
Este documento es copia del original que ha sido publicado por el Instituto Español de Estudios Estratégicos en el siguiente enlace.
En el año 2014, el grupo terrorista de carácter fundamentalista islámico que actuaba principalmente en el norte de Nigeria, Boko Haram, secuestraba a un grupo de niñas de una escuela en Chibok, una pequeña ciudad en el estado de Borno. Este suceso conmocionó a la opinión pública y generó un amplio rechazo internacional.
Más recientemente, en enero del 2022, el grupo ISWAP (la rama administrativa del Dáesh para la zona occidental de África), utilizaba sus canales de difusión en diferentes plataformas y redes sociales para emitir un vídeo en el que mostraba la instrucción a la que eran sometidos los niños que estaban bajo su control.
En ese mismo vídeo, titulado La generación del empoderamiento, se hacían referencias a recuperar Al Ándalus1, una de las principales reivindicaciones que utilizan los grupos fundamentalistas islámicos para justificar sus terribles actos terroristas, y que señala directamente a nuestro país como objetivo.
Por definición, «un niño asociado a una fuerza o grupo armado es toda aquella persona menor de 18 años que ha sido reclutado por una fuerza o grupo armado para desempeñar cualquiera de sus capacidades, incluyendo a niños y niñas que sean empleados como combatientes, cocineros, mensajeros, realicen labores de espionaje o con fines sexuales»2. Dicho concepto no solo se refiere a aquellos que toman parte directa en hostilidades, sino que engloba el papel de los menores en los grupos armados de una manera integral.
Uno de los problemas que emana de lo anteriormente descrito es discernir qué ha de considerarse un niño y a partir de cuándo puede ser empleado por Fuerzas Armadas, ya que cada país tiene una aproximación diferente a la hora de considerar a una persona mayor de edad.
En diversos textos jurídicos están recogidos los aspectos relacionados con el uso de menores en conflictos. En los Convenios de Ginebra (Protocolo I, artículo 77.2), se recomienda evitar alistar a aquellos cuyas edades están comprendidas entre los 15 y los 18 años, y en el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional se legisla que el reclutamiento de menores de 15 años constituye un crimen de guerra (artículo 8.2.b.xxvi). Con la intención de brindar más protección jurídica a los niños, tanto en los Principios de París3 como en el Protocolo adicional de la convención de los derechos de los niños en conflictos armados4 la edad mínima para su empleo en conflictos queda fijada en 18 años.
Es conveniente resaltar que los niños se estima que son alrededor de la tercera parte de la población mundial, y además están específicamente protegidos según el Derecho Internacional Humanitario, ya que son especialmente vulnerables a sufrir las hostilidades de los conflictos. A pesar de que hay una amplia conciencia acerca de la tragedia que supone que los menores terminen estando relacionados con fuerzas o grupos armados, en algunas ocasiones resulta difícil concienciar de la gravedad del hecho que supone que un niño participe en un combate, contribuyendo en cualquiera de sus aspectos operativos, logísticos o de inteligencia.
El empleo de niños por parte de actores estatales o no estatales conlleva una serie de ventajas para estos, y es por ello por lo que las organizaciones terroristas disponen de departamentos enfocados específicamente al reclutamiento de menores y a su posterior utilización. Este enfoque ha sido desarrollado también por los grupos fundamentalistas islámicos como Al Qaeda o Dáesh.
En las zonas de conflicto, los niños se convierten en un recurso de fácil disponibilidad5, siendo su uso más barato debido a que consumen menos alimentos, no se necesita un salario alto para mantenerlos y su inmadurez hace que puedan ser utilizados en operaciones más arriesgadas. Para los reclutadores, el hecho de que un menor tenga menos creencias preestablecidas antes de su ingreso en el grupo facilita y acelera en gran medida el proceso de adoctrinamiento-
En cuanto a su destino en operaciones tácticas, los niños son capaces de transportar y manejar armamento ligero, lo que incluye fusiles, pistolas, granadas o municiones. Además, la poca probabilidad de ser sometidos a una exhaustiva vigilancia en puntos de control les puede permitir acceder a objetivos custodiados y permitir cualquier tipo de acción hostil sobre estos.
Dos autores que han estudiado ampliamente el fenómeno de los procesos de reclutamiento y educación que sufren los niños dentro del Dáesh son Peter W. Singer y John G. Horgan.
Singer divide en tres las fases por las que pasa un menor hasta llegar a tomar parte activa en un conflicto. En primer lugar, son sometidos a un proceso de selección para determinar sus aptitudes y cómo poder explotarlas dentro de la organización. Después, existe un proceso de adoctrinamiento para fomentar su lealtad al grupo, y, una vez que lo han completado con éxito, finalmente es cuando son empleados en combate6.
Horgan, en cambio, profundiza más en la gradualidad del proceso, integrando métodos de aprendizaje tanto formales como informales, con el objetivo final de fidelizar y fanatizar a los niños. Propone seis etapas, que son:
• Seducción: donde se presentan los ideales, propósitos y se capta la atención de los menores.
• Escolarización: se lleva una rutina y se intensifica el proceso de adoctrinamiento, ya que los valores que se enseñan están claramente alineados con aquellos más radicales del grupo.
• Selección: se decide, a la vista de las capacidades del niño, dónde va a poder ser empleado de una manera más beneficiosa para la organización.
• Sometimiento: se somete a una instrucción basada en una fuerte preparación tanto física como psicológica, para crear un sentimiento de compromiso y lealtad.
• Especialización: ofrecer una formación más específica y de calidad en el campo para el que haya sido seleccionado.
• Estacionamiento: asignación de cometidos concretos y despliegue para cumplir con la misión encomendada7.
Los procesos anteriormente descritos se aplican para niños, pero una parte clave que es muy importante para que los menores formen parte de grupos terroristas islámicos son los padres.
La visión que ha logrado proyectar el Dáesh sobre la creación de una sociedad utópica, alejada de los vicios occidentales y que sigue fielmente los preceptos más rigoristas del islam crea una sensación atractiva para los adultos, que emigran a los territorios bajo el control de esta organización, esperando encontrar un mejor futuro para su familia, anhelando en muchos casos lograr una identidad propia y un sentimiento de pertenencia.
Para captar a los padres, los elementos propagandísticos del Dáesh utilizan una serie de plataformas que incluyen productoras de televisión, revistas y canales en aplicaciones de mensajería instantánea como Telegram u otras en las que resulte difícil el rastreo de sus conversaciones.
El Dáesh ha logrado evolucionar con las nuevas tecnologías existentes, adaptando contenidos para captar y adoctrinar de manera virtual a muchos menores en diferentes regiones8. Al ser estos usuarios activos de Internet, corren un riesgo debido a la existencia de sitios web específicos que publicitan al grupo y que contienen mensajes en diferentes idiomas. Salas de chat, perfiles en diferentes plataformas sociales, grabaciones de vídeo y aplicaciones de teléfonos móviles son muy populares para el reclutamiento9, pudiendo desarrollarse un enfoque personalizado hacia el objetivo definido, aumentando con ello la eficacia del proceso de captación.
El objetivo principal de la propaganda son los musulmanes con una sensación de desarraigo de la sociedad en la que viven. Si son jóvenes, se les anima en muchos casos a desafiar a sus padres si estos se niegan a que emigre a territorios controlados por el grupo, ya que allí podrán vivir una vida acorde con unos principios morales y éticos dentro de una comunidad, lo que les hará tener una identidad propia. Y también hace hincapié en la captación de niñas para que viajen y se conviertan en esposas de muyahidines y madres de los futuros leones del Califato.
El Dáesh utiliza múltiples fuentes para el reclutamiento de niños, si bien es necesario resaltar que dependiendo de la zona geográfica donde opere la khatiba correspondiente, utilizará una u otra en mayor medida para cubrir las necesidades que tenga. Se puede determinar que los menores que forman parte del Dáesh son:
• Aquellos que han nacido de combatientes extranjeros o que han viajado a zonas bajo dominio del grupo terrorista con familiares. Para este caso, la resolución 2178 (2014) del Consejo de Seguridad de la ONU decide que, en relación con los combatientes terroristas extranjeros, los «Estados miembros deben prevenir la radicalización que conduce al terrorismo, frenar el reclutamiento, dificultar los viajes de combatientes terroristas extranjeros, obstaculizar el apoyo financiero a los combatientes terroristas extranjeros»10.
• Los niños que han quedado huérfanos o han sido abandonados por sus progenitores. Un gran número de menores que se encuentran en los campos de entrenamiento del Dáesh11 están en el grupo terrorista por esta vicisitud.
• Los que son obligados por el grupo, ya que han sido secuestrados, abducidos, adquiridos a traficantes o coaccionados mediante amenazas. Los niños que se encuentran en situación de pobreza o que malviven en las calles son los más vulnerables a ser captados mediante esta vía.
• Los que han nacido ya en zona de conflicto de muyahidines que ya son miembros del Dáesh.
• Los que deciden unirse voluntariamente al grupo. En esta categoría, existen múltiples variantes que pueden convencer a un menor para que forme parte de la organización. Los valores de compromiso, camaradería y sensación de pertenencia a algo trascendental atraen a muchos jóvenes desorientados sin una identidad definida. También, la promesa de un salario, refugio, formar una familia, aventura e incluso comida son alicientes para sectores vulnerables de la juventud.
A diferencia de otros conflictos previos en los que estaban envueltos grupos yihadistas, la creación de un sólido sistema educativo que fuera uno de los pilares del proto-Estado propuesto por el Dáesh era uno de sus principales objetivos desde que se expandió rápidamente en Siria durante su periodo de máximo apogeo. El grupo terrorista ocupó el vacío institucional dejado por el gobierno en las áreas bajo su dominio. Esto incluyó el control sobre las mezquitas, las madrasas y las escuelas, lo que equivale a garantizar la influencia y el control directo sobre miles de niños.
Aunque una gran parte de profesores y docentes que ya estaban ejerciendo permanecieron en sus puestos, fueron obligados a enseñar la doctrina que se marcaba por la dirección del Diwan al-Ta’aleem, el equivalente al Ministerio de Educación del Dáesh12. Si no lo hacían, asumían el riesgo de ser amenazados e incluso asesinados. Para su formación, si no tenían experiencia previa, debían de asistir a un curso de capacitación para enseñar la sharía en un instituto13. Y si ya eran maestros previamente, se les exigía mostrar arrepentimiento por haber estado enseñando materias de un plan de estudios para incrédulos14.
El plan educativo creado por el grupo terrorista segregaba por sexos a los alumnos y declaraba la enseñanza en el hogar como haram (pecado), ya que el Dáesh no era capaz en esta modalidad de controlar los contenidos impartidos a los alumnos. Además, la base era la formación en la doctrina del islam preconizada por la organización, incluyendo asignaturas como la memorización del Corán y su recitación (taywid), el tawhid (concepto de monoteísmo), el fiqh (jurisprudencia islámica), el salat (oración, uno de los pilares del Islam), el aqeeda15 (credo), los hádices y la Sunna16.
Otros de los aspectos a destacar de este tipo de educación eran la instrucción y el adiestramiento con armamento ligero, la práctica de tiro, natación y la lucha libre, materias reservadas para los varones. Estas materias estaban recogidas en el equivalente a la asignatura de educación física, renombrada por el grupo como Entrenamiento Yihadista17. En cambio, a las niñas se las enseñaba a apoyar a sus maridos encargándose de las tareas del hogar, la cocina, la limpieza y la crianza de los hijos18.
Materias relacionadas con el campo de las ciencias o de los idiomas fueron eliminadas del currículo de los alumnos. Se prohibieron también asignaturas como música, filosofía, dibujo. Y otras, como historia y geografía, se modificaron para que abarcaran solo lo relacionado con la visión sesgada del islam que propone el grupo terrorista.
Si los niños provenían o se habían educado en regiones occidentales o en sistemas de enseñanza considerados como «ateos o apóstatas», debían asistir a una serie de escuelas diferentes19 antes de poder integrarse con el resto de «cachorros» del grupo. En dichas escuelas recibían clases de árabe, sobre el Corán y la Sunna.
La semana escolar abarcaba de domingo a jueves, con clases separadas por sexos a partir de los seis años20. Los niños no usaban uniformes, aunque su vestimenta tenía que estar en todo momento acorde a los valores islámicos, y las niñas debían cubrirse el cabello a partir de empezar su etapa en primaria21.
Por las características de reclutamiento que han sido tratadas previamente, se puede indicar que el empleo de niños dentro de las estructuras de grupos terroristas es algo habitual, y son empleados en multitud de roles, que incluyen tanto tareas operativas relacionadas con el combate como logísticas, lo que permite destinar más adultos al frente.
Estas labores logran que los menores se familiaricen con la violencia, lo que provoca una insensibilidad emocional, que incluye la ausencia de empatía y la carencia de cualquier sensación relacionada con el remordimiento. Al sufrir estas consecuencias psíquicas, los niños, conforme vayan creciendo, estarán acostumbrados a cometer actos que sean violentos y despiadados, aumentando su letalidad y ferocidad en el combate.
Las funciones más importantes asignadas a los niños dentro del Dáesh son:
• Espías: desde la escuela se enseña a los alumnos que están aprendiendo una versión pura de la religión, y que sus obligaciones incluyen vigilar y delatar a aquellos familiares, vecinos o amigos que no cumplan estrictamente con las normas dictadas por el grupo terrorista22.
• Predicadores: tanto esta función como la anterior pueden ser desarrolladas tanto por niños como por niñas. En gran parte del material propagandístico del Dáesh aparecen menores tanto cantando nasheeds, recitando el Corán, mostrando su entrenamiento o relatando su experiencia. La pasión empleada, producto de su juventud y desconocimiento, sirven como herramienta para una difusión más eficaz del mensaje del grupo terrorista, ya que atraen más la atención del espectador.
• Suicidas: al poder ser más fácilmente radicalizados y adoctrinados, los menores pueden interiorizar de una manera más profunda toda la ideología del grupo terrorista y estar deseosos de demostrar su valía a ojos de sus jefes. Dentro de su entrenamiento en la escuela, los explosivos son una materia que se imparte, por lo conocen cómo usarlos. Esta tarea ha sido ampliamente encomendada por una de las filiales del grupo en la zona occidental de África, Boko Haram, que ha llegado a utilizar tanto niños como niñas para cometer la quinta parte de sus ataques suicidas23. Por lo general, las familias de aquellos que realizan estos actos obtienen compensaciones económicas, distintos regalos o cierto estatus dentro de la comunidad controlada por la organización terrorista.
• Ejecutores: dentro del proceso paulatino de familiarización con la comisión de acciones violentas, en los documentos propagandísticos del grupo los niños han aparecido ejecutando decapitaciones, activando explosivos o asistiendo a los adultos que asesinaban. A los menores se les enseña que tomar parte en estos actos es un premio, ya que constituye un privilegio y un honor reservado para aquellos que muestran más lealtad al Dáesh.
• Soldados: como se ha explicado anteriormente, la instrucción y el adiestramiento que reciben los niños durante su etapa escolar les hace adquirir una serie de capacidades que están enfocadas a ser empleados en acciones de combate. Como ejemplo, en la gobernación de Ninewa se tuvo constancia de que menores entrenados por el Dáesh habían activado explosivos24 en diversos actos terroristas y que, en Mosul, realizaban tareas relacionadas con el control de zona25 (en este caso patrullaje y puestos de control).
Funciones desarrolladas por las niñas dentro del Dáesh
De acuerdo con la ideología impuesta por el grupo terrorista y al modelo educativo existente en el territorio controlado, el papel de la mujer se reserva a construir la umma, lo que significa engendrar, cuidar a los futuros muyahidines y enviarlos a combatir a los infieles26.
Durante su estancia en la escuela, aprenden labores relacionadas con el mantenimiento de un hogar y el apoyo a la figura del combatiente. Para cumplir con sus funciones, reciben clases de cocina, costura y cómo educar a un niño en la visión del salafismo. Deben cubrir su cuerpo integralmente y no salir nunca de sus casas, a no ser que haya un hecho excepcional27. Si se da este caso, en todo momento han de ir acompañadas por un hombre. Resulta curioso este hecho, ya que a la hora de viajar e incorporarse al Califato el grupo sí que se alentaba y animaba a las mujeres a viajar solas si sus familiares resultaban un impedimento para ello.
Pero, detrás de ese ideal, la dura realidad es que muchas de las niñas que están bajo control del Dáesh son objetos de múltiples abusos, que incluyen la esclavitud o su uso para satisfacer las necesidades sexuales de los combatientes, con las agresiones que de ello derivan28. Esta táctica terrorista sirve como instrumento para aumentar el poder de las organizaciones, consiguiendo desestructurar comunidades, logrando más personal y obteniendo beneficios económicos.
Conclusiones
La mayoría de datos de este documento se han extraído del periodo en el que el Dáesh controló una parte física de territorio entre Siria e Iraq, y en ausencia de una sólida autoridad estatal pudo establecer ciertos servicios básicos que daban forma a lo que ellos denominaron Califato.
A pesar de perder su último bastión en Siria en 2019, hay que afirmar que el Dáesh ha sido derrotado constituye un error. La parte central del grupo ha aumentado el número de ataques en las zonas central y norte de Siria, con células más experimentadas, y el reciente asalto a la prisión de al-Sina'a, en Hasakah, es una prueba del aumento de capacidades. En esta prisión se estima que al menos hay alrededor de setecientos niños que tienen algún tipo de relación con la organización terrorista29.
Una de las dificultades añadidas para realizar procesos de desradicalización a niños dentro del Dáesh es el hecho que muchos de sus reclutas provienen del extranjero, lo que dificulta en gran parte la aproximación coordinada al problema debido a multitud de agentes intervinientes de cada uno de los países de origen de los menores. Distintos gobiernos, organizaciones internacionales y organizaciones no gubernamentales pueden implicarse en cualquier fase del proceso, pero sus decisiones pueden colisionar con las de otros actores e ir en detrimento de la completa recuperación del niño.
El reto que supone para la comunidad internacional desradicalizar a los menores que han estado relacionados con el Dáesh es mayúsculo. Habrá que tener varios factores en cuenta a la hora de desarrollar programas eficaces que permitan a los niños integrarse en sociedades pacíficas y civilizadas. La voluntad del menor a la hora de unirse al grupo terrorista, el papel del entorno familiar, si ha participado en acciones violentas y las secuelas tanto físicas (mutilaciones) como psíquicas (falta de empatía o de apego) son hechos a valorar para determinar si el menor es un radical que puede predicar entre otros niños o simplemente ha sido una víctima.
También será necesario emprender programas reforzados de desradicalización, desmovilización y de reintegración que por el hecho de haber menores se vean complementados por un cuarto elemento, el de la reeducación, ya que en este caso hay un elemento específico la que hay que confrontar, el adoctrinamiento religioso. Para ello, se ha determinar específicamente los objetivos de las cuatro etapas y cuando el niño se encuentra en una u otra, siendo conscientes que en todo momento puede haber retrocesos en el proceso debidos a múltiples factores externos. Se pueden explicar cómo:
• Desradicalización: en este periodo, el objetivo es que los niños vayan gradualmente rompiendo su vínculo con el grupo terrorista. Es importante en esa fase atender los posibles traumas físicos y psicológicos, y a través de la educación desarrollar una narrativa que permita detectar las distorsiones del islam que han aprendido, así como fomentar las capacidades individuales y empezar a formarle para su integración en la vida laboral.
• Reeducación: muy parecido al anterior, al que complementa, está más centrado deslegitimizar el credo impartido por el grupo. Para ello, es conveniente integrar a musulmanes o personal que haya sido miembro de este grupo, ya que tendrá más credibilidad a la hora de refutar la propaganda del Dáesh. Es necesario contar con un plan educativo que, de manera paulatina, enseñe doctrinas coránicas que sean pacíficas y no excluyentes de otras formas de ciudadanía.
• Reintegración: cuando los menores vayan adquiriendo poco a poco el sentimiento de permanencia y arraigo a una determinada comunidad, es importante que también encuentren oportunidades en esa sociedad, a efectos de una mejora de su autoestima, lo que implicará un aumento en su confianza de pertenecer a un sistema en el que no impera la violencia, si no diversas leyes.
Los responsables del desarrollo de programas para afrontar este desafío han de ser conscientes que el esfuerzo principal para contrarrestar la atracción que genera la propaganda del Dáesh ha de estar centrado en la construcción y la oferta de alternativas positivas, incluyendo modelos de conducta y gobernanza. También se ha de fomentar el pensamiento crítico, la aceptación de opiniones religiosas diferentes y la forja de una identidad propia integrada en los valores de la sociedad a la que aspira a integrarse.
Si la aproximación al problema se realizara enfrentando al menor a las atrocidades cometidas por el grupo terrorista sin haber pasado por un proceso previo, solamente generaría más radicalización y la posibilidad de revivir posibles traumas que hayan pasado bajo el mandato del Dáesh.
La relevancia que otorga el grupo terrorista al hecho de que haya niños bajo su control ha quedado reflejada en multitud de documentos doctrinales y propagandísticos, resaltando su importancia para el sostenimiento de las operaciones del grupo a medio y largo plazo.
La última prueba de ello, el vídeo difundido que menciono en el resumen inicial, que señala como objetivo a nuestro país. Por, resultará vital para contribuir a la defensa de nuestras sociedades encontrar soluciones y políticas adecuadas para reducir la amenaza que supone este problema.
Pablo José Molina Serrano*
Capitán del Ejército de Tierra
@pmgrc156
Referencias
1 ZULOAGA, J. M, “El Estado Islámico anuncia que va a utilizar niños soldado para cometer atentados en España”, La Razón, enero 2022. Disponible en: https://www.larazon.es/espana/20220122/3oyt57s3jzgtjil2v3dn7trfva.html
*NOTA: Las ideas contenidas en los Documentos de Opinión son responsabilidad de sus autores, sin que reflejen necesariamente el pensamiento del IEEE o del Ministerio de Defensa.
2 “The Paris Principles: Principles and guidelines on children associated with armed forces or armed groups”, UNICEF, febrero 2007. Disponible en: https://www.unicef.org/mali/media/1561/file/ParisPrinciples.pdf
3 Íbid
4 “Optional Protocol to the Convention on the Rights of the Child on the involvement of children in armed conflict”, OHCRH, febrero 2002. Disponible en: https://www.ohchr.org/EN/ProfessionalInterest/Pages/OPACCRC.aspx
5 SOMMERS, Marc. “Children, Education and War: Reaching Education for All (EFA) Objectives in Countries Affected by Conflict’, The World Bank, Junio 2002. Disponible en: https://documents.worldbank.org/en/publication/documents- reports/documentdetail/376921468762874069/children-education-and-war-reaching-education-for-all-efa-
6 SINGER, Peter. “Children at war”, Berkeley: University of California, 2006.
7 HORGAN, John. “From Cubs to Lions: a six stage model of child socialization into de Islamic State”, Studies in conflicts & terrorism, agosto 2016. Disponible en: https://www.researchgate.net/publication/305923601_From_Cubs_to_Lions_A_Six_Stage_Model_of_Chil
8 KORUTH, Samuel. “The lure of youth into terrorism”, South-East Asia Regional Center for Counterterrorism, 2011.
9 FERGUSON, Kate. “Countering violent extremism through media and communication strategies: a review evidence”, Partnership for conflict, crime and security research, University of West Anglia, Marzo de 2016. Disponible en: http://www.paccsresearch.org.uk/wp-content/uploads/2016/03/Countering-Violent-
10 “S/RES/2178(2014)”, ONU, septiembre 2014. Disponible en: https://www.un.org/securitycouncil/s/res/2178-%282014%29
11 Horgan
12 “Iman Bukhari Institute in the Tel Abyad Area”, Islamic State Wilayat Raqqa, diciembre 2015.
13 “Education in the Shade of Caliphate”, Islamic State Wilayat Raqqa, mayo de 2015.
14 Ibid.
15 Islam question & answer, General Supervisor: Shaykh Muhammad Saalih al-Munajiid, “What is Aqeeda?” Mayo 1998. Disponible en: https://islamqa.info/en/answers/951/what-is-aqeedah
16 “Iman Bukhari Institute in the Tel Abyad Area”
17 “Race towards Goods”, Islamic State Al-Hayat Media Center, Noviembre de 2014.
18 JAWAD AL-TAMIMI, Aymen. “Specimen 3X: Opening of the Central Cub Scouts of the Caliphate Institute,
19 Ibid.
20 “Education in the Shade of Caliphate”
21 “A Primary school for girls in the city of Rutba” Islamic State Wilayat Anbar, diciembre 2015
22 HORGAN y BLOOM. “This Is How the Islamic State Manufactures Child Militants”, VICE, julio 205. Disponible en: https://www.vice.com/en/article/ev9nvj/this-is-how-the-islamic-state-manufactures-child-
23 “Beyond Chibok: Over 1.3 Million Children Uprooted by Boko Haram Violence”, UNICEF, abril 2016. Disponible en: https://www.unicef.org/wca/reports/beyond-chibok
24 “Report on the Protection of Civilians in the Armed Conflict in Iraq: 11 December 2014 - 30 April 2015”, OHCHR, junio 2015. Disponible en: https://www.globalsecurity.org/military/library/report/2015/iraq- civilians_unami-ohchr_20141211-2050430.pdf
25 “Report on the Protection of Civilians in Armed Conflict in Iraq: 11 September - 10 December 2014”, OHCHR, diciembre 2015. Disponible en: https://www.ohchr.org/Documents/Countries/IQ/UNAMI_OHCHR_POC_Report_11Sep-
26 “To Our Sisters: A Jihad without Fighting”, Dabiq 11, agosto 2015.
27 “Photo report: Cubs and Flowers of the Caliphate-Education in the City of Akhtarin”, Islamic State Wilayat Halab, Enero 2015
28 “Iraq: ISIS escapees describe systematic rape-Yezidis survivors in need of urgent care”, Human Rights Watch, abril 2015.
29 CHULOV, Martin. “Hundreds of boys ‘human shields’ in Islamic State prison breakout”, The Guardian, enero 2022. Disponible en: https://www.theguardian.com/world/2022/jan/24/hundreds-of-boys-human- shields-in-islamic-state-prison-breakout