Las relaciones entre Kuwait e Irak se enfrentan a una nueva crisis, esta vez marcada por las amenazas que ha lanzado el parlamentario iraquí Ala Al-Haidari sobre desplegar las Fuerzas de Movilización Popular proiraníes en la frontera iraquí-kuwaití.
Los motivos de estas amenazas parecen estar relacionados con el hostigamiento de los pescadores iraquíes en el puerto de Khor Abdullah, territorio aún disputado entre Irak y Kuwait, a manos de las autoridades kuwaitíes. Este motivo ha sido suficiente para que el parlamentario Ala Al-Haidari, cercano a la Alianza Al-Fateh y la Organización Badr, aliado de Irán, acusara a Kuwait de “asaltar a los pescadores iraquíes”.
Además, el legislador iraquí publicó un vídeo en sus redes sociales en el que pedía a las Fuerzas de Movilización Popular desplegar sus fuerzas en Khor Abdullah para proteger a los pescadores iraquíes. “Me dirijo a la Guardia Costera de Kuwait, si no se comporta bien, lo haremos a nuestra manera”, afirmó Al-Haidari. Estas declaraciones fueron acompañadas por la publicación de sitios pertenecientes a milicias cercanas a Irán en las que se muestran maniobras en aguas territoriales iraquíes cerca de Kuwait.

Frente a estas amenazas, el vicecanciller kuwaití, Madjdi Al-Dhafiri, convocó al embajador iraquí, Al-Manhal Al-Safi, para protestar contra estos comentarios y mostrar su rechazo. “Estas acusaciones no reflejan las relaciones profundamente arraigadas entre los dos vecinos”, dijo el vicecanciller. Por su parte, Al-Safi enfatizó que las acusaciones eran falsas y señaló que la Guardia Costera de Kuwait no había agredido a los pescadores. Además, describió como necesaria “la cooperación existente y continua entre las fuerzas costeras de Kuwait e Irak abordar las violaciones de los pescadores iraquíes en las aguas territoriales de Kuwait”.
Pero estas declaraciones no han sido suficientes para Kuwait. Varios diputados de la Asamblea Nacional han instado a celebrar una sesión especial para considerar las amenazas iraquíes. En el documento que impulsaron, el motivo de esta sesión especial es “discutir estas violaciones y amenazas de manera urgente e inaplazable”, ya que “algunos barcos iraquíes traspasaron e ingresaron ilegalmente en aguas territoriales kuwaitíes”, algo que coincidió con “las amenazas hacia Kuwait a través de declaraciones hechas por algunos representantes iraquíes y algunas corrientes políticas y milicias armadas, y el silencio del gobierno iraquí sobre tomar cualquier posición disuasoria”.

No obstante, estas amenazas impulsadas por políticos y milicias proiraníes están precedidas por Irán como parte de un proceso de chantaje a Kuwait con respecto a una confrontación mayor: el yacimiento de gas de Al-Durra. Este campo de gas ha sido muy polémico desde su descubrimiento en 1967 entre Irán, Kuwait y Arabia Saudí, por encontrarse en la frontera marítima conjunta.
La crisis desatada por Al-Durra vino precedida por un acuerdo entre Kuwait y Riad el año pasado en el que ambos países acordaron trabajar para realizar unos estudios de ingeniería para desarrollar el yacimiento de gas. Este acuerdo no fue tan bien acogido por Irán, que no tardó en expresar su rechazo.

A día de hoy han fracasado todas las rondas de diálogo para delimitar las fronteras marítimas entre ambos países, incluida la ronda de conversaciones del año 2000, cuando Irán intentó aprovechar para iniciar el desarrollo del campo y extraer gas. Pero las amenazas de Kuwait de presentar una demanda a los tribunales internacionales hicieron paralizar las intenciones de Irán.
Estas amenazas iraníes no es algo especialmente novedoso. Teherán ha estado empleado sus armas para presionar a otros países, como los ataques con misiles lanzados por algunas milicias contra instalaciones petroleras en la región del Kurdistán para impulsar sus exportaciones de petróleo a Turquía y Europa.