Ahmed Wali Haqmal, portavoz del Ministerio de Finanzas, comunicó que se respetarán los derechos humanos, así como el derecho de las mujeres a la educación, con la condición de que se termine con el bloqueo financiero.
Según fuentes de Reuters, Haqmal comunicó que “el dinero pertenece al Estado afgano". "Solo danos nuestro dinero. Congelar estos fondos es un acto poco ético que va en contra de todas las leyes y valores internacionales", indicó.
Afganistán se encuentra en una gran crisis no sólo financiera, sino también migratoria, cuyos habitantes se ven obligados a huir o enfrentarse a constantes hambrunas y violaciones de derechos humanos.

Debido a ello, los talibanes piden el fin del bloqueo, comprometiéndose a respetar los derechos humanos.
Un funcionario del Banco Central comunicó que, para evitar una emigración masiva hacia Europa, los países europeos deberían liberar sus fondos de las reservas afganas.
Los fondos depositados por Afganistán en Bancos Centrales en Europa, y en la Reserva Federal de Estados Unidos, se encuentran congelados desde el pasado agosto, cuando los talibanes ocuparon el territorio y derrocaron al Gobierno.

El reciente compromiso de respetar los derechos humanos por parte de los talibanes suscita varias dudas en la comunidad internacional dado su historial.
En mayor medida, la comunidad internacional permanece atenta a los movimientos del Gobierno talibán en cuanto a los derechos de las mujeres, ya que anteriormente fueron violados, y permanece la sospecha de que vuelva a ocurrir.
El régimen talibán, se considera una estricta y radical interpretación del Islam, que trata de disminuir la presencia de las mujeres en los espacios públicos, y eliminar por completo su existencia en los ámbitos laboral y educativo.
El anterior Gobierno talibán estuvo presente de 1996 a 2001. Durante esos años, las mujeres fueron obligadas cubrir su cuerpo por completo con una prenda holgada y sin usar colores llamativos, a salir de sus casas sólo con la presencia de un “mahram”, y se le negó el derecho a la educación y al trabajo, entre otras restricciones.

Después de 20 años desde el último Gobierno talibán, las mujeres pudieron conseguir, a un ritmo mucho más lento que otros países, una serie de derechos inherentes como la educación, el trabajo, o la libertad de decisión de no portar un burka.
Tras la ocupación de Afganistán, las mujeres afganas empezaron a protestar en contra del régimen talibán y de las restricciones a las que se veían obligadas a llevar a cabo.
El pasado mes de septiembre, las mujeres afganas lideraron una campaña en redes sociales, en la que llevaban vestidos tradicionales de diferentes colores, como símbolo de protesta, bajo los hashtags #AfganistanCulture y #DoNotTouchMyClothes.