El Grupo Wagner, conocido como el flanco militar de Moscú en el extranjero, mantendrá sus operaciones en Mali y la República Centroafricana, según el ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov. Esta afirmación se produce en medio de una rebelión interna encabezada por su presidente, Yevgeny Prigozhin, que provoca inquietud sobre la futura presencia del grupo en múltiples países. Lavrov aseguró que la rebelión en el seno de Wagner no afectará a las relaciones entre Moscú y sus aliados.
Serguéi Lavrov destacó la percepción de abandono que se siente en la República Centroafricana y Mali por parte de Europa y Francia como factores que han impulsado a estas naciones a buscar el apoyo de Rusia y del Grupo Wagner. Han recurrido a la organización para obtener instructores militares y garantizar la seguridad de sus dirigentes. Lavrov hizo estas declaraciones en una entrevista con el canal ruso RT.

Como informa el medio Al-Arab, el analista político Besirou Doumbia, en Mali, declaró: “La presencia de Wagner en Malíi está patrocinada por el Kremlin. Si Wagner está en desacuerdo con el Kremlin... Mali sufrirá naturalmente las consecuencias de ello en el frente de la seguridad”. El país se ha enfrentado a la inestabilidad política con dos golpes de Estado en 2020 y 2021, así como a una batalla en curso contra militantes islamistas.
Sin embargo, la alianza entre Mali y Rusia, especialmente con la participación de Wagner, ha tensado sus relaciones con las Naciones Unidas y las potencias occidentales. Éstas afirman que los combatientes de Wagner, junto con las fuerzas malienses, pueden haber cometido crímenes de guerra. Tanto el Gobierno maliense como Rusia han negado estas acusaciones.
Desde 2018, el Grupo Wagner, formado por combatientes rusos de la antigua Unión Soviética y sirios, ayuda al Gobierno maliense a contrarrestar los movimientos rebeldes. Esta colaboración, unida a la creciente influencia de Rusia en el África francófona, ha suscitado la preocupación de las potencias occidentales, en particular de Francia, antigua potencia colonial en la región. El presidente francés, Emmanuel Macron, ha criticado el despliegue de Wagner en África, calificándolo de “seguro de vida para regímenes fracasados en África” y augurando un aumento de la miseria.

Anteriormente, Estados Unidos también acusó a Wagner de explotar los recursos naturales de la República Centroafricana, Mali y otros países para financiar sus actividades, incluido el conflicto de Ucrania. Rusia rechazó estas acusaciones.
Pero documentos estadounidenses filtrados han revelado la importante implicación de Wagner en al menos ocho países africanos, entre ellos Mali, la República Centroafricana y Libia, donde el grupo ha establecido sólidas relaciones con los Gobiernos locales.
Tras la rebelión encabezada por Yevgeny Prigozhin, se ha llegado a un acuerdo que le obliga a exiliarse en Bielorrusia, estrecho aliado de Moscú. Este acuerdo obliga a reevaluar las relaciones de Prigozhin con el presidente ruso, Vladimir Putin.

Además de su presencia en Mali, los mercenarios de Wagner han desempeñado un papel importante en Siria desde 2015, actuando como “fuerzas especiales” junto al Ejército ruso.
También se ha detectado la presencia del grupo en África, en países como Libia, Sudán y Mozambique, entre otros. Según una fuente militar europea, Wagner está implicado en la extracción de oro y minerales de África Central y Mali, lo que beneficia a la economía rusa.

En febrero, el experto independiente de la ONU sobre la situación de los derechos humanos en África Central, Yao Agbetsi, acusó al Ejército y a sus aliados rusos, entre ellos Wagner, de cometer abusos. En respuesta, la Unión Europea impuso nuevas sanciones contra el grupo.
La futura trayectoria de los acontecimientos depende de las negociaciones entre el presidente ruso Vladimir Putin y el líder de Wagner, Yevgeny Prigozhin.
Pauline Bax, subdirectora del programa para África del International Crisis Group, declaró: “Wagner ha tenido cierto margen de maniobra con sus proyectos en África. Sin la cooperación del Ministerio de Defensa ruso, no veo cómo el grupo podría seguir trabajando allí”. Sin embargo, cree poco probable una retirada inmediata de los soldados rusos del continente.

La situación sigue siendo compleja y delicada, con posibles implicaciones para la seguridad regional y las relaciones internacionales. La presencia continuada del Grupo Wagner en Mali y la República Centroafricana, a pesar de la agitación interna, plantea interrogantes sobre la dinámica entre Moscú, sus aliados y las potencias occidentales.
A medida que se desarrollen los acontecimientos, se irán aclarando las repercusiones en los países afectados y en el equilibrio general de poder en África.