Dakar, la capital de Senegal, ha acogido la II Conferencia Internacional sobre el Sáhara por el Diálogo y la Paz. Es una conferencia organizada por el Movimiento Saharauis por la Paz y el mensaje es claro, mirando especialmente al futuro, se trata de dar esperanza al pueblo saharaui con una negociación que debe tener su contenido, y, sobre todo, una mejora de la forma de vida y de las relaciones políticas, humanas y sociales del pueblo saharaui.
Un escenario que desatascara el diferendo del Sáhara Occidental en Naciones Unidas para que las partes puedan negociar de cara a poder conseguir toda una serie de reivindicaciones, desde la reagrupación familiar hasta derechos políticos, vivienda, educación, seguridad o salud para el pueblo saharaui, en ese sentido, con la propuesta de autonomía para el territorio saharaui por parte de Marruecos; pero eso sí, exigiendo a Marruecos que dé contenido a esa autonomía.
La primera conferencia tuvo lugar en Las Palmas, España, y esta II Conferencia Internacional sobre el Sáhara por el Diálogo y la Paz en Dakar ofrece respuestas y también exigencias a toda una serie de personas.
Atalayar pudo conversar con el primer secretario del Movimiento Saharauis por la Paz, Hach Ahmed Bericalla, para tratar todas estas cuestiones.

¿Cuáles son los objetivos de esta II Conferencia Internacional por el Diálogo y la Paz?
Los objetivos de esta conferencia se han plasmado en esta serie de intervenciones, resoluciones y planteamientos que tienen que ver con la propuesta defendida por el Movimiento Saharaui por la Paz relativa a una solución pacífica, una solución de compromiso que ponga fin a este viaje a ninguna parte en el que hemos estado durante medio siglo.
La propuesta que hemos presentado en esta ocasión y que habíamos puesto en marcha en la Conferencia de las islas Canarias el año pasado, la hemos ampliado aún más y creo que recoge, en cierto modo, un plan íntegro para la solución del problema que merece la pena que las partes, Marruecos, Argelia, el Frente Polisario y los países influyentes, por supuesto, España, Estados Unidos, Francia tengan en cuenta porque podría ser la fórmula mágica para resolver definitivamente este problema.
Obviamente, parte de la necesidad de que sea una solución de compromiso en la que no haya ganadores ni perdedores, pero entra en contenidos muy concretos en el que pone a prueba la voluntad de Marruecos de buscar una solución. Propone una autonomía, pero la propone a grandes rasgos si queremos provocar a la autoridad marroquí para que sepa hasta dónde quiere llegar.
Por lo tanto, se trata de probar la amplitud, la elasticidad de esta propuesta y hasta dónde puede llegar. Estamos dispuestos a explorar hasta el último detalle esta propuesta y tenemos la propuesta de solución y queremos que recoja en términos generales las reivindicaciones del pueblo saharaui de forma completa, pero respetando al mismo tiempo los intereses estratégicos de Marruecos en el territorio.

Hay que decir que, de un año para otro, el Movimiento Saharaui por la Paz ha ido creciendo y se presenta como una alternativa real de representatividad del pueblo saharaui que siempre ha acaparado el Frente Polisario y que ahora las propuestas y demandas que plantean sobre la mesa tienen un respaldo popular y una legitimidad y, sobre todo, tienen el coraje de dar contenido y aportar soluciones al problema.
En dos años hemos dado un salto cualitativo en cuanto a la presencia del movimiento a nivel internacional. Esta conferencia cuenta con representantes de todos los continentes, con líderes políticos de Mauritania, de todos los países africanos, Chad, Ghana, Nigeria, Sudáfrica, Senegal; un buen número de países de África y también de América Latina. Y es una prueba de que el movimiento saharaui está suscitando interés con su mensaje y la propuesta de solución.
El hecho de que apueste por una solución pacífica, el hecho de que se muestre contrario a la violencia y, por lo tanto, reclame el fin de la guerra, ha generado esta confianza en muchas partes del mundo y esa es, evidentemente, una buena credencial para mostrar la actual. Y luego es cierto que las Naciones Unidas han estado tratando de encontrar una solución durante treinta años.

Ahora está el 12º enviado especial, que es el señor Staffan de Mistura, que intenta mediar un poco para avanzar en el proceso político. Me temo que no ha tenido la audacia de salirse del guion que le han dejado los enviados especiales anteriores, los cuales han fracasado todos, incluso los pesos pesados de la diplomacia internacional, y por eso le aconsejamos que se salga un poco, busque meandros, busque caminos que puedan conducir a la solución.
Y pensamos que lo que se debe hacer es ampliar el formato del proceso político, que permita otras corrientes políticas participar. Ya no es la época de representaciones y partidos únicos. Estamos en el siglo XXI, en la tercera década de este siglo, y también creemos que es muy importante que tengamos la opinión de la autoridad tradicional, la única legítima que existe, que son los jefes tribales. Y su presencia con nosotros en esta conferencia es una prueba de que estamos en el camino correcto.
Hablamos también de la representación española, porque España tiene un papel que desempeñar. Ha habido dirigentes políticos españoles de peso que han mostrado lo que es el apoyo a las iniciativas del Movimiento Saharaui por la Paz. Ahí está España, y no quiero centrarme solo en el apoyo del PSOE, porque ahí habría que sumar también al Partido Popular, que no sé si podrá o no en un futuro más o menos próximo, pero este tema debería ser un tema de Estado, una política exterior consensuada por los dos grandes partidos españoles.
Creo que la realidad, que se ha reflejado en estas intervenciones de los altos dirigentes del PSOE, define una política de Estado que vale para cualquier partido con vocación de gobierno, y, por tanto, también emplaza al Partido Popular, y creemos que difícilmente estando en el poder el Partido Popular es capaz de adoptar una política diferente. Otra cosa es el juego desde la oposición.
Estamos ansiosos por abrir este canal con el Partido Popular y otros partidos políticos, incluso los más cercanos al Frente Polisario, como las fuerzas de izquierda y las fuerzas nacionalistas. Creemos que es bueno escuchar a la otra parte, es bueno escuchar una opinión diferente, y creemos que ante el hecho de que reclamemos pluralidad, que reclamemos apertura, que reclamemos multipartidismo, no estamos reclamando nada imposible. Creemos que tenemos derecho a tener una opinión sobre la cuestión del Sáhara Occidental. Esto no merma la representatividad del Polisario, sino que, al final, las representaciones se deciden por las urnas, no por las armas, ni por el ejercicio de la violencia.

Y también hacer un censo real de los campamentos. Usted ha denunciado la situación tan grave de represión que viven los saharauis en los campamentos de Tinduf.
Lo que me gustaría saber es el temor del Polisario por participar en un debate público abierto. Hemos invitado por segunda vez a altos dirigentes del Polisario a participar en este diálogo saharaui para que los escuchen e intercambien puntos de vista, y no se han atrevido a presentarse. Es decir, son capaces de ir a cualquier foro, en cualquier lugar, por insignificante que sea, por insignificantes que sean las partes que lo promueven, y no son capaces de sentarse con una representación muy amplia de las sociedades saharauis para discutir el futuro del Sáhara. Este miedo al debate abierto, creo que será, en cierto modo, el comienzo del fin del Polisario como organización política.

Habló de la gestión del señor De Mistura, también Estados Unidos, en los últimos días, se está moviendo y de repente salta toda la crisis en Israel. Usted piensa que esta situación puede influir negativamente en que el tema del Sáhara pueda seguir adelante en las Naciones Unidas, que se plantee... No sé si esto beneficia o perjudica, creo que perjudica porque el foco está en otra parte. Cómo plantean ustedes esta situación y, sobre todo, intentando desbloquear una vez en las Naciones Unidas que esto tenga un final.
Ciertamente, la situación en Oriente Medio llamó la atención del mundo e incluso dejó en segundo orden otras preguntas que estaban... incluso hasta a Ucrania. Por lo tanto, no me sorprende que la cuestión del Sáhara Occidental también la eclipsen estos acontecimientos, aunque dentro de dos días habrá una reunión del Consejo de Seguridad para renovar el mandato de la MINURSO y esta es una oportunidad para abordar esta cuestión.
Creo que la situación en Oriente Medio es pasajera, en algún momento dejará de eclipsar las otras cuestiones y, sin duda, el enviado especial de la ONU tiene que moverse. Me preocupa que no sea capaz de innovar, de no ser audaz para plantear nuevas preguntas y esto me preocupa porque, además, si no lo hace, al final, acabará cansado y tirando la toalla.

Lo que es novedoso y muy positivo es este nuevo interés de la Administración estadounidense hasta el extremo de que ha presentado una solución política que la ha expuesto al Polisario y que parece que el Polisario no le ha llamado la atención. Además, lo consideramos positivo, aunque no tenemos muchos detalles al respecto, pero el hecho de que sea una solución política pacífica que tenga garantías internacionales son los tres elementos clave para poder avanzar hacia una solución pacífica. Y creemos que convendría conocer más detalles, y por supuesto, si tiene las garantías de una potencia como Estados Unidos ya es suficiente.
Además, porque la situación en el Sahel también está moviendo demasiados hilos peligrosos que nacen de una inestabilidad y con grupos terroristas que amenazan de manera grave, aparte de los movimientos de los mercenarios de Wagner y la influencia de Rusia. Esto también influye en la necesidad de sacar adelante una solución pacífica negociada para el Sáhara.
Por supuesto, la situación en el Sahel y la crisis prácticamente generalizada en esa parte de África que incluye a países es un elemento de inquietud. Deseamos que la solución al conflicto del Sáhara Occidental se produzca cuando antes y tratemos de blindar un poco a todo el noroeste de África de las posibilidades de contagio de inestabilidad en esta zona. Y, por supuesto, esa es la razón por la que tenemos prisa por el avance en nuestros esfuerzos hacia una solución pacífica.

Creo que estamos pidiendo una reunión con el señor De Mistura que no sea ni en Argelia ni en Marruecos porque nos consideramos una tercera vía, nos consideramos con un mayor margen de libertad si nos vemos fuera de esto países aunque tengamos muchos militantes en estos muchos países en los campamentos y en los territorios controlados por Marruecos, pero nos sentimos más libres si nos reunimos en Madrid, en Bruselas o en Ginebra y no conozco este miedo que tiene como mediador a un país, a una influencia si está ejerciendo sobre él para que no tenga libertad de acción para que pueda escuchar todas las voces, todas las opiniones.
Un mediador tiene que abrirse a todos como han hecho otros enviados especiales, aunque esto no haya significado nada, pero el hecho de que no sea capaz de dar este paso nos preocupa en cuanto a las posibilidades de que avance hacia una solución. Creo que sus días están contados si no es capaz de innovar.