Ilusión y oportunidades más allá de la pandemia
He comenzado mi viaje alrededor del mundo por Ucrania. Todos los caminos nos llevan a la nueva Roma, la Feria Internacional del Turismo de Madrid. A Fitur’23. IFEMA cedió solidariamente a Kiev un espacio de unos 40 metros cuadrados. No había vídeos ni fotos de los horrores de la invasión rusa. Todo el heroísmo de un pueblo valiente se expresaba en un mural de unos quince metros en el que solo se leía esta palabra en treinta idiomas: “Gracias”.
A la derecha, media docena de refugiados depositaban su fe en otro reclamo: “Necesitamos todo vuestro apoyo”. La joven azafata se emocionó cuando me acerqué para recordarle que no están solos en esta guerra tan injusta y desigual.
“¡Venceremos!”, me dijo sonriendo. Asentí porque estoy convencido de que, en la próxima edición, su pabellón nos invitará a conocer un país calcinado resurgiendo de sus cenizas, libre y unido. ¡Gloria a Ucrania!
Los Reyes de España, don Felipe y doña Letizia inauguraron este XLIII encuentro acompañados por la presidenta del Congreso, por la de la CAM y por el alcalde de Madrid. Los monarcas son nuestros mejores embajadores dentro y fuera de casa. Y los impulsores permanentes de este evento mundial.
Los datos del año, tras el paréntesis del coronavirus, son un puente colgante de esperanzas y de oportunidades. Asistieron 136.000 profesionales del sector, 86.000 visitantes en el fin de semana; 131 países. (Rusia no fue invitada). 8 pabellones con 66.900 metros de exposición; 8.500 empresas participantes, 755 expositores titulares y generará unos ingresos para la capital del Reino de casi 500 millones de euros.
Este cónclave mundial del turismo devuelve la ilusión y la esperanza a todos los ciudadanos con más ganas que nunca de cruzar fronteras porque somos todos ya un solo mundo.
La directora del evento, María Valcarce, se mostraba orgullosa tras terminar esta semana fantástica: “Por vez primera hemos incluido el Big Data, la Inteligencia Artificial, destinos inteligentes y las start-ups”. Y precisó: “ha sido una experiencia increíble; el éxito se debe, en gran parte, a que no cerramos por el Covid19. Mañana nos ponemos a planificar ya la edición FITUR’24. Recordemos que la oferta de negocios se ha ampliado este año también a las Techy, Cruises, LGTB+, How & Experts, Sports y Lingua.
Marruecos se ha presentado en FITUR’22 como el “Reino de la Luz”. El turismo representa ya el 7% del PIB de nuestro vecino del sur. Su ambición pasa por atraer viajeros que amen el sol, las playas del Atlántico y del Mediterráneo, el desierto, las montañas y las ciudades imperiales. El éxito del Mundial de fútbol en Qatar ha sido una nueva tarjeta de presentación. Tradición y modernidad.
La República Árabe de Egipto ha gastado las mejores energías en la próxima inauguración del Gran Museo de los imperios faraónicos. 4.500 años de antigüedad con más de 50.000 piezas, entre ellas, los Tesoros de Tutankamón.
Israel potencia las ciudades de Jerusalén y Tel Aviv como escapada perfecta para conocer mejor la tierra prometida. Su stand fue uno de los más concurridos. Responsables de comunicación nos confirman que los posibles turistas se interesan por sus museos, sus edificios Bauhaus y su recorrido espiritual por los lugares que pisó Jesús de Nazaret como el Muro de las Lamentaciones, la Vía Dolorosa, el Santo Sepulcro o el Monte de los Olivos. El desierto de Negev y su gastronomía son otros puntos de interés.
Nos ha sorprendido la progresión de programas muy atractivos elaborados por los países africanos. Pasé como un relámpago -entiéndalo- por Mauritania, Senegal, Nigeria, Angola, Sudáfrica, República Democrática del Congo y Kenia. África exige paz y solidaridad. El turismo es el mejor camino.
La mejor lección que sacamos cada año de nuestras Comunidades Autónomas es que España es un gran país rico, diverso, con paisajes increíbles, con horizontes inalcanzables y lleno de personas decentes. Muchos acentos, sí; pero en español nos entendemos todos mejor.
Somos una potencia mundial donde el clima, la gastronomía y la amabilidad de nuestras gentes son los mejores ingredientes para seguir junto a Francia, Italia y Estados Unidos liderando una industria que durante casi sesenta años nos ha pagado la factura de las energías.
Turismo de sol, de playa, de montaña, de deportes como el golf, la caza, la pesca. Ciudades Patrimonio de la Humanidad, catedrales, castillos, paradores, ruinas milenarias, tradiciones, balnearios, gastronomía, mundo rural y, tras las últimas incertidumbres, hemos abierto nuevas ventanas al teletrabajo y a la acogida de “refugiados energéticos” del norte de Europa con estancias residenciales desde San Martín a San Juan en las costas mediterránea y canarias. El Wifi es el acueducto romano de nuestro tiempo.
Andalucía es un océano multicolor. Las provincias y los pueblos asedian al pabellón de la Junta ofreciendo un universo siempre por descubrir. Murcia reclama más agua. Nos garantiza, eso sí, 19 grados de media 300 días al año. ¡No se puede pedir más!
Cantabria, por saltar al norte, sigue con una vocación infinita. Castilla-La Mancha, bajo la sombra de don Quijote y Sancho, es la autopista de nuestra vida por la que se va a todas partes saboreando las rutas del vino. Echamos de menos a Valle Hidalgo, la más hermosa Dulcinea desde el siglo XVII.
Madrid era una cordillera de lino blanco para asaltar los cielos de Alcalá de Henares reivindicando a su hijo más ilustre, don Miguel de Cervantes. Castilla y León apostaron por la minería y la naturaleza al aire libre.
La propia alcaldesa de Vitigudino, Luisa de Paz -un ejemplo de coraje charro- presentaba en el recinto a las nuevas figuras del toreo salmantino, en un tiempo en el que don Santiago Martín y los maestros de la tauromaquia están proscrito por los inquisidores de lo políticamente correcto.
En Toro degustamos unos quesos y viandas de excelente calidad junto a los nuevos caldos elaborados para expandirse por el mercado internacional.
La Comunidad Valenciana, con paellas al punto, nos regaló un Mediterráneo en Vivo, Navarra reivindicaba la denominación de su antiguo Reyno y Euskadi se convertía en el escenario de la gastronomía. Cataluña ofrecía en colaboración con sus Diputaciones un Tour especial para descubrir que hay tantas Cataluñas como gustos, aficiones y edades. La moto de Marc Márquez fue un convincente reclamo.
Rioja defendió con orgullo sus vinos gran #Reserva y nos deleitó con Festivalia. Galicia reinventa constantemente el Camino de Santiago y Asturias nos seduce con la vuelta al Paraíso. Aragón centró el mensaje en sus cuatro pilares del Patrimonio Mundial de la UNESCO: el mudéjar aragonés, el Pirineo-Monte Perdido, el tramo del Camino del Apóstol Santiago y el Arte rupestre del Arco Mediterráneo.
Extremadura sorprendió con gastro experiencias, cocina en vivo, la observación de estrellas y actuaciones musicales. Ceuta y Melilla se sienten más españoles que antes y proponen iniciativas de proximidad. Terminamos con el espectacular reclamo de Canarias. Turismo permanente, origen volcánico, diversidad vegetal y sostenibilidad. Y moda. Mucha moda vanguardista. Probamos su macedonia de batidos: increíbles. “El sabor de todas las islas”.
En este periplo turístico paseamos, como si estuviéramos en nuestra propia casa, por las dos Américas. El colorido de México es una atracción casi fatal; Brasil vestía de verde, Cuba siempre tiene un sabor especial, Perú sigue irresistible y Colombia congregaba a decenas de personas para degustar su excelente café expreso.
Casi al lado, Venezuela un año más, reflejaba su mal momento político, económico y social. Ecuador nos obsequiaba con un champan que superaba a los franceses. La República Dominicana ocupaba un lugar de privilegio y Chile nos invitaba a conocerlo de norte a sur con los Andes como vereda cual filo de la navaja y la Isla de Pascua como reencuentro con los extraterrestres. Paraguay y Uruguay vendían belleza a flor de pie. Nicaragua, Honduras, República Dominicana, Guatemala, Costa Rica, Belice… son una tentación para vivir aventuras únicas.
Sin duda, el escenario más increíble fue el de Argentina. Su producto estrella era su tercera copa del mundo de fútbol. Faltó Messi para reventar las audiencias. El fútbol sigue siendo el valor añadido más universal. Canadá y Estados Unidos proyectaron un perfil bajo. Nueva York se vendía por libre. Un paseo en todo caso, con el mismo acento latinoamericano.
El Viejo Continente (Francia, Italia, Holanda, Grecia, Inglaterra) acaparan las reuniones de trabajo más numerosas. Muchas transacciones comerciales. Su historia es nuestra historia. Y comparten con nosotros el presente y el futuro. En el escenario austríaco la música de Mozart activa todos los sentidos. Los países balcánicos van acaparando más cuota de mercado cada año, Croacia se llena de vida y Eslovenia se siente pletórica tras su incorporación a la UE. Las naciones nórdicas y bálticas venden naturaleza, salud y calidad de vida a raudales.
La campanada de este año la ha dado Portugal. Nuestro vecino del oeste ha presentado ante el mundo todo el potencial que tanto nos gusta a los españoles. Por decirlo de forma sencilla: el Gobierno y las instituciones han tirado la casa por la ventana. Desde Oporto al Alentejo pasando por Lisboa y sus islas del Archipiélago de las Azores tan solas en el Atlántico han invertido mucho talento en presentar un turismo muy humano. Madeira, candidata a ser Patrimonio de la Humanidad, brilló con la luz del astro Ronaldo.
Deberíamos habernos detenido un poco más en el continente asiático. Cierto. Japón sigue siendo el destino más solicitado. Un robot coreano respondía a nuestras preguntas como un amigo fiel. China es el nuevo imperio turístico de la región. Quiere abrirse al mundo de par en par y no tendrá más remedio que rendirse a la reciprocidad. La “gran reapertura” en el nuevo año del Conejo del Agua será el punto de partida para un éxodo viajero que invadirá amablemente con ojos rasgados, medio mundo el próximo lustro.
Australia nos fascina todavía y más en este tiempo de verano y de tenis total. India nos ha enseñado nuevos métodos de meditación y Vietnam ha traído como embajadoras a dos hermosas mujeres vestidas de un azul intenso.
El periodista se deslumbra con el neón de los escenarios y con las actuaciones de los artistas llegados desde los confines de la tierra. Pero la filosofía de IFEMA-FITUR es construir un punto de encuentro global entre profesionales para intercambiar información, ofrecer sueños a los futuros viajeros y aumentar los negocios.
Un ejemplo de esta interconexión lo vivimos personalmente en el stand de Caixabank. Medio centenar de profesionales recibieron información exclusiva de las últimas herramientas tecnológicas -con solo disponer de un móvil- para transaccionar operaciones financieras con total seguridad.
Estos contactos permiten cerrar decenas de miles de contratos que interesan a hoteles, compañías aéreas, restauradores, tour operadores, agencias de viajes, seguros, bancos y millones de personas afines al sector servicios de donde saldrán los paquetes económicos y de lujo para que una gran mayoría de ciudadanos tenga la oportunidad de volver a viajar, a soñar y a vivir.
El turismo es el fenómeno social y económico más dinámico de nuestro tiempo. El panorama se ha despejado tras dos años de pandemia. Hacer turismo es conocer personas, empatizar con otras culturas diferentes y elegir libremente nuestros destinos.
Es el eslabón más fuerte en la cadena de la paz. El turismo es como un bolero. Siempre enamora. En algún rincón de esta Feria global anoté en mi moleskine rojo. “El turismo es un don: crea empleo, riqueza, bienestar y une a los pueblos”. Es la única actividad que beneficia a todos. Les esperamos en FITUR’24. Nos vemos en Madrid, España.
Antonio REGALADO dirige BAHÍA DE ÍTACA en: aregaladorodriguez.blogspot.com