Philippe Lazzarini: “En Gaza hay una ausencia de procesos y soluciones políticas”

Desde el comienzo de la guerra árabe-israelí en 1948, territorios próximos al conflicto han ido acogiendo intermitentes olas de refugiados palestinos que huían y siguen huyendo de la guerra y la destrucción. En la actualidad, los últimos acontecimientos librados entre palestinos e israelíes en Gaza, Jerusalem, Hebron, Safed y Acre han propiciado que los palestinos se hayan visto obligados a dejar sus hogares, destruidos tras los bombardeos ejecutados.
En este contexto, los palestinos son el segundo grupo de refugiados más grande del mundo después de los refugiados sirios. Actualmente, los palestinos huidos del conflicto se encuentran en campos de refugiados distribuidos entre el Líbano, Jordania, Siria, Gaza y Cisjordania. Ante esta situación, y tras haber vivido una larga trayectoria de huida palestina derivada del conflicto palestino-israelí, la ONU fundó el 8 de diciembre de 1949 la Agencia de Naciones Unidas para Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA) con el fin de garantizar accesos a la educación, a la sanidad y a la ayuda humanitaria al pueblo palestino refugiado.
Según datos registrados por la Agencia, 5,6 millones de personas refugiadas se han beneficiado de los servicios ofrecidos por la UNRWA, pero desde la Organización denuncian el “abandono internacional” que sienten por parte de la Comunidad Internacional, así como su preocupación por la creciente escalada de violencia acontecida los últimos días entre israelíes y palestinos. En esta línea, el comisario general de la agencia de las Naciones Unidas en la UNRWA, Philippe Lazzarini, en su visita a España ha denunciado que “existe una ausencia de verdaderos procesos políticos que aporten soluciones al conflicto”. Ahora a la reavivación del enfrentamiento se le une la pandemia de la COVID-19, situación sanitaria que ya ha agravado la situación de los campos.
Los últimos bombardeos lanzados sobre Gaza se han cobrado la vida de 27 niños palestinos y ha destruido dos escuelas. Esta situación ha preocupado a Lazzarini quien ha querido expresar “el sentimiento de abandono que la gente está viviendo al no tener oportunidades ni siquiera de acceso al mundo laboral”. El comisario ha subrayado que “la gente está enfadada y hambrienta” y ha explicado la situación actual lanzando una pregunta retórica “¿debemos morir por COVID o por israelíes?
En este sentido, Lazzarini ha denunciado la muerte de “cuatro menores refugiados “el pasado martes en el campamento de Beit Hanun, en Gaza. En esta área, sucesivas olas de COVID-19 han afectado a la población en un área que en la actualidad se encuentra “superpoblada”. En este sentido, UNRWA denuncia que se está atacando a la población civil refugiada en el campo y que la actual pandemia ha hecho que el sistema sanitario de la zona “este al punto del colapso” por las personas que necesitan atención sanitaria derivada del virus y ahora por los heridos de los ataques militares. Según la Agencia, 8,7 millones de pacientes visitan al año la atención sanitaria ofrecida por la UNRWA y en la actualidad cuenta con 141 centros de salud desplegados.
Por otra parte, en términos de educación, la UNRWA está gestionando uno de los mayores sistemas de educación en Oriente Próximo y recibe gratuitamente a 533.342 estudiantes en 709 escuelas. Junto a esto, Lazzarini ha recalcado que “la educación es la mejor solución a los conflictos” y ha enfatizado que, en términos educativos, la UNRWA “está haciendo más que cualquier gobierno”. No obstante, los nuevos ataques aéreos perpetrados contra las escuelas dificultan una situación ya de por sí dramática y empeoran los servicios y las instalaciones que la Agencia pone a disposición de la comunidad refugiada. En esta línea desde la Agencia, apelan a la necesidad de seguir invirtiendo en “la modernización de los servicios” tanto a nivel de infraestructura como a nivel tecnológico.
Sin embargo, la situación de los campos gestionados sigue siendo precaria. El acceso al internet y a la electricidad continúa siendo uno de los principales problemas que afrontan los campos junto con el escaso proceso de digitalización de la zona que deriva en una falta de oportunidades de acceso al mundo digital y laboral. En este momento y según cifras de la UNRWA, 438.000 refugiados palestinos en Siria dependen totalmente de la ayuda humanitaria ofrecida por la Agencia y muchos de ellos forman parte de los 140.000 palestinos que huyeron de Gaza por la destrucción y el daño que sufrieron sus casas en los bombardeos durante el conflicto en el 2014. En este aspecto, el desafío que ahora afrontan estos refugiados es seguir las medidas de seguridad para evitar la propagación de la pandemia y poder “ganarse la vida”.
Aun así, Lazzarini y miembros de la UNRWA se encuentran esperanzados tanto por el trabajo que la UNRWA está haciendo a nivel social como por el apoyo que reciben por parte de países como España. En este aspecto, integrantes de la Organización han “agradecido a España la continua ayuda a UNRWA para seguir otorgando ayuda humanitaria y apoyo a la población palestina refugiada”.