El presidente francés inicia una visita de tres días al país magrebí en un contexto de crisis energética y tensiones regionales

Macron aterriza en Argelia para reconstruir las relaciones franco-argelinas

AFP/LUDOVIC MARIN - El presidente francés Emmanuel Macron (izq.) es recibido por el presidente de Argelia, Abdelmadjid Tebboune, a su llegada al aeropuerto de Argel el 25 de agosto de 2022, al inicio de una visita oficial a Argelia

El presidente francés Emmanuel Macron ha aterrizado en Argelia con un objetivo entre ceja y ceja: reconstruir los vínculos con la nación norteafricana, todavía desgarrados por la turbulenta dominación colonial que acabó hace seis décadas con una guerra de independencia (1954-1962). Macron no ha sido capaz de suturar las heridas. Esta vez, el inquilino del Elíseo cuenta con una nueva oportunidad para limar asperezas con la cúpula argelina en un contexto marcado por la escasez de suministro energético y la pérdida de influencia en el continente tras la retirada definitiva de las tropas francesas en Mali. 

El mandatario galo ha llegado a Argel primera hora de la tarde, pasadas las 15.00 hora local (14.00 GMT). A pie de pista del aeropuerto capitalino de Houari Boumédiène le ha recibido su homólogo, Abdelmadjid Tebboune, con una solemne recepción. La ocasión así lo merecía. Se trata de la primera visita del jefe de Estado francés desde su reelección en abril; la segunda contabilizando su primer quinquenio. Además, el desplazamiento coincide con el 60º aniversario de la independencia de la excolonia francesa. 

Macron ha arrancado así una atípica visita de tres días destinada a mirar “hacia el futuro”, aunque la primera parada del recorrido buscaba hacerlo al pasado. Como estaba anotado en la agenda, los líderes se han dirigido hacia el Monumento a los Mártires, que conmemora a los caídos durante la guerra de independencia. Más símbolos. A esta hora, los mandatarios mantienen un cara a cara en solitario para, después, celebrar una cena en el Palacio de El Mouradia, la residencia presidencial argelina. 

Francia Argelia

Pero el presidente francés no ha viajado solo, le escolta una comitiva de 90 personas, entre los que se cuentan siete ministros, varios líderes empresariales y diferentes personalidades de la diáspora argelina. Destaca en esta última categoría la boxeadora Sarah Ourahmoune, medallista olímpica en Río de Janeiro. El núcleo duro del gabinete también está entre los acompañantes: Bruno Le Maire, el titular de Economía, Gérald Darmanin, ministro del Interior. Y Catherine Colona, la jefa de la diplomacia francesa. 

En su primer desplazamiento al país magrebí, un recién elegido Macron se reunió con el curtido Abdelaziz Bouteflika. Entonces, Argelia aún no había vivido la revolución del Hirak, el estallido popular que puso contra las cuerdas al régimen, y las proyecciones a futuro eran halagüeñas. Macron era el primer presidente nacido tras la independencia argelina. Sobre el papel, las cuestiones históricas estaban superadas. Y de hecho así fue cuando Macron calificó de “crimen contra la humanidad” la ocupación colonial. Pero la situación se fue tensando. 

Las acusaciones cruzadas por cuestiones relacionadas con la memoria histórica, la polémica por los visados y las repatriaciones o las lucha contra la inmigración irregular tensaron las relaciones bilaterales. En octubre, las palabras de Macron en las que responsabilizaba a la élite política argelina de su propia crisis, restando peso al legado colonial, provocaron la ruptura definitiva. Argel retiró a su embajador en París y cortó todas las vías de diálogo. En los últimos meses, sin embargo, los signos de distensión han sido una constante.  

Macron Tebboune

Hay mucho en juego. Por de pronto, reducir la dependencia de gas contraída con Rusia y paliar la crisis de suministro energético que se cierne sobre Europa para el próximo invierno. Argelia puede ser determinante. El país magrebí, el mayor exportador de gas de África, trabaja para suplir parte del déficit de abastecimiento europeo. 

Para Macron también será crucial resolver la pérdida de influencia de Francia en el continente africano. La retirada definitiva de las tropas de Barkhane, que abandonaron Mali la semana pasada, y la consiguiente llegada de otros actores como Rusia o China pone en peligro los intereses de París. Mejorar sus relaciones con Argelia significaría reforzar su languideciente papel en el Norte de África. 

Pero el Elíseo se ha esforzado por restar contenido estratégico a la visita. Macron ha optado por orientar esta visita hacia el futuro, [centrándose en] las start-ups, la innovación, la juventud, los nuevos sectores”, aseguró en una nota la presidencia de la República francesa. Nada que ver con cuestiones políticas o energéticas, algo difícil de creer.