La nación presidida por Kaïes Said insiste en la necesidad de encontrar una “solución política” que conduzca a la estabilización del país a nivel político, económico y social

Túnez mueve ficha en el polvorín libio reafirmando su apoyo al GNA

photo_camera PHOTO/REUTERS - Un miembro de las fuerzas gubernamentales se dirige al frente de la línea de fuego sobre un vehículo militar desde Misrata, Libia, el 3 de febrero de 2020

La guerra de Libia continúa, y aunque no hay a la vista un alto el fuego, sí que hay varios conflictos de intereses. El Ministerio de Asuntos Exteriores de Túnez ha reafirmado este miércoles el apoyo de su país al Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA), reconocido internacionalmente y liderado por Fayez Sarraj.  El titular de la cartera de Exteriores del GNA, Mohamed Taher Siala, y su homóloga tunecina, Salma al Niefer, han analizado los últimos acontecimientos del conflicto que asola a la nación norteafricana, según un comunicado emitido por el Ministerio de Asuntos Exteriores de Libia. 

Túnez ha insistido en la necesidad de encontrar una “solución política” que conduzca a la estabilización del país a nivel político, económico y social, según declaraciones recogidas por el digital Middle East Monitor. Además, por otra parte, la ministra tunecina ha instado a Libia a continuar trabajando de manera coordinada para “desarrollar visiones comunes sobre los problemas que afectan a los dos países”.  Esta llamada ha tenido lugar después de que el presidente de Túnez, Kaïes Said recibiese este martes al ministro de Asuntos Exteriores de Arabia Saudí para analizar diversos asuntos como la situación en Libia. Said reiteró el interés de su país de intentar “acercar los puntos de vista” de las partes implicadas en el conflicto, reiterando la continua disposición de la nación que preside para contribuir a “encontrar un acuerdo político” y poner fin a esta crisis “que ha afectado de manera muy negativa a los países vecinos, en concreto a Túnez”.

PHOTO/REUTERS  -   Kais Saied, presidente de Túnez

Por otro lado, el representante permanente adjunto de Arabia Saudí ante las Naciones Unidas,  Khalid bin Muhammad Manzalawi, ha señalado este jueves durante una sesión virtual del Consejo de Seguridad de la ONU que “eliminar la injerencia de potencias extranjeras en Libia, así como la proliferación de mercenarios o las violaciones del embargo de armas” es la única solución para alcanzar la paz y acabar con la guerra que enfrenta al mariscal de campo Jalifa Haftar, líder del Ejército Nacional Libio (LNA, por sus siglas en inglés), con Fayez Sarraj, primer ministro del Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA).

En su intervención, Manzalawi ha mostrado su preocupación ante el aumento de la inestabilidad en Oriente Medio y sobre la gravedad de los últimos acontecimientos ocurridos en Libia. Ante esta situación ha incidido en la necesidad de tomar medidas “efectivas y decisivas”, ya que la intensificación de esta crisis política y social podrían llevar a la aparición de otras nuevas y afectar a la seguridad y paz de la región, según ha recogido el canal de televisión Libia 24. 

El ministro de Asuntos Exteriores saudí, Faisal bin Farhan también considera que para que la paz vuelva a la nación norteafricana es necesario acabar con la injerencia extranjera. En una reunión con su contraparte marroquí, Nasser Bourita, en la sede del ministerio de Asuntos Exteriores de Marruecos en Rabat, ha alertado sobre “el impacto del conflicto libio en la seguridad regional árabe”. Por su parte, el ministro marroquí ha afirmado que su país “estaba preocupado por lo que está sucediendo en Libia”, y al igual que Arabia Saudí, ha hecho hincapié en que “los libios pueden encontrar soluciones a sus diferencias por sí mismos”. “Marruecos no proporcionará a los libios una receta preparada para superar esta crisis, sino un espacio para que puedan encontrar una solución”, ha recalcado, según ha informado el periódico Al Marsad. 

Mientras algunos de los principales países de la región han criticado la presencia la nación euroasiática en la guerra de Libia, un nuevo contingente de mercenarios y armas procedente de Ankara podría haber llegado al país norteafricano en las últimas horas vía aérea, de acuerdo con el diario Al Arabiya.  La llegada de este avión a suelo libio ha tenido lugar después de que el presidente del Parlamento libio, Aguila Saleh, enfatizara en la necesidad de “acabar con la agresión turca en tierras libias” y evitar la “injerencia extranjera en todas sus formas”. Alemania ha anunciado su intención de enviar una fragata militar al Mediterráneo, como parte de la misión naval Irini, para vigilar la prohibición impuesta por Naciones Unidas sobre el suministro de armas a Libia. 

En esta espiral de inestabilidad también operan otros actores como las redes de crimen organizado y otras milicias armadas. Esta situación se ha intensificado por la inseguridad estructural que caracteriza a la región, un asunto que cada vez preocupa más a países como Túnez o Argelia, quienes temen verse afectados directamente por la guerra que enfrenta al LNA y al GNA. La pobreza e inseguridad alimentaria, el subdesarrollo o la corrupción se han instalado en esta región, que además sufre distintas crisis multidimensionales provocadas por el terrorismo y el crimen organizado transnacional.  

Turquía – quien ha intensificado su presencia en los últimos meses con el envío de mercenarios procedentes de distintas nacionalidades— y Qatar apoyan al Gobierno de Trípoli, respaldado por los Hermanos Musulmanes y reconocido internacionalmente por Naciones Unidas, mientras que el LNA cuenta con el respaldo de Jordania, Arabia Saudí, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Sudán y Rusia. 
 

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