El presidente de Turquía, Reccip Tayyip Erdogan, continúa protagonizando diferentes esfuerzos diplomáticos en la región con el objetivo de conseguir erigirse como uno de los países más influyentes a la hora de entablar relaciones diplomáticas en la zona de Oriente Medio en sus intentos de mostrarse como un socio “confiable”.
A pesar de que Turquía se ha mostrado como un opositor del régimen de Al-Asad, llegándole a vincular en múltiples ocasiones como un país financiador del yihadismo en Siria, Ankara estaría tratando de acercarse a Damasco, siguiendo la estela de otros países, en la normalización de las relaciones con Siria después de la guerra civil.

Aunque el Gobierno de al-Asad no se ha pronunciado sobre un posible acercamiento – situación que todavía dista de escenificarse - Turquía sigue cooperando y estrechando lazos con Rusia, otro de los socios principales de Siria. La clave de este acercamiento la pudimos ver en la reunión protagonizada el pasado 5 de agosto, que consiguió sentar al presidente de Rusia, Vladimir Putin, junto con su homólogo turco, siendo la segunda vez que ambos mandatarios se ven en solo un mes. En esta reunión, ambos líderes discutieron la actual situación del conflicto ruso-ucraniano, después de que Rusia decidiese iniciar su invasión hace ya seis meses, además de hablar sobre la crisis económica que atraviesa Siria en la actualidad.
En este sentido, Rusia estaría tratando de desempeñar un papel importante como mediador a la hora de acercar a Siria y a Turquía como posibles socios, algo que también significaría una victoria diplomática para Moscú ya que contaría una alianza de marcada importancia geoestratégica, que serviría, asimismo, para expandir y fortalecer su influencia.

Además de Rusia, para Turquía acercarse a Siria encierra en sí misma una estrategia de suma importancia para cumplir con sus objetivos de acabar con el PKK después de haber lanzado diferentes operaciones militares que tienen como fin eliminar a los integrantes del partido político. En este sentido, el Gobierno de al-Asad ahora sería una pieza trascendental para acabar con “la amenaza kurda” en los territorios turcos y en el norte de Siria, donde actualmente viven en diferentes cantones. Más aún después de que Ankara también haya lanzado una operación contra los kurdos en Iraq, causando importantes bajas entre la parte kurda.
Después de esta reunión, que alberga en sí misma un importante simbolismo, el secretario de general del partido nacionalista de izquierda Vatan, Özgür Bursal, afirmó que dicho encuentro es para Turquía “una oportunidad histórica” para acabar con el Partido del Kurdistán de los Trabajadores, que ellos mismos tildan como “una amenaza terrorista”.

Según ha comentado, el éxito de la operación “antiterrorista” que Turquía comenzó con el objetivo de acabar con las regiones del Kurdistán en el norte de Siria reside en “la cooperación regional”, donde “el acercamiento entre Turquía y Siria debería jugar un papel clave. Recientemente, una delegación de nuestro partido, encabezada por Ethem Sandzhak, celebró reuniones de alto nivel con funcionarios del Gobierno de Rusia. En caso de que se establezca la cooperación turco-siria, Rusia está lista para declarar su pleno apoyo a la operación planeada por Turquía”, declaró.
Añadió además que, de darse finalmente una cooperación entre Siria y Turquía, la situación podría propiciar un cambio “en el equilibrio de poder global y acabar con la presencia estadounidense en la región”, en un contexto en el que según afirma, Siria cooperaría en la eliminación del PKK ya que, “las declaraciones y acciones recientes del Gobierno sirio apuntan a la formación de condiciones apropiadas para la eliminación de la amenaza del terrorismo del Partido de los Trabajadores del Kurdistán”.

Por otro lado, el diputado del Parlamento turco por parte del partido islamista gobernante de Justicia y Desarrollo (AKP), enfatizó en que, a pesar de que Turquía es un país miembro de la OTAN, este habría conseguido mantener buenas relaciones con el bloque este, sobre todo con Rusia. Según afirmó, Turquía ha sabido mantener un diálogo “tanto con Occidente como con el Este” y está haciendo “esfuerzos para garantizar que la riqueza regional esté disponible para todos los países”.