde homenaje cada año en estas fechas al alzamiento nacionalista contras las autoridades coloniales francesas. Esta festividad conmemora el exilio del abuelo del actual rey, Mohamed V y la lucha por la independencia del país. “Esta revolución estuvo marcada por el verdadero espíritu patriótico y por los valores del sacrificio, la solidaridad y la lealtad, para la consecución de la libertad e independencia de Marruecos”, ha señalado el monarca en un discurso en el cual ha comparado la lucha por la independencia del país con la contienda para hacer frente a la pandemia del coronavirus.
Durante su intervención, Mohammed VI ha destacado algunas de las principales medidas impuestas por el Estado para reducir el impacto de esta crisis sanitaria, entre ellas, un plan de reactivación de la economía o un proyecto para la generalización de la cobertura social a todos los marroquíes. “Estamos orgullosos de cuanto hemos hecho, particularmente con relación a la baja mortalidad y al reducido número de infectados, en comparación con muchos países. Pero lamentablemente, con el desconfinamiento, hemos observado que el número de afectados crece de manera ilógica, por motivos varios”, ha explicado el monarca.
El rey de Marruecos ha sido crítico con aquellos que consideran “que esta pandemia no existe” o con los que piensan que “el desconfinamiento significa el final de la enfermedad”. “Hay que insistir en que esta enfermedad es una realidad, y quien diga lo contrario, no solo se perjudica a sí mismo, sino que también pone en peligro a su familia y a las demás personas”, ha aseverado. En su intervención ha vuelto a incidir en el hecho de que algunas personas no presenten síntomas hasta pasados diez días o incluso del peligro de aquellos que pueden contagiar sin ni siquiera llegar a tener síntomas. “Esta enfermedad no hace diferencia entre los habitantes de las ciudades y los del campo, ni entre niños, jóvenes y ancianos”, ha advertido.
El monarca ha responsabilizado del repunte de casos a las decenas de marroquíes que no han respetado las medidas preventivas adoptadas por las autoridades como, por ejemplo, el uso de la mascarilla o el mantenimiento del distanciamiento social. “Este comportamiento carece de todo celo patriótico y del menor sentido de solidaridad. En efecto, el patriotismo exige, ante todo, velar por la salud y seguridad de los demás; del mismo modo que la solidaridad no sólo consiste en el apoyo financiero, sino más bien en asumir el compromiso de no propagar la epidemia”, ha subrayado.
El Gobierno anunció la decisión de hacer obligatorio el uso de mascarillas en público el pasado seis de abril con el objetivo de contener la propagación de la pandemia de la COVID-19. “Si al menos se careciera de medios de prevención en el mercado, o que su precio fuera elevado, en estos casos se entenderían dichos comportamientos. Sin embargo, el Estado ha procurado aportar en abundancia estos productos y a precios muy razonables”, ha puntualizado Mohammed VI, quien ha informado de que el Estado ha subvencionado el precio de las mascarillas y ha fomentado que éstas se produzcan en el país. Aquellos que no cumplan estas normas se enfrentan a una pena de prisión de uno a tres meses y a una multa que varía entre 300 y 1300 dirhams, tal y como aseguró el Ministerio de Interior en un comunicado publicado el pasado 25 de julio.

El monarca ha lamentado el creciente número de infectados tras la flexibilización del confinamiento. “El deterioro de la situación sanitaria a la que hemos llegado es deplorable y no inspira optimismo. Quien pretenda ocultar esta realidad, querido pueblo, os estará mintiendo”, ha afirmado. La vuelta a la denominada normalidad en Marruecos ha provocado que el número de casos confirmados se haya multiplicado por tres, en apenas unas semanas. “La media de contagios entre el personal sanitario pasó de una infección diaria, durante el período de confinamiento, a los 10 de los últimos días”, ha anunciado.
El rey alauí teme que los hospitales se vean superados por la pandemia, a pesar de los esfuerzos llevados a cabo por las autoridades y el sector sanitaria. Dadas las circunstancias, Mohammed VI ha invitado a la sociedad a movilizarse para sensibilizar y concienciar para poder hacer frente a esta pandemia. “Sin una conducta patriótica ejemplar y responsable, por parte de todos, no se podrá salir de esta situación ni tampoco relevar el desafío de la lucha contra esta pandemia”, ha advertido.
En una fecha tan señalada como es la de la Revolución del Rey y del Pueblo, el rey ha aprovechado para evocar los valores de “sacrificio, solidaridad y lealtad” para reducir el impacto de esta pandemia y acabar con ella lo antes posible. “Estoy seguro de que los marroquíes pueden relevar este desafío, siguiendo los pasos de sus antepasados, engalanándose con el verdadero espíritu patriótico y respetando los deberes de la ciudadanía positiva, en beneficio de nuestro pueblo y de nuestro país”, ha concluido.
La situación derivada de esta crisis sanitaria ha empeorado principalmente en ciudades como Casablanca o en Marrakech, donde las autoridades han obligado a algunos barrios a confinarse. Asimismo, el coronavirus ha provocado una gran caída del turismo por el cierre de fronteras, por lo que el Banco de Marruecos teme que se produzca una recesión del 5,2 % en este 2020, aumentando la tasa de desempleo. El monarca marroquí suele aprovechar esta festividad para conceder indultos. Este año se han beneficiado de esta medida de gracia 550 personas condenadas por diferentes tribunales del Reino.