Raúl Redondo
Pie de foto: La gente ve por televisión un reportaje sobre el lanzamiento de misiles balísticos de corto alcance por parte de Corea del Norte, en Seúl, Corea del Sur, el 31 de julio de 2019. REUTERS/KIM HONG-JI
Corea del Sur ha alertado sobre el nuevo lanzamiento de misiles balísticos de corto alcance por parte de su vecino norteño en lo que supone otro episodio de ‘demostración de fuerza’ por parte de la dictadura norcoreana de Kim Jong-Un, tras la última prueba realizada por Pyongyang hace escasos días con el mismo tipo de proyectiles.
Las autoridades surcoreanas confirmaron que Corea del Norte lanzó exactamente dos misiles balísticos de corto alcance desde su costa oriental, en concreto desde la península de Hodo.Según el Estado Mayor Conjunto de Corea del Sur, el primer proyectil fue lanzado a las 5.06 hora local (20.06 GMT del martes) y el segundo 21 minutos después.Sendos misiles lograron alcanzar una altura de 30 kilómetros y recorrieron unos 250 kilómetros antes de caer al mar, de acuerdo con los datos oficiales difundidos por la agencia de noticias Yonhap. En un comunicado oficial del Estado Mayor Conjunto, se remarcó que este ensayo “no contribuye a rebajar la tensión en la península de Corea” y se instó a Corea del Norte a “abstenerse de tales actos”.
Corea del Norte no hizo un comunicado oficial al respecto en los momentos justamente posteriores al lanzamiento, y el Ministerio de Defensa de Japón, por su parte, sí quiso confirmar que su territorio no se vio afectado, a pesar de estar frente a la costa oriental norcoreana, desde donde se realizó la prueba con los misiles balísticos.
Pie de foto: Mapa que muestra a Wonson en la costa este de Corea del Norte, desde donde dos misiles balísticos fueron disparados al mar el miércoles. AFP/AFP
Esta maniobra ha significado el segundo ensayo de misiles balísticos en menos de una semana, después de que el jueves pasado el régimen comunista lanzara dos misiles, también desde la costa oriental en una zona cercana a Wonsan, con una trayectoria de unos 600 kilómetros, tras la cual acabaron cayendo al mar; dentro de una operación para probar lo que medios oficiales norcoreanos publicitaron como “nueva arma táctica teledirigida”. Como ha ocurrido en otras intervenciones anteriores, los lanzamientos fueron supervisadas personalmente por el líder supremo norcoreano, Kim Jong-un, según medios de comunicación del régimen de Pyongyang. El propio dictador norcoreano aseveró que esta maniobra significaba “una solemne advertencia” hacia sus vecinos del sur.
Ante esta tesitura, el ministro de Defensa surcoreano, Jeong Kyeong-doo, explicó que los últimos artefactos lanzados son de una tipología distinta a los de la semana pasada, aunque no se ofrecieron más detallesen profundidad al respecto. Estas últimas pruebas llegan a pesar de que Kim Jong-un y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, protagonizaron el pasado 30 de junio una histórica reunión en la zona fronteriza desmilitarizada de la península coreana, de cara a relanzar la estrategia favorable a la desnuclearización de todo el territorio coreano.
La comunidad internacional sigue de cerca estas pruebas militares norcoreanas y hay cierta inquietud ante las mismas. De hecho, tras el lanzamiento de misiles de la semana pasada, Morgan Ortagus, portavoz del Departamento de Estado norteamericano, ya exigió al régimen de Pyongyang que abandonase las "provocaciones". Aunque el propio Donald Trump quiso ‘quitar hierro’ a este reciente incidente indicando que ya se vería qué pasa, que se trataba de “misiles de corto alcance” y que “muchos tienen ese tipo de misiles, misiles estándar”.
Pie de foto- El líder de Corea del Norte, Kim Jong-un observa un monitor que muestra el lanzamiento de un misil desde un lugar cercano a la ciudad de Wonsan, en la costa este del país. PHOTO/KCNA/dpa
Estas últimas acciones intimidatorias de Corea del Norte llegan tras el malestar mostrado por la dictadura comunista ante los ejercicios militares que programaron Corea del Sur y EEUU, encuadrados dentro del ensayo anual que suelen llevar a cabo ambas naciones. Pyongyang advirtió seriamente que estas maniobras podrían afectar a la reanudación de los diálogos sobre la desnuclearización.