La ambigüedad ha dominado las relaciones turco-emiratíes en la última década. La enconada rivalidad surgida tras las Primaveras Árabes, un escenario en el que Ankara promocionó a los Hermanos Musulmanes y donde Abu Dabi se afanó por contener al islamismo en la región, parece haberse transformado en una tregua definitiva después del primer episodio de acercamiento vivido en 2016. Una distensión que promete prolongarse en el tiempo y de la que salen reforzados sus vínculos políticos y comerciales.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdoğan, ha aterrizado este lunes en Abu Dabi por primera vez en casi una década para realizar una visita de dos días al país. El desplazamiento se produce en mitad de los intentos de Ankara por relanzar sus relaciones con los países del Golfo, una hoja de ruta que ha llevado a Turquía a reforzar sus relaciones con Arabia Saudí, y que pasa ahora por tejer una nueva asociación estratégica con Emiratos.
El príncipe heredero de Abu Dabi, el jeque Mohamed bin Zayed Al-Nahyan, ha recibido al líder turco con una ceremonia protocolaria en la que se proyectaron en el Burj Khalifa, el edificio más alto del mundo, las palabras “hoş geldiniz”, bienvenido en turco. Una calurosa acogida que refleja el ‘momentum’ en que se ha producido este encuentro. Para Emiratos significa entrar en una nueva etapa, y así lo expresó el asesor emiratí Anwar Qarqash: “La visita del presidente Erdoğan a Abu Dabi se enmarca en la apuesta por la paz, seguridad y desarrollo para asegurar un futuro próspero”.

Para Turquía es un alivio. La acuciante crisis interna que atraviesa el país, con una inflación desbocada y una abrumadora caída de la lira, ha obligado a Ankara a diseñar una nueva estrategia exterior estable a corto plazo que haga olvidar el aislamiento al que fue sometido por los Estados del Golfo después de respaldar a Qatar durante la crisis regional, y también por sus socios occidentales por los continuos desencuentros en el Mediterráneo oriental, entre otros factores.
Este punto y aparte en sus relaciones dejaría atrás el prolongado período de enfrentamiento que aún protagonizan en Libia, Siria o el Cuerno de África. Una década en la que han encadenado crisis tras crisis, pero en la que también se dieron momentos de distensión. El más reciente en 2016, cuando Emiratos y sus socios del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) declararon como “organización terrorista” al Movimiento Gülen, liderado por el clérigo que habría instigado el intento de golpe de Estado en Turquía.
Erdoğan viajó a Emiratos por última vez en febrero de 2013, unos meses antes del golpe de Estado en Egipto que llevó al poder al general Abdel Fattah al-Sisi y que recrudecería aún más sus relaciones, mientras que Mohamed bin Zayed visitó en noviembre el país euroasiático por primera vez en 10 años. Una visita que puso fin al impasse diplomático y que se saldó con un acuerdo de inversión emiratí por valor de 10.000 millones de dólares en Turquía.

La inyección de Emiratos dio oxígeno a la maltrecha economía turca, por lo que Erdoğan ha buscado en esta ocasión ampliar las inversiones para mitigar la crisis. La agencia de noticias estatal turca, Anadolu, asegura que el presidente ha alcanzado 13 nuevos acuerdos comerciales con Emiratos para fortalecer la cooperación bilateral en las áreas de energía, transporte, sanidad, defensa e incluso medios de comunicación. Unos pactos que facilitan el deshielo en sus relaciones.
Mohamed bin Zayed y Erdoğan han estampado sus rúbricas al término de las negociaciones mantenidas por las delegaciones turca y emiratí. Antes de la firma, el líder islamista discutió con el gobernante ‘de facto’ de Emiratos sus vínculos diplomáticos, que han encontrado en los últimos meses un espacio común. El propio Erdoğan reconoció que “Turquía y los Emiratos Árabes Unidos pueden contribuir juntos a la paz, la estabilidad y la prosperidad regionales” en una columna de opinión publicada en el diario emiratí Khaleej Times.
Para Turquía, Emiratos representa el tercer mercado en sus exportaciones en Asia y su cuarto socio principal en el capítulo de importaciones. Un volumen de operaciones que ha aumentado en el último año y que promete hacerlo en los próximos meses, ya que sus agendas parecen converger 10 años después. Además, sus lazos culturales también pasan por un buen momento con la visita de Erdoğan este martes a la Expo Dubái 2020, donde se celebrará el nacional de Turquía.