Casi un mes después del devastador terremoto que provocó miles de muertos y heridos en las zonas del Alto Atlas de Marruecos, el embajador marroquí ante las Naciones Unidas, Omar Hilale, ha condenado el uso de esta catástrofe por parte de Argelia.
“Hubiera deseado que los duros momentos que atraviesa Marruecos, el duelo de las familias, las muertes, los miles de heridos y la destrucción los hubiera impulsado a guardar silencio para respetar el momento, para ser solidarios”, comenzó señalando Hilale a su homólogo argelino en la ONU.
El diplomático marroquí acusó al país vecino de “derramar lágrimas de cocodrilo y al mismo tiempo atacar a un país que todavía vive un drama”. “Muestran su solidaridad, su apoyo, pero al mismo tiempo inyectan su veneno, insultan a los muertos, insultan a los marroquíes”, añadió Hilale.
El representante marroquí en la ONU hacía referencia a la cobertura que varios medios de comunicación argelinos como la Tercera Televisión Nacional (ANT3) y AL24 hicieron sobre el seísmo. Ambos medios usaron la retórica y las imágenes de una forma que se alinea con las posiciones políticas oficiales de Argel, contrarias a Marruecos.
La prensa argelina utilizó el terremoto para promover la agenda política del régimen, destacando la “oferta inmediata de ayuda” por parte Argelia y criticando “la lenta respuesta de Marruecos a la crisis”.
Como país vecino, Argelia ofreció ayuda tras el seísmo. Sin embargo, esta oferta, así como la de Francia, no fueron aceptadas por Rabat, que solo solicitó ayuda a España, Reino Unido, Emiratos Árabes Unidos y Qatar. Como consecuencia de esto, los medios de comunicación argelinos, al igual que hicieron algunos franceses, mostraron su rechazo a las decisiones tomadas por el Gobierno marroquí.

Tal y como recuerda Morocco World News, desde el terrible seísmo la prensa argelina, en concreto ANT3 y AL24, no ha dejado de atacar al Reino por no aceptar su ayuda, sin la cual, al parecer, Rabat no podrá superar esta catástrofe.
En lugar de centrarse en el terrible drama que sufre el país y los ciudadanos, reconocer el gran trabajo realizado por los equipos de rescate en un terreno extremadamente difícil, o resaltar la increíble oleada de solidaridad nacional, las televisiones oficiales de Argelia han optado por politizar este desastre natural, tal y como denuncia el medio marroquí.
De acuerdo con Mohamed Mliless, investigador independiente en Ecolingüística y Análisis del Discurso, debido a las tensiones geopolíticas actuales entre Marruecos y Argelia -países que no mantienen relaciones diplomáticas- la prensa argelina ha utilizado el terremoto como un nuevo frente para enfrentar a Marruecos.

En este sentido, Mliless subraya en Morocco World News como los medios argelinos se centraron en destacar la respuesta humanitaria de Argelia para resaltar su liderazgo y compasión mientras, al mismo tiempo, criticaban la respuesta de Marruecos al desastre. Asimismo, pusieron de manifiesto la cuestión del Sáhara Occidental, principal tema que enfrenta a Argel y Rabat, a pesar de no tener relación con el seísmo.
“Sin duda, el régimen argelino está aprovechando esta oportunidad para ajustar cuentas con Marruecos en cuestiones políticas, económicas, deportivas y culturales”, explica el investigador. “Creen que estamos en un momento de debilidad y creen que deben aprovechar esta oportunidad para lanzar ataques implacables en un intento de debilitar aún más el Reino Cherifiano”, añade.

El lenguaje utilizado por los medios para hablar sobre el seísmo no es neutral. La prensa argelina opta por usar un lenguaje bélico, revelando un cierto sesgo destinado a desconcertar la percepción del público sobre los hechos.
Entre las palabras más empleadas a la hora de informar sobre la catástrofe se encuentran “fracaso, incapacidad y abandono”, mientras que otros conceptos positivos como “preparación, solidaridad y resiliencia” apenas aparecen en los reportajes.

Incluso la selección de imágenes refleja cierto sesgo. “Específicamente, se eligen imágenes que representan solo un aspecto de la situación”, indica Mliless, quien asegura que esto se hace con el objetivo de “reforzar aún más la narrativa de Marruecos como un Estado ‘incapaz de responder adecuadamente a la crisis por sí solo’”.
“Esta representación selectiva no sólo moldea la percepción del espectador sino que también refuerza sutilmente la agenda política subyacente de los medios de comunicación sobre Argelia”, concluye Mliless.