Rabat sigue ampliando sus esfuerzos por fortalecer su presencia militar y hacer frente a los desafíos que amenazan su seguridad en un momento de inestabilidad global. El Reino ha establecido un mando en Alhucemas, al norte del país, que servirá para “reorganizar las unidades de las Fuerzas Armadas Reales (FAR) a fin de superar los desafíos que enfrenta el reino, en particular la inmigración irregular y el contrabando”. De esta forma, la base de Alhucemas se une a otras iniciativas como el establecimiento de una zona militarizada en la región oriental cerca de las fronteras argelinas a principios de este año.
Fuentes consultadas por el medio Bladi.net aseguran que este mando pretende a su vez “garantizar la inviolabilidad de las fronteras terrestres, aéreas y marítimas de Marruecos de manera total y constante”. A lo que añadía que estas acciones se deben llevar a cabo “en una buena coordinación de acciones y una convergencia de esfuerzos entre las unidades militares y las autoridades locales”. No hay que olvidar que la situación de Marruecos con sus países aledaños no es la mejor. Ya no sólo con Argelia, con quien el rey Mohammed VI ha ofrecido un diálogo para reconducir la situación, la crisis con Túnez es otro de los factores que pone sobre aviso al reino alauí.
Hassane Erreda, general de brigada de las FAR, será el encargado de dirigir la instalación en Alhucemas, donde ya se ha establecido en el cuartel general del primer batallón de infantería. Se espera que su liderazgo pueda otorgar “la mayor flexibilidad y libertad de acción necesaria para adaptarse a las 'condiciones de emergencia' de la región que se extiende desde el este de Alhucemas hasta el norte de Moulay Bousselham”, en la provincia de Kéntira, al norte de la capital marroquí.
El nuevo movimiento de Marruecos supone un paso más en la protección de sus fronteras y lo hace precisamente cuando Mohammed VI tiende la mano, una vez más, a Argelia para desencallar la situación de crisis que comenzó a finales de agosto del año pasado. No obstante, los motivos que han propiciado este acercamiento no son los mejores indicadores de mejoría en las relaciones entre ambos países.

El rey decidió no acudir a la Cumbre de la Liga Árabe en Argelia por no haber tenido el ministro de Exteriores Nasser Bourita la misma recepción por parte de las autoridades que el resto de los asistentes, así como la ausencia de las fronteras reconocidas por Marruecos respecto al Sahara en el mapa de mostrado por el canal de noticias argelino. A pesar de todo ello, Mohammed VI invitó al presidente Abdelmadjid Tebboune a “dialogar” en Rabat, mostrando así las intenciones marroquíes de resolver el bloqueo diplomático entre los dos líderes regionales.
“Argelia siempre hallará a Marruecos a su lado en todas las circunstancias y situaciones”, aseguraba el propio Mohammed VI durante su discurso por la Fiesta del Trono en julio de este año. Por lo tanto, la intención marroquí pasa por acercarse a Argel, a pesar de los gestos argelinos que no parecen tener un trasfondo de buena fe. Es por ello por lo que no está de más mejorar sus esfuerzos por fortalecer su presencia en el norte de la frontera y asegurar la región ante la inestabilidad que rodea al reino alauí.