La lucha contra el terrorismo no cesa en el norte de África. Marruecos sigue ampliando sus esfuerzos por erradicar la amenaza extremista y, en esta ocasión, ha conseguido, con la colaboración de España, desmantelar una célula leal a Daesh. La ciudad autónoma de Melilla y la ciudad marroquí de Nador han sido testigos de la detención de 11 personas que, según el comunicado de la Oficina Central de Investigación Judicial (BCIJ, por sus siglas en francés), “difundían de manera intensa un discurso extremista que incitaba a formar parte de la organización terrorista”.
De los 11 detenidos, nueve de ellos han sido arrestados por la Policía Nacional española en Melilla, que linda precisamente con Nador. La detención de las otras dos personas ha sido a manos de una fuerza especial de la Dirección General de Vigilancia del Territorio marroquí, en la ciudad del Rif. Entre los dispositivos requisados en la operación, se encuentran ordenadores, móviles y tarjetas SIM, entre otros. La Policía marroquí ha asegurado que esta organización hacía “apología de la ideología extremista mediante la difusión de discursos y contenidos digitales a través de material informático y de comunicación directa”.

Además, el líder de esta célula guarda estrechos vínculos con otra que también fue desmantelada en una operación conjunta de las fuerzas españolas y marroquíes en el año 2019. En esa ocasión, las ciudades donde se desarrollaron ambos operativos fueron la misma Nador y una localidad de las afueras de Madrid. El desmantelamiento de una nueva célula terrorista gracias a la coordinación de las policías de España y Marruecos es buena muestra de, como señalan la nota oficial del BCIJ, “la necesidad de la coordinación en materia de seguridad para neutralizar las intersecciones y vínculos entre las células terroristas que amenazan la seguridad de ambos países”.
Este nuevo episodio de la lucha contra el extremismo no es una novedad para Marruecos, que acumula varias operaciones exitosas en los últimos meses. Hace menos de una semana, un presunto yihadista fue detenido en Casablanca por agentes de la Dirección General de Vigilancia Territorial (DGST). En esa ocasión fue Estados Unidos quien colaboró con Rabat para capturar al sospechoso de formar parte de un “proyecto terrorista” que tenía como objetivo atacar Marruecos. Además, el BCIJ informó de las intenciones del detenido que preparaba su incorporación a las filas de Daesh en zonas de conflicto como Irak y Siria.

Desde el año 2002, el reino alauí ha conseguido desarticular más de 2.000 células terroristas y arrestar a más de 3.500 personas relacionadas con la actividad de estas. Así, Marruecos ha evitado una innumerable cantidad de atentados terroristas gracias a lo que es uno de sus puntos fuertes, la seguridad. Rabat ha llevado a cabo una política de detección muy eficiente que está teniendo como resultado el desmantelamiento de numerosas células, así como la intensa actividad judicial del Reino en lo que al enjuiciamiento de terroristas se refiere.