Los daños causados en las ciudades de los tres países más afectados por este temporal de nieve – Líbano, Jordania y Siria – no tienen precedente alguno. Cada vez son más las regiones de Oriente Medio en las que la energía se ha cortado por completo y las carreteras han quedado totalmente bloqueadas, imposibilitando la movilidad de los ciudadanos. La Agencia de Noticias Siria ha difundido imágenes y vídeos de diferentes ciudades en las que la población no puede ni salir a la calle debido a la densidad de la nieve, entre las que destacaban las zonas rurales de Tartous y Hama.
Las fuertes nevadas comenzaron el miércoles en Siria, y desde la Dirección General de Meteorología apuntan que el cese paulatino de las precipitaciones podría comenzar a lo largo de la jornada del sábado. La situación que atraviesa en estos momentos todo el país está teniendo un efecto demoledor en la población refugiada y desplazada. Aquellos que están ubicados en la zona fronteriza – concretamente en Alepo, al norte del país – son los que más están sufriendo las consecuencias de este temporal, dejando miles de tiendas de campaña destrozadas, algo que ya venía ocurriendo desde el inicio de la temporada invernal. A esto hay que sumar la dificultad añadida para la llegada de la vacuna a todas estas personas. La organización logística planeada para hacer llegar todas las dosis necesarias de la vacuna contra la COVID-19 se ha venido abajo, por lo que desde el Gobierno ya buscan alternativas y asumen que, inevitablemente, tendrán que afrontar un importante retraso en su estrategia de inmunización.

En Líbano, la situación no es mucho más esperanzadora. El corte de energía en el país se ha extendido a todo el territorio nacional, incluida la capital, Beirut. Según la Agencia Libanesa de Noticias, los servicios públicos trabajan incansablemente para reestablecer la actividad posible a la mayor brevedad posible. Además, informan de que varias personas han tenido que ser rescatadas de sus vehículos en zonas de montaña tras quedar atrapados en sus coches.
Una de las zonas que más está sufriendo a la ciudad de Arsal, ubicada al noreste de Líbano, una de las regiones con mayor concentración de refugiados en todo el país. La complicada situación provocada por las nevadas se ve agravada por las condiciones de vida que tiene allí los refugiados. No cuentan con apenas ayudas básicas y la escasez de materiales de calefacción les dejan desamparados ante el fuerte temporal que azota Oriente Medio. Es más, un estudio recién publicado por Naciones Unidas indica que 9 de cada 10 familias de refugiados sirios viven en una situación mucho peor de lo que se muestra, estando por debajo del umbral de la pobreza extrema.

Jordania es otro de los países que más está sufriendo las consecuencias de las nevadas. No obstante, el ministro de Transporte, Marwan al-Khaitan, advierte de los peligros que aún pueden llegar y que la población debe estar alerta ante el “el peligro de que se formen inundaciones en las zonas bajas, como resultado del derretimiento de la nieve el viernes y el sábado”. Es la peor nevada en los últimos cinco años y, al igual que en Líbano, las autoridades afirman en un comunicado oficial que, a pesar de llevar a cabo una intensa labor de rescate, aún continúan llegando llamadas e informes de ciudadanos que continúan atrapados en sus vehículos a causa de la nieve.

Los Gobiernos de los tres países han pedido a su población que no salga de casa a no ser que se trate de desplazamientos de vital importancia. El riesgo de desprendimientos irá aumentando a medida que la nieve comience a descongelarse y piden prudencia ante una situación que, según informan, podría seguir dejando graves consecuencias en su paso por Siria, Líbano y Jordania.