Los más desfavorecidos reciben menos de un céntimo al día para combatir la crisis climática

La crisis climática afecta a prácticamente todo el mundo: incendios más devastadores y más frecuentes, inundaciones recurrentes, olas de calor más intensas y duraderas, sequías extremas, extinción de especies… y un amplio etcétera se hace ya notar a nivel internacional. Los estragos del calentamiento global están ya dejando huella. Pero, según ha reflejado Oxfam Intermon en su informe ‘¿Quién paga el precio’?, los más afectados son los países menos desarrollados.
Curiosamente, estos países con poco grado de desarrollo, son los que menos han contribuido a la crisis climática “pero están teniendo que asumir costes”, ha subrayado la directora ejecutiva de Oxfam, Winnie Byanyima. Los datos de este informe señalan que los 48 países más subdesarrollados reciben cada año entre 2.300 y 3.400 millones de dólares para llevar a cabo las adaptaciones necesarias de cara al cambio climático. Esto se traduce en que las personas disponen de unos 3 dólares al año, es decir, menos de un céntimo al día para combatir la crisis climática.
Winnie ha enfatizado las nefastas consecuencias no solo de la actual crisis climática, sino del incumplimiento de los grandes gobiernos con los compromisos medioambientales, en concreto con su compromiso de “ayudar a los países pobres a adaptarse a los efectos de la crisis climática”. Las regiones del Cuerno de África –apunta- son las más castigadas: sequías, hambrunas, destrozos en las ciudades y aldeas causados por desastres naturales como tornados o inundaciones…
Solo entre los países de Somalia, Kenia, Etiopía y Mozambique 15 millones de personas han pasado a depender de la ayuda humanitaria para poder sobrevivir. Una situación que ya de por sí era complicada, pues recordemos que en el continente africano se encuentran muchos de los países más pobres y menos desarrollados del mundo; donde la vida ya era bastante dura. Ahora hay que sumar los estragos que está provocando la crisis climática en unos países que ya tenían climas complicados.
Con la publicación de este nuevo informe, la organización pretende concienciar a los grandes gobiernos y ha hecho un llamamiento para que las economías más boyantes contribuyan más y mejor a la ayuda de estos países (que son los menos culpables) y que también “sean ambiciosas en la reducción de sus emisiones de gases de efecto invernadero".