Marruecos ha deportado a dos periodistas franceses por ocultar supuestamente su verdadera profesión mientras estaban en territorio marroquí cubriendo la información sobre el terrible terremoto padecido por la nación norteafricana el 8 de septiembre que ha dejado en torno a 3.000 muertos y más de 5.600 heridos, además de múltiples daños materiales.
Según informaciones de diversos medios, como Al-Arab, los dos periodistas entraron al país con fines turísticos y presuntamente no solicitaron licencia o identificación como profesionales del periodismo, condición necesaria que estipula la ley marroquí a la entrada en territorio patrio. Marruecos anunció de esta manera el jueves la deportación de estos dos periodistas franceses que entraron en el país con fines turísticos y no declararon ser periodistas “como prevé la ley”, según confirmó también a los medios el portavoz oficial del Gobierno marroquí, Mustapha Baitas.
Baitas indicó que “los dos periodistas franceses ingresaron al país con fines turísticos (sin mencionar sus nombres) y no solicitaron ninguna licencia, ni declararon que eran periodistas, como estipula la ley”. El portavoz gubernamental también comentó que parte de la cobertura de los medios de comunicación franceses sobre los hechos relativos al terremoto “no es objetiva” y que ningún profesional ha sido objeto de presiones tampoco.

Mientras, según informó la agencia de noticias Associated Press aportando más datos, el reportero Quentin Müller y la fotoperiodista independiente Thérèse di Campo, que trabajan para el semanario Marianne, señalaron que el miércoles diez policías vestidos de civil los sacaron a la fuerza de su habitación de hotel en Casablanca y los subieron al primer vuelo a París tras la orden de deportación.
Tanto Müller como Stéphane Aubouard, editor de Marianne, dijeron que las expulsiones tuvieron motivaciones políticas en respuesta a informaciones críticas con la Administración marroquí. Mientras, Marruecos negó la acusación y dijo que su expulsión era una cuestión de procedimiento, como se aplica a cualquier persona que entra en territorio nacional, y no por razones políticas.
Además, según Al-Arab, hay testigos que señalaron que periodistas franceses presionaron supuestamente a testigos para que indicasen que los equipos de ayuda y rescate no habían llegado a determinadas zonas afectadas por el terremoto. Mientras, el Consejo Nacional de Prensa de Marruecos anunció acciones legales contra algunos medios franceses por irregularidades en la cobertura informativa sobre el terremoto y por ataques contra la Administración marroquí en cuanto a la gestión llevada a cabo tras el movimiento sísmico sufrido.

El Consejo señaló que más de 300 periodistas extranjeros trabajaron para cubrir los acontecimientos relacionados con el terremoto, en un ambiente de transparencia y libertad, visitando las zonas afectadas y entrevistándose con los ciudadanos.
El Sindicato Nacional de la Prensa Marroquí también denunció el comportamiento de algunos medios de comunicación franceses al politizar la cuestión sobre el terremoto y sobre las víctimas para perjudicar la imagen del Estado marroquí, según indicaron diversos medios como Al-Arab.

Relación difícil entre Marruecos y Francia
Esta situación vuelve a revivir la tensión existente entre Rabat y París después de varios episodios que han enconado la relación. Hay temas principales que enfrentan a estos países, como el hecho de que el reino marroquí critica al país galo por no apoyarle estrechamente en el asunto de la soberanía marroquí requerida para el Sáhara Occidental, como han hecho otras importantes naciones ya, o como el gran número de visados Schengen para marroquíes denegados desde el Estado francés.
A esto se suma el hecho de que tras el terrible movimiento sísmico que se produjo en Marruecos, el reino marroquí no pidió ayuda a Francia a pesar de que el Estado francés se ofreció para colaborar en tareas de rescate y emergencia. El rey de Marruecos, Mohamed VI, justificó esta decisión por el derecho soberano que tiene su país para tomar determinaciones y aludiendo a que la mejor ayuda es la útil y necesaria, descartando una sobresaturación de asistencia que podría haber perjudicado la buena coordinación sobre el terreno entre los equipos de las Fuerzas Armadas Reales y servicios de emergencias y sanitarios marroquíes y los destacamentos de emergencias presentes sobre el terreno procedentes de los países a los que sí solicitó asistencia Marruecos, que fueron España, Emiratos Árabes Unidos, Qatar y Reino Unido.
Esta determinación generó polémica en Francia, a pesar de las razones dadas por el Estado marroquí. También en las esferas sociales y políticas marroquíes se criticó el hecho de que Emmanuel Macron, presidente de la República de Francia, se dirigiese a través de las redes sociales al pueblo marroquí para mostrar sus condolencias y su ofrecimiento de ayuda en vez de utilizar canales diplomáticos habituales o incluso los medios de comunicación marroquíes.