Las guerras y los conflictos violentos siguen muy activas en determinados puntos del planeta como Siria, Irak, varios puntos de África...y un largo etcétera. La población civil es la que más sufre las consecuencias de la violencia, pero dentro de este colectivo, los menores son los más vulnerables y los que más pagan las guerras. El último informe de ‘Save The Children’ sobre la situación de la infancia en zonas de conflicto, ha sacado a relucir que todavía, en pleno año 2020, más de 400 millones de menores en todo el mundo viven en zonas de guerra abierta.
Los niños y niñas que pasan su infancia en zonas tan hostiles se ven abocados a vivir demasiados horrores y, por desgracia, no todos viven para contarlo. De hecho, en el mencionado informe de Save The Children se han contabilizado, solo en el año 2018, más de 12.000 muertes o mutilaciones de menores, lo que se traduce en un aumento del 13% respecto a las cifras del año anterior.
África es el lugar donde un mayor número de menores viven en zonas peligrosas debido a conflictos armados, pero al hablar de porcentajes, es Oriente Medio el punto donde más hay. Según los datos recabados por la ONG, en dicha zona, 1 de cada 3 menores vive en zonas de conflictos armados. Otro dato importante que se desprende del análisis de Save The Children.

Las zonas de guerra cada vez son más peligrosas y difíciles para los más pequeños, pero desde 2010 ha aumentado en más de un 30% el número total de menores que tienen que vivir en países en guerra. Los números no son nada esperanzadores. Además, las violaciones graves de los Derechos Humanos tales como secuestro, asesinato, mutilación, reclutamiento o violencia sexual; han aumentado un 170%. Sin duda, los menores son las víctimas peor paradas de cualquier conflicto bélico. Pues además del riesgo que corren, su esperanza de tener un futuro prometedor se reduce drásticamente y las secuelas que las guerras dejan en ellos son, en la mayoría de casos, de por vida.

Todos los menores, sean niños o niñas, son las víctimas más inocentes de las guerras y los que más sufren las consecuencias de la violencia; pero ser niña en una zona de conflicto tiene un riesgo adicional. Las menores que se encuentran en países en guerra tienen más probabilidades de sufrir violencia sexual, matrimonios forzosos y otras formas de violencia de género. Por su parte, los niños están más expuestos a sufrir secuestros, reclutamiento, torturas y asesinatos. Debido a la difícil accesibilidad a las áreas de conflicto resulta difícil cuantificar con exactitud el número de violaciones de derechos humanos a los que se ven sometidos los menores, tanto niños como niñas.
Si bien es cierto, como se explica en el informe, que en ocasiones quedan más expuestas las violaciones en público, que las suelen percibir más los varones, que las del ámbito privado, a las que las niñas están más expuestas.
Tanto niños como niñas necesitan ayuda. Con este último informe, desde Save The Children piden a todos los Gobiernos una mayor implicación en la protección de la infancia en las zonas que más menores necesitan ayuda así como la colaboración para llevar ante la Justicia Internacional a los responsables de las violaciones contra la infancia. También ponen el foco en mejorar las ayudas y programas para proteger de forma eficaz a estos niños y niñas y que logren así recuperarse de lo vivido y disfrutar de un futuro mejor.
Subrayan que para poder ayudar de forma eficaz es necesario no solo que las Administraciones Públicas aumenten la financiación en programas específicos de ayuda humanitaria para la infancia; sino que se conozcan bien todos los problemas y necesidades por género y/o edad para que la respuesta enviada sea de verdad útil.