Un caza ruso intercepta un avión espía estadounidense de forma “insegura y poco profesional”, según la Marina

Roce entre Estados Unidos y Rusia en el Mediterráneo oriental

photo_camera REUTERS/ILYA NAYMUSHIN - Cazas Sukhoi Su-35 rusos vuelan en formación

Nuevo choque entre Moscú y Washington, esta vez por vía aérea. Según ha informado la Marina de Estados Unidos en un comunicado oficial, uno de sus aviones de reconocimiento ha sido interceptado de manera “insegura y poco profesional” por un caza ruso mientras patrullaba por el espacio aéreo internacional del Mediterráneo, cerca de la costa siria.

La nota publicada por la Marina relata que, en total, eran dos las aeronaves que estaban desarrollando la misión de reconocimiento. Se trataba de dos unidades pertenecientes a la Sexta Flota, la que la Casa Blanca tiene desplegada en el Mediterráneo, y eran del modelo P-8A Poseidón. Estos aviones son fabricados por Boeing y se utilizan, fundamentalmente, para obtener inteligencia desde el aire, pero también pueden desempeñar funciones similares a las de un bombardero para interceptar embarcaciones o submarinos.

Su misión, sin embargo, se vio interrumpida por la aparición de dos cazas Sukhoi 35 (o Su-35, como se suele abreviar) de la aviación rusa. Habían partido de la base aérea de Khmeimim, ubicada cerca de Latakia, en Siria. Se trata de uno de los puntos más críticos que tiene bajo control Rusia para su salida al Mediterráneo.

Un avión de patrulla marítima Boeing P-8A Poseidón de la Marina de Estados Unidos

La Marina reconoce que uno de los cazas rusos actuó correctamente, pues ejecutó un movimiento seguro y respetuoso con la integridad del avión que interceptó. El otro, sin embargo, no hizo lo mismo, ya que emprendió la maniobra a gran velocidad y a muy poca distancia de la aeronave americana. Como consecuencia, el piloto estadounidense se vio obligado a disminuir su altitud para evitar un choque.

El incidente ha sido calificado de “irresponsable” e “innecesario” desde Washington, que ha lamentado que el piloto ruso no se ajustase a las normas de navegación aérea aceptadas internacionalmente. La Marina ha expresado que tales comportamientos incrementan significativamente el riesgo de cometer errores de cálculo, lo que puede resultar en colisiones.

Como era de esperar, el Ministerio de Defensa ruso disiente de esta interpretación. Según un comunicado del que se ha hecho eco la agencia de noticias oficialista TASS, “todos los vuelos de las Fuerzas Aeroespaciales rusas tuvieron lugar y se llevan a cabo en estricta conformidad con las normas internacionales para el uso del espacio aéreo sobre aguas neutrales”. La institución dirigida por Sergei Shoigu acusa, además, a las aeronaves estadounidenses de dirigirse hacia las instalaciones militares rusas en territorio sirio.

Personal de la Marina de EEUU mira las pantallas a bordo de un avión P-8A Poseidón
Varios episodios similares

Lo cierto es que los hechos acaecidos en el Mediterráneo en las últimas horas no constituyen un incidente aislado. A lo largo de la última semana, se han producido otros acontecimientos similares que han ido minando la relación entre Washington y el Kremlin. El pasado miércoles, otro caza ruso del modelo Su-35 alteró el vuelo de otro avión P-8A perteneciente a la Sexta Flota. Solo un día después, varios buques estadounidenses que se encontraban realizando maniobras en aguas internacionales del golfo Pérsico sufrieron el acoso de una decena de lanchas de la Guardia Revolucionaria Iraní.

Además, las Fuerzas Armadas rusas han estado probando sistemas de misiles antisatélite en los últimos días, lo que, a juicio del general John W. Raymond, jefe de Operaciones Espaciales de la Fuerza Espacial de Estados Unidos, “proporciona otro ejemplo más de que las amenazas a EEUU y sus aliados son reales, serias y crecientes”. Raymond, en declaraciones al diario Middle East Monitor Online, afirmó que ni Rusia ni China tienen intención de dar marcha atrás en su proyecto militar espacial.

El secretario de Defensa de EEUU Mark T. Esper durante una conferencia de prensa en el Pentágono
El Mediterráneo, una zona de confluencia de intereses

El secretario de Defensa de la Casa Blanca, por su parte, ha tratado de quitar hierro al asunto. “Ha sido una semana normal para el Departamento de Defensa”, comentó Mark T. Esper hace unos días en una rueda de prensa, cuando se le preguntó por lo que parece ser una escalada en las provocaciones lanzadas por sus adversarios geopolíticos.

Sin embargo, la tensión va subiendo poco a poco. El Mediterráneo oriental, donde ha tenido lugar este último episodio, es una región especialmente caliente. Rusia parece, además, dispuesta a aumentar su presencia allí en el espacio marítimo. Según la agencia TASS, la Flota rusa ha ordenado a la corbeta Orekhovo-Zuyevo, que, hasta ahora, patrullaba el mar Negro, unirse a la Fuerza Operativa desplegada en el Mediterráneo.  

Moscú ha ganado un gran peso en la zona gracias a su alianza con el régimen de Bachar al-Asad. Damasco ha facilitado a los barcos rusos un acceso seguro a las aguas del mar interior a través de Khmeimim. El Kremlin, además, ha desarrollado varias operaciones en los Balcanes -y, para ser exactos, en Montenegro- para intentar ganar aliados políticos en la península y, de ese modo, disponer de más puntos de acceso al mar.

Estación de radar rusa en la base militar rusa de Khmeimim, cerca de la costa mediterránea de Siria

Tampoco puede olvidarse el papel de China, cuya estrategia de ‘soft power’ a través de la nueva ruta de la seda empieza a generarle influencia creciente en muchos puntos de Europa, ni de una potencia regional como Turquía. El Gobierno de Recep Tayyip Erdogan ha emprendido, a lo largo de los últimos meses, una política exterior expansionista que ha generado no pocos roces con países vecinos, como Grecia y Chipre. Preocupa especialmente la situación en Libia y sus alrededores, cuyas costas albergan grandes reservas de gas en las que muchos poderes externos ya han puesto sus ojos.

Estados Unidos, mientras tanto, continúa detentando un poder más estable en toda la zona del Mediterráneo occidental, donde cuenta con aliados como España, Italia y Marruecos. Sin embargo, queda por ver cómo se desarrollará su rivalidad con Rusia en la zona situada más al este.

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