Los rebeldes hutíes, que luchan en la guerra de Yemen contra el Gobierno legalmente establecido que es apoyado por la coalición árabe antiterrorista liderada por Arabia Saudí, siguen generando inestabilidad en Oriente Medio.
Este grupo chií vinculado a la República Islámica de Irán ha sido acusado de secuestrar un barco vinculado a Israel, el Galaxy Leader, en aguas del mar Rojo mientras se desarrolla la guerra que se lleva a cabo en Gaza entre el Ejército israelí y el grupo armado palestino de Hamás, desatada después del cruento ataque terrorista que materializó la organización palestina en territorio israelí el pasado 7 de octubre.
El conflicto bélico en territorio gazatí ha dejado ya decenas de miles de muertos y centenares de secuestrados y está siendo un foco de desestabilización en la región. Ahora, otro elemento de discordia son los grupos contrarios a Israel y Occidente, como los rebeldes hutíes, grupo chií muy vinculado a Irán, principal estandarte de la rama chií del islam, que ha sido señalado por el secuestro de un carguero vinculado a Israel en una ruta marítima crucial del mar Rojo, y por la toma como rehenes de 25 tripulantes. Una acción llevada a cabo en respuesta al ataque de Israel contra Hamás en Gaza.

Este episodio genera mayor tensión en una ruta marítima clave como es el mar Rojo y añade más complicación a la situación inestable de Oriente Medio. Todo ello sumado también a los últimos movimientos de Irán amenazando a Israel, enemigo histórico del régimen de los ayatolás, con declaraciones agresivas y actos como el de la presentación del último misil hipersónico Fattah II y de la última generación de drones iraníes, bautizados precisamente como “Gaza”.
El grupo hutí también advirtió en esta línea que seguiría atacando barcos en aguas internacionales vinculados a israelíes o de su propiedad hasta el final de la campaña de Israel contra los gobernantes de Hamás en Gaza. “Todos los barcos que pertenezcan al enemigo israelí o que tengan tratos con él se convertirán en objetivos legítimos”, según manifestaron fuentes hutíes.
La oficina del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, culpó a los hutíes del ataque contra el Galaxy Leader, un portavehículos con bandera de Bahamas afiliado a un multimillonario israelí. Además, indicó que los 25 miembros de la tripulación atrapados eran de diversas nacionalidades, entre ellas búlgara, filipina, mexicana y ucraniana, pero que no había ningún israelí a bordo.

Los hutíes afirmaron que estaban tratando a los miembros de la tripulación “de acuerdo con sus valores islámicos”, pero no dieron más detalles sobre lo que eso significaba, como informó el medio Euronews.
La oficina de Netanyahu condenó el secuestro como un “acto de terror iraní”. Mientras, el Ejército israelí calificó esta acción de “incidente muy grave de consecuencias mundiales”.
Por lo tanto, el impacto del terrorismo de las milicias hutíes no se ha detenido en el interior de Yemen, sino que amenaza la navegación en el mar Rojo, añadiendo todavía más inestabilidad a la región de Oriente Medio, ya muy sacudida con la guerra que enfrenta a Israel con Hamás.
Esta última detención de un barco ligado a Israel ha alertado a Occidente sobre la necesidad de cambiar su estrategia hacia el grupo respaldado por la República Islámica.
Diversos analistas han apuntado que se ha subestimado últimamente a los rebeldes hutíes como foco desestabilizador y como amenaza para Israel y, por extensión, para Occidente en un momento de gran tensión en Oriente Medio, acrecentada por la guerra entre Israel y Hamás.

Los hutíes advirtieron sobre que los barcos israelíes son un “objetivo legítimo”. El canal Al-Masirah, vinculado a este grupo, citó al jefe adjunto del Estado Mayor, el general de división Ali al-Mushki, quien manifestó que “los barcos israelíes son objetivos legítimos para nosotros en cualquier lugar”, como informó el medio Al-Arab.
La compañía propietaria del barco dijo que se había enterado de que los rebeldes abordaron el barco deslizándose con una cuerda desde un helicóptero, un método utilizado por Irán durante operaciones anteriores de detención de barcos en el estrecho de Ormuz. Precisamente, el estrecho de Ormuz es un enclave muy importante para el transporte de petróleo mundial y sufrió durante mucho tiempo las amenazas de obstrucción por parte de Irán después de que la República Islámica recibiese sanciones dictadas por Estados Unidos a cuenta de la ruptura en su día del pacto nuclear que limitaba el desarrollo del programa atómico persa.
Si Israel decide cruzar hacia el mar Rojo a través del estrecho de Bab al-Mandab, cercado por Yemen, Yibuti y Eritrea, los rebeldes hutíes de Yemen han asegurado que atacaran sus embarcaciones. Así lo explicó también este martes el líder del movimiento hutí, Abdelmalik al-Huti, en un discurso televisado. “Planeamos operaciones adicionales para golpear objetivos sionistas en Palestina o en otros lugares y no dudaremos en hacerlo en el mar Rojo, particularmente en Bab al-Mandab y sus aguas adyacentes a las territoriales yemeníes”, explicó.
Según explicó a Deutsche Welle el experto Matthew Hedges, los ataques y amenazas hutíes a Israel sirven para hacer un llamamiento a las comunidades musulmanas a oponerse a Israel alineándose con una “narrativa panislámica”, mediante la cual los hutíes lideran el llamamiento a que todos los musulmanes tienen que atacar a Israel. Lo que supone un mensaje idéntico al que mantiene Hezbolá.
Si Occidente continúa subestimando las capacidades de los hutíes, podrían ampliar el alcance de sus ataques, amenazando la estabilidad regional, como han apuntado diversos expertos, lo cual no ayudará a la seguridad de la región.