El Organismo Internacional de Energía Atómica de la ONU (OIEA) ha alcanzado este lunes un acuerdo con Irán para la prórroga de la supervisión de la agencia sobre las infraestructuras nucleares persas por un mes. “Hemos podido lograr un acuerdo sobre un par de cosas, relacionadas con el entendimiento técnico temporal que alcanzamos en febrero”, ha declarado el director de la OIEA, Rafael Grossi.
Las conversaciones entre la delegación iraní y los representantes de la agencia de Energía Atómica de Naciones Unidas, lideradas por el propio Rafael Grossi y el jefe del programa nuclear iraní, Ali Akbar Salehi, se prolongaron durante la madrugada del domingo tras el envite lanzado por la Asamblea Consultiva Islámica durante su última convocatoria.

“Me gustaría subrayar que esto no es lo ideal”, matizó el director general de la OIEA. “Es un dispositivo de emergencia que se nos ocurrió para poder seguir realizando estas actividades de vigilancia”, reconoció el propio Grossi. El desafío aún se mantiene, ya que la agencia de Naciones Unidas no tiene por el momento acceso a las imágenes, aunque la Organización de Energía Atómica de Irán ha advertido de que mantendría el material ya registrado por las cámaras del OIEA.
El representante de Irán ante el Organismo Internacional de Energía Atómica de la ONU, Kazem Gharibabadi, reveló el acuerdo a través de su cuenta de Twitter. “Recomendamos a los países negociadores que aprovechen la oportunidad adicional proporcionada por Irán de buena fe para el levantamiento completo de las sanciones de forma práctica y verificable”, trasladó Gharibabadi.

El acuerdo se ha producido tan solo un día después de las declaraciones del presidente del Parlamento iraní y ex alcalde de Teherán, Mohammad Baqer Qalibaf, quien aseguró el domingo que “a partir del 22 de mayo y con el fin del acuerdo de tres meses, la OIEA no tendrá acceso a los datos recogidos por las cámaras dentro de las instalaciones nucleares acordadas en el marco del acuerdo”. “El Líder Supremo también ha subrayado la importancia de aplicar la ley”, agregó.
El Parlamento iraní aprobó en diciembre un proyecto de ley para la suspensión parcial de las inspecciones de la OIEA sobre las instalaciones nucleares si los implicados en las negociaciones no habían aliviado para febrero las sanciones contra Irán. No obstante, y a falta de un alivio en las sanciones, los negociadores del Organismo Internacional de Energía Atómica de Naciones Unidas alcanzaron sobre la bocina una prórroga de tres meses del denominado “protocolo adicional”, un fleco del pacto que permitía a la agencia la captación de las imágenes de vigilancia de los centros iraníes.

La finalización del plazo de tres meses que permitía a la agencia nuclear de la ONU la recogida masiva de imágenes de las cámaras de seguridad de las centrales iraníes expiró el pasado sábado, según el propio Qalibaf. Por lo tanto, el acceso del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) al proyecto nuclear persa habría quedado completamente restringido a partir de este lunes, un motivo que tensaría aún más la cuerda entre las partes para una posible reedición del acuerdo nuclear de 2015.
Sin embargo, las negociaciones entre los representantes de la OIEA y la delegación iraní continuaron de madrugada, un hecho que pone de relieve la reducción de las diferencias entre las partes. El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Said Jatibzadé, anuncuó que Teherán decidiría este mismo lunes la ampliación de la prórroga de tres meses por uno más. La decisión daría a Estados Unidos, a Irán y al resto de signatarios del Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA) un margen de maniobra para tratar de conseguir un acuerdo in extremis.

Jatibzadé ha añadido que “está bastante claro que se han logrado progresos significativos y que un entendimiento está al alcance de la mano” en las conversaciones que transcurren en Viena. Para Irán, el levantamiento de todas las sanciones es conditio sine qua non para su vuelta al pacto de 2015. Por su parte, Estados Unidos ha dicho que levantará únicamente aquellas relacionadas con el acuerdo nuclear, no así las que estén vinculadas con actividades terroristas o violaciones de los Derechos Humanos, un terreno prolífico para el régimen persa.
El secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, trasladó que aún no ha comprobado si Irán hará lo que debe para cumplir con sus compromisos nucleares a fin de que se levanten las sanciones. “Creo que Irán sabe lo que tiene que hacer para volver a cumplir con la parte nuclear, y lo que aún no hemos visto es si Irán está preparado y dispuesto a tomar la decisión de hacer lo que tiene que hacer. Esa es la prueba y todavía no tenemos una respuesta”, declaró a la cadena ABC.

La ruptura definitiva de las negociaciones para la reactivación del acuerdo nuclear es la espada de Damocles que amenaza las aspiraciones de la comunidad internacional. El visible desacuerdo entre Teherán y Washington dificulta la vuelta definitiva al statu quo previo a 2018, momento en que Donald Trump decidió retirar a Estados Unidos del pacto de forma unilateral. Jatibzadé ha aconsejado a EEUU que debe cambiar el rumbo y volver a sus compromisos bajo el acuerdo nuclear de 2015 “en lugar de usar el tiempo y la energía en Viena para defender el legado fallido de Trump”.
Mientras continúan las negociaciones para la vuelta al JCPOA, Irán celebrará el próximo 18 de junio unas nuevas elecciones presidenciales. Hasán Rohani, de la línea “moderada” del régimen, cumplirá el máximo de mandatos consecutivos marcados por la Constitución y su puesto será ocupado, según las últimas encuestas, por el conservador Ali Larijani, ex presidente del Parlamento, o el ultraconservador Ebrahim Raisi, actual presidente del Tribunal Supremo. El resultado resultará determinante para conocer el futuro de las negociaciones nucleares.