El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, busca consolidar su influencia en el norte de África. Para ello, ha invitado a su homólogo argelino, Abdelmadjid Tebboune, a Ankara. Durante esta visita oficial, la primera de un líder argelino en 17 años, ambos mandatarios firmaron 15 acuerdos de cooperación en áreas como economía, comercio, educación, turismo, seguridad y cultura. En este sentido, han acordado la apertura de centros culturales en Turquía y Argelia.
Por otra parte, más concretamente, ambos gobiernos firmaron varios memorandos de asociación relacionada con servicios sociales, materia ambiental, minería, tecnología, pesca, transportes, infraestructuras, medios de comunicación y lucha contra el crimen organizado transnacional. Respecto a este último punto, Argel podría recibir más opositores y activistas políticos exiliados en Turquía.

Aunque si un ámbito destaca dentro de la cooperación alcanzada por Erdogan y Tebboune es la defensa. El mandatario turco se ha comprometido a fortalecer la colaboración en esta industria, según informa la agencia de noticias turca Anadolu. Dentro de esta asociación se incluye la venta de armas turcas, ya que el presidente turco anunció que “muchas compañías de defensa turcas estaban en conversaciones con Argelia”.
No obstante, este movimiento podría generar tensiones con Rusia, principal proveedor armamentístico de Argelia. “Rusia no aceptará ninguna duplicidad en las posiciones de Argelia, ya sea en materia de armas o de gas”, señala Al-Arab.
“Como dos países que desempeñan un papel importante para garantizar la paz y la estabilidad en el continente africano, estamos decididos a fortalecer la cooperación en la industria de defensa”, declaró Erdogan, según recoge el medio turco Daily Sabah.

Argelia saldría beneficiada de esta cooperación a nivel militar, mientras que Turquía lo hace en el plano económico, y más en un momento en el que la economía turca sufre una fuerte crisis. La cooperación armamentística permite a Ankara comercializar su industria armamentística, mientras que, por otra parte, Tebboune ha asegurado que el volumen de inversión con Turquía incrementará 10 mil millones de dólares en los próximos años.
Además de buscar un balón de oxígeno para la economía nacional, Ankara también ve fortificada su influencia en el norte de África con el objetivo de expandirse hacia el Sahel en un momento en el que Francia pierde su relevancia en la región mientras aumenta la de Rusia.

Tal y como indican fuentes políticas a Al-Arab, los acuerdos firmados por Erdogan y Tebboune son una oportunidad para que Ankara tome Argelia “como centro de lanzamiento de sus actividades en el norte de África, refuerce su papel en Libia y Malí y presione a Túnez, que se niega a caer bajo la influencia turca”. Durante una rueda de prensa conjunta, Erdogan reconoció la importancia de Argel en la región. “Consideramos mucho el papel que juega Argelia en el norte de África y en el Sahel”.
El Sahel es una zona donde Ankara lleva años expandiendo su influencia a través del llamado soft power aprovechando el auge de un sentimiento anti-francés en la región. En este sentido, incluso el presidente galo, Emmanuel Macron, acusó a Turquía de impulsar este sentimiento en el continente africano en una entrevista con Jeune Afrique. Tal y como explica Hannah Armstrong, analista de Crisis Group, las actividades turcas en la región se centran especialmente en “apoyo al desarrollo y compromiso comercial”, aunque ha llegado a acuerdos de defensa con algunos gobiernos de la región.

Obviamente, estos movimientos causan recelo en otros países que, al igual que Turquía, miran con interés la zona del Sahel. “Aunque muchos sahelianos han aplaudido el rápido avance de Ankara en la región, algunos estados del Golfo Pérsico y occidentales han reaccionado negativamente”, añade Armstrong.
Ankara lleva años tratando de posicionarse como actor clave en la región a través de la crisis en Libia, donde apoya activamente a Abdul Hamid Dbeibé, jefe del Gobierno de Unidad Nacional (GNU). Actualmente el país vuelve a ser testigo de enfrentamientos armados debido a la reciente llegada a Trípoli de Fathi Bashagha, designado primer ministro por el Parlamento de Tobruk, pese al rechazo de Dbeibé, primer ministro en funciones apoyado por Naciones Unidas.

Turquía tampoco es ajena a este huracán político. La semana pasada Bashagha visitó de manera sorpresa Ankara después de recibir una invitación oficial. Durante este encuentro, el primer ministro libio reconocido por Tobruk habría pedido apoyo a Erdogan en su lucha política con Dbeibé.

La crisis en Libia también fue un tema que abordaron Erdogan y Tebboune en Ankara. En la capital turca, el presidente argelino reiteró la posición de su país. De acuerdo con Argel, la única solución para por “celebrar elecciones”, algo en lo que coincide con el Gobierno turco. “No hay otra alternativa que entregar la administración del país al pueblo libio. Ya estamos en consultas mutuas con Turquía sobre este tema”, reveló Tebboune.
Clashes erupted in Libya’s capital after a failed attempt by the parliament-appointed prime minister Fathi Bashagha to take power from his rival administration https://t.co/fnyi2rdOGy pic.twitter.com/OSk40k4Ln2
— Reuters (@Reuters) May 17, 2022
La visita oficial de Tebboune a Ankara se ha producido pocos días después de que el ministro de Asuntos Exteriores de Turquía, Mevlüt Çavuşoğlu, reiterase su respaldo a la soberanía e integridad territorial del “hermano Marruecos”. Estas declaraciones se produjeron durante una rueda de prensa conjunta en Marrakech entre el jefe de la diplomacia turca y su homólogo marroquí, Nasser Bourita. Çavuşoğlu viajó al reino alauita para asistir a una reunión de la Coalición Globral contra el Daesh.

La región del Sáhara Occidental, reconocido por muchos países como parte del territorio marroquí, es un punto de disputa entre Rabat y Argel. De hecho, la nueva posición de España sobre la zona ha provocado una brecha con Argelia, quien ha retirado a su embajador en Madrid.