El Gobierno en funciones de Libia busca un impulso definitivo que despeje el camino a la transición política y aporte cierta estabilidad al país norteafricano. La presencia de combatientes extranjeros, procedentes en su mayoría de Rusia y Turquía, y las discrepancias sobre la hoja de ruta hasta las elecciones impiden por el momento el pleno funcionamiento de las nuevas instituciones.
En este marco, la capital alemana acoge este miércoles la II Conferencia sobre Libia. Los representantes de las grandes potencias mundiales se reúnen en Berlín con el objetivo de resolver el nuevo escenario que atraviesa el país hasta las próximas elecciones del 24 de diciembre.
El secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, ha asistido a la cumbre. En una comparecencia previa, Blinken ha trasladado que comparten con Alemania “el objetivo de una Libia soberana, estable, unificada y segura, libre de injerencias extranjeras”. “Eso es lo que se merece el pueblo, y es esencial para la seguridad regional”, ha sentenciado el estadounidense.
Encima de la mesa se encuentran varias cuestiones a resolver para desbloquear el proceso político. El desarrollo de un calendario para la retirada de las tropas extranjeras y el establecimiento de una base constitucional y jurídica para la celebración de los comicios son las máximas prioridades de los convocantes.

El jefe del Consejo Presidencial, Mohamed Menfi, el primer ministro, Abdul Hamid Dbeiba, y la titular de la cartera de Exteriores, Najla Mangoush, están al frente de la delegación libia, y son acompañados por los ministros de Exteriores y los máximos representantes de las instituciones internacionales.
Mangoush hizo público antes de la cumbre que el Ejecutivo en funciones propondría la iniciativa ‘Estabilidad de Libia’, un proyecto confeccionado por el Gobierno de Unidad Nacional durante los últimos tres meses que contiene una serie de medidas para resolver la crisis económica y el reto en materia de seguridad.
“La iniciativa pretende que los libios puedan opinar en este nuevo periodo en cooperación con los países que apoyaron nuestra estabilidad. También propondrá la formación de un grupo de trabajo internacional presidido por Libia a nivel de ministros de Asuntos Exteriores para reforzar la visión de Libia sobre las soluciones y mantener su soberanía”, reveló Mangoush.
La unificación del Ejército libio bajo un solo mando y la activación el acuerdo de alto el fuego, incluyendo la fijación de un plazo para la retirada de todas las fuerzas extranjeras y mercenarios de Libia, son algunas de las propuestas que presentará la delegación libia.
Una larga nómina de países está representada en la cumbre, entre ellos Alemania, Argelia, China, Francia, Egipto, Italia, Marruecos, Países Bajos, Rusia, Turquía, los Emiratos Árabes Unidos, Reino Unido, Estados Unidos, Suiza y Túnez. Asimismo, la ONU, la Unión Europea y la Liga Árabe conforman el panel de organismos internacionales intervinientes.

En la Conferencia de Berlín, celebrada hace justo un año, se preparó el terreno para el establecimiento de un proceso político entre libios auspiciado por Naciones Unidas. Desde entonces, se han producido avances significativos en el conflicto.
El alto al fuego, acordado en octubre de 2020, supuso el primer paso hacia la transición política. El pacto exigía la retirada de Libia por parte de los combatientes y mercenarios extranjeros en un plazo de 90 días. Esta resolución condujo, a su vez, a un acuerdo sobre las elecciones y a la designación de un nuevo Gobierno de transición.
A raíz de la primera Conferencia de Berlín, las partes crearon grupos de trabajo para unificar las instituciones políticas, económicas y de seguridad, una misión que sigue en desarrollo. Sin embargo, “aún quedan muchos retos por delante”, declaró el ministro de Asuntos Exteriores alemán, Heiko Maas, tras su reunión bilateral con Dbeiba y Mangoush del martes.
Libia asumió en marzo las nuevas instituciones creadas ‘ad hoc’ para el cumplimiento de la transición política. Los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU dieron luz verde al Consejo de la Presidencia provisional y al Gobierno provisional de Unidad Nacional “como entidades encargadas de conducir a Libia hacia las elecciones nacionales del 24 de diciembre”.

La Misión de Apoyo de las Naciones Unidas en Libia (UNSMIL) creó en noviembre el Foro de Diálogo Político Libio (LPDF), un grupo compuesto por 75 miembros convocado para desatascar el bloqueo político. Aunque los primeros avances en la hoja de ruta se detuvieron en las últimas semanas.
A tenor de la situación, Antony Blinken y sus homólogos planear insistir en el cumplimiento de los puntos centrales de la Resolución 2570 del Consejo de Seguridad de la ONU, esto es, respaldar el Gobierno de Unidad Nacional (GNU), mantener el alto el fuego, celebrar las elecciones a tiempo y garantizar que las fuerzas militares y los mercenarios extranjeros se retiren cuanto antes.
Las amenazas a la estabilidad siguen estando presentes. El reto principal es el de definir si se deben celebrar elecciones presidenciales y parlamentarias directas simultáneamente o permitir que el Parlamento elegido escoja al presidente. Otro de los interrogantes son los requisitos de elegibilidad de los candidatos.
En relación con este último punto, Naciones Unidas ordenó al Parlamento libio que aceptara las bases constitucionales para las elecciones y adoptara una legislación electoral antes del 1 de julio, lo que le dio a la Alta Comisión Electoral Nacional del país tiempo suficiente para prepararse antes de la votación. Sin embargo, los desacuerdos en materia constitucional engendraron el bloqueo político para la aprobación del marco legal.
Por lo tanto, aún no está claro si antes de los comicios se celebrará un referéndum constitucional. En cualquier caso, el general Jalifa Haftar ha rechazado de plano la consulta ya que le impediría presentar su candidatura presidencial. Según el proyecto, los ciudadanos con doble nacionalidad y las que están en servicio militar activo no pueden presentarse a las elecciones, unos requisitos que Haftar incumple al tener nacionalidad estadounidense.

La injerencia extranjera también sigue presente. “A día de hoy, no se ha producido ninguna retirada de mercenarios, ni de combatientes extranjeros, pero se están preparando planes para la retirada, especialmente por parte de la Comisión Militar Conjunta de Libia”, advirtió la coordinadora humanitaria para Libia de Naciones Unidas, Georgette Gagnon.
Los mercenarios extranjeros dificultan el progreso real en el país norteafricano. La ONU contabiliza un total de 20.000 combatientes totales enviados por Rusia, a través del Grupo Wagner, y por Turquía. Por este motivo, la cúpula militar libia prepara una respuesta contundente para expulsar del país a los mercenarios extranjeros, según reveló Gagnon.
Mientras tanto, el primer ministro asistió el domingo al acto de reapertura de la carretera que conecta las ciudades costeras de Sirte y Misrata, clausurada desde hace dos años a causa del conflicto. Dbeiba destacó que el reinicio de las actividades es clave para la vida de la población e hizo un llamamiento a la unidad.
La aparición del primer ministro se produjo tras la prohibición por parte del Consejo Presidencial de los movimientos militares no autorizados en el país. La decisión institucional vino precedida de la toma de un puesto fronterizo con Argelia acometido por las fuerzas lideradas por el general Haftar.
Estas pusieron en marcha el jueves una operación militar para “rastrear a los terroristas takfiri”, según el propio LNA. El Consejo Presidencial envió sus propias tropas al sur en respuesta a la acción de Haftar, iniciando las tensiones entre las partes.