Desde hace una semana, Pakistán se ve sacudido por una movilización contra Francia, mientras París recomienda a sus ciudadanos que abandonen el país

El estallido del sentimiento antifrancés en Pakistán

AP/K.M. CHAUDARY - Simpatizantes de Tehreek-e-Labiak Pakistan, un partido islamista prohibido, corean consignas durante una protesta por la detención de su líder de partido Saad Rizvi, en Lahore, Pakistán, el martes 20 de abril de 2021

Pakistán ha vivido unas semanas de violentas protestas que comenzaron el pasado día 12 tras la detención del líder del TLP Saad Rizvi, por dar un ultimátum al Gobierno para que Pakistán expulsase al embajador de Francia y cortese las relaciones diplomáticas con este país. Miles de lideres del TLP bloquearon carreteras en todo el país y paralizaron la actividad en numerosos lugares, al tiempo que se enfrentaba con la Policía, causando varios muertos y numerosos heridos.  

El TLP se fundó en 2015 por Khadim Hussain Rizvi, padre del líder actual. Su principal argumento es proteger al islam y condenar las blasfemias contra la religión. Asimismo, aboga por la imposición de la Sharía en el país. En 2017 el grupo consiguió la dimisión del ministro de Justicia, Zahid Hamid, después de bloquear Islamabad con protestas. El TLP consideraba al ministro un “blasfemo”. También protestaron contra la absolución de la cristiana Asia Bibi, condenada a muerte por presuntamente insultar al profeta Mahoma. En los últimos años los principales líderes del grupo han sido asesinados por ataques estadounidenses, ya que desde Washington es considerado un grupo terrorista. Esta organización cuenta con el apoyo de los talibanes paquistaníes. En 2020 el Gobierno llegó a un acuerdo con el TLP, pero debido a la postura del Imram Khan ante la confrontación con Francia, las protestas se han reanudado.

Simpatizantes del partido Tehreek-e-Labbaik Pakistan (TLP) embajador francés, en Lahore el 20 de abril de 2021. PHOTO/AFP

El TLP aboga por la expulsión del embajador francés de Islamabad meses después de la polémica por las declaraciones de Emmanuel Macron. Las tensiones con Francia comenzaron en octubre del año pasado por los comentarios sobre el islam del presidente francés, Emmanuel Macron, durante el funeral del profesor decapitado por un radical, expresó que el país es laico y que “todas las caricaturas tienen cabida”. Estas palabras enfurecieron a los sectores más islamistas de Pakistán, entre ellos, el partido TLP y sus seguidores. El Gobierno paquistaní también mostró su rechazo a las declaraciones del presidente francés, respaldando un boicot a los productos franceses. No obstante, la confrontación entre Islamabad y París se quedó en una crisis diplomática, mientras que el TLP continuó sus protestas contra Francia, tornándose cada vez más violentas. Debido a la postura del primer ministro Imram Khan, el odio del grupo islamista se extendió también al propio Gobierno del país. Saad Rizvi, líder del TLP, llegó a amenazar al Ejecutivo si no expulsaba al embajador francés.

Líderes de Tehreek-e-Labiak Pakistan, un partido islamista prohibido, asisten a una protesta por el arresto del líder de su partido Saad Rizvi, en Lahore, Pakistán, el martes 20 de abril de 2021.  AP/K.M. CHAUDARY

El primer ministro paquistaní, Imran Khan, acusó entonces al mandatario francés de atacar y herir los sentimientos de millones de musulmanes en todo el planeta, y se produjeron protestas en Pakistán. Entonces, los islamistas pusieron fin a las protestas después de anunciar un acuerdo con el Gobierno para expulsar a el embajador francés y cortar relaciones con Francia, pacto que ahora dicen no se está cumpliendo. El anuncio llega después de que el primer ministro paquistaní, Imran Khan, afirmase en un discurso televisado que la expulsión del embajador francés por las controvertidas caricaturas solo perjudicaría a Pakistán. Khan argumentó que el corte de relaciones con el país europeo supondría la disminución de las exportaciones, el aumento del desempleo, el cierre de fábricas, la subida de la inflación y el aumento de la pobreza. 

La blasfemia es un tema muy delicado en Pakistán, el segundo país musulmán más poblado, con casi 220 millones de habitantes, donde incluso las acusaciones no probadas de ofender al islam pueden provocar asesinatos y linchamientos. La representación de los profetas está estrictamente prohibida por el islam suní. Ridiculizar o insultar al profeta Mahoma se castiga con la muerte en algunos países musulmanes, incluido Pakistán. Después de esta decisión se espera que las protestas no finalicen, es más, posiblemente los ciudadanos afines al TLP muestren violentamente su rechazo. 

Una pancarta reivindicativa con el retrato de Saad Rizvi, líder de Tehreek-e-Labiak Pakistan,  AP/K.M. CHAUDARY

En este contexto, la Embajada de Francia, alrededor de la cual se ha reforzado la seguridad, recomendó el 15 de abril que sus nacionales y las empresas francesas "abandonen temporalmente" Pakistán, debido a las "graves amenazas" que pesan sobre los intereses franceses en ese país. Una llamada que parece ser ignorada por el momento.

En 2020, en Pakistán, 445 personas estaban inscritas en el registro de ciudadanos franceses residentes en el país. Sin embargo, el registro no es obligatorio y esta cifra no refleja necesariamente el número exacto de franceses que viven allí. Según la embajada, treinta y cinco empresas francesas están presentes en el país, principalmente grandes grupos activos en los sectores energético, farmacéutico, de distribución, de transporte marítimo y de construcción pública. Desde la organización han anunciado que las protestas continuarán hasta que el embajador galo sea expulsado y hasta que Rizvi sea liberado. La Embajada de Francia en el país ha aconsejado a sus ciudadanos que abandonen Pakistán lo antes posible ante la respuesta de los seguidores del TLP.