“La guerra es una hidra de múltiples cabezas de la cual siempre encuentras la que menos esperas”
Año 2010, España venía de ser campeona del mundo, en Europa se empezaba a respirar tras el sometimiento marcado por la economía por parte de la crisis del 2008, mientras, en Lisboa, se firmaría el, hasta este año, último concepto estratégico de la institución defensiva más importante del mundo: la OTAN. Por aquel entonces la guerra se vivía en la televisión y no se le daba importancia, hasta que la guerra ha llegado a Europa.
La OTAN es la seguridad de Europa, pero necesita recomponerse por culpa de sucesos como las declaraciones realizadas en su momento por Donald Trump, las incursiones militares en Siria, el fracaso de las tropas en Afganistán, o declaraciones como las de Macron en 2019 en las que hablaba de la muerte cerebral de la OTAN. Afirmaciones que dañaron en exceso el ecosistema de la Alianza generando síntomas de debilidad. Si pudiéramos resumir este nuevo concepto estratégico en tres pilares fundamentales serían la seguridad colectiva, la gestión de crisis y la seguridad cooperativa; exaltando la primera como principal siendo los otros dos, pilares complementarios del primero.
Tras la reunión en Bruselas hace 4 días de los ministros de Defensa de países miembros de la Alianza Atlántica, se llegó a la conclusión de que no se invierte lo suficiente en defensa sin embargo, ultimaron que, por culpa del contexto bélico que se respira en Europa desde febrero del presente año, la mentalidad de la sociedad ha sufrido un cambio. En el marco del cambio estratégico llevado a cabo por la OTAN, los principales puntos clave en los que se debatió y argumentó en el seminario fueron, el refuerzo de la defensa y seguridad de los países fronterizos con Rusia ante ataques de cualquier índole, incluida la nuclear, el apoyo a la soberanía territorial de Ucrania y el proyecto de seguridad colectiva 360° de la OTAN.
El Almirante Don Juan Francisco Martínez, secretario general de política de Defensa del Ministerio de Defensa, arrancó la ponencia esbozando que en un mundo cambiante como el actual se aprende todos los días. Alegó que la Guerra ha sido un catalizador de la reforma de la OTAN ya que las diferentes sociedades europeas nunca habían estado a favor del aumento del gasto en defensa. Mantener la unidad general ha sido el mejor resultado de la cumbre de Madrid. Además, sale reforzada en la visión global gracias a la colaboración de los países del Asia-Pacífico. “Podemos describir a la OTAN después de Madrid como una OTAN más global en su perspectiva, y donde el flanco sur es un área de interés preferente; una tentación novedosa que ha reforzado la seguridad de España”, afirmó Mariola Urrea, profesora titular de Derecho Internacional y Unión Europea por la Universidad de La Rioja.
Madrid no fue una cumbre más, la cumbre de Madrid ha servido para aliviar la tensión entre los miembros y ha cambiado el marco en el que la OTAN se va a mover en los próximos 10 años. El 2022 ya iba a ser convulso antes del conflicto, pero la agresión militar el 24 de febrero supuso un cambio y una aceleración de los procesos de alianza en materia militar y por lo tanto en defensa. La idea es la de reforzar la defensa en todos los países y en todas sus formas.
Álvaro Ortega, director general adjunto de Política Exterior y Seguridad afirmaba que “la agresión rusa sobre Ucrania ha supuesto un cambio de paradigma, un punto de inflexión en la estructura de seguridad mundial que provoca una aceleración enorme de los procesos de reforma tanto en el ámbito de la Alianza como en el de la UE”.
El conflicto de Rusia no olvidemos que empezó en 2014 tras la anexión de Crimea, donde la OTAN tuvo que adoptar la medida de alcanzar un 2% del PIB en defensa en la Cumbre de Wales. La Alianza no busca la escalada, sino reducirla e intentar el dialogo. Este cambio de paradigma es que ha tenido más influencia política de toda la historia de la Alianza.
El nuevo concepto tiene a los aliados muy involucrados, es la puesta en práctica de la ambición política de los aliados antes una situación concreta. En 2010 la seguridad era alta y ahora en 2022 la incertidumbre es clara y está en la calle. Los programas de cooperación con Rusia se suspenden con Crimea en 2014 aunque había relaciones amistosas con la OTAN. En las condiciones actuales no puede ser socios. China no es un enemigo, es un competidor, pero la forma en la que está remodelando el mundo tendrá consecuencias para nosotros. Mientras que en el 2010 se hablaba de los problemas de inmigración en el norte de África y de atentados terroristas, en 2022 los problemas actuales que tenemos ahora son principalmente el cambio climático y el afronte de la ciberseguridad y de la seguridad espacial.
Para España este cambio estratégico representa una responsabilidad económica, política y militar. Desde el ámbito político no es ya una nación ella sola, es Europa, es la OTAN, es decir, cualquier problema que repercuta a España formará parte de Europa y de la OTAN. El punto económico viene dado por el contexto de la anexión de Rusia, la economía siempre ha formado parte de la guerra, convirtiéndose en una herramienta de combate. Desde el punto de vista militar, España siempre ha cumplido y tenemos buena posición. Tal y como afirma Félix Arteaga, investigador de Seguridad y Defensa de Internacional del Real Instituto Elcano, “creíamos que el problema principal del Concepto Estratégico era explicar por qué se necesita implantar una estructura de defensa tan decidida y estricta. Pero la invasión de febrero ha cambiado esta cuestión. Ha calado la percepción de que hay que hacer algo más”.
Respecto a la zona del Sahel estaremos de la mano de la UE, necesitamos buscar un partner. Que la OTAN mire al sur como una amenaza, ha sido un largo camino para la UE. Desde la UE se quiere que se consideren las amenazas del sur dentro del enfoque de los 360. Debemos tener una seguridad clara y redactada del Sahel, hay que tomar medidas, necesitaremos un escudo militar, necesitaremos operaciones de combate, solos o con otros, pero también hemos de hacerlo solos.
Concluyendo con lo comentado en la ponencia los participantes, tanto los ponentes del ámbito militar como los diplomáticos e ilustrados coinciden en que el gasto debería ser estructural, es decir, que forme parte de los gastos troncales del estado. Hacer ver a la sociedad que es un asunto global de seguridad de los derechos de la gente. Tener claro siempre que la libertad frente al autoritarismo, hay que defenderla, que no hay margen a la negociación, que se debe adoptar las medidas que sean precisas. O defendemos la libertad o no, o se cree en los derechos humanos o no los defendemos, hay que ser claros en lo que se quiere. Debemos estar preparados para todo ya que la recurrencia a la bomba nuclear ha roto con todos los tabúes que existían al menos en el tono de los contendientes.
