¿Pueden los musulmanes convivir en el Occidente? (III)

Comunidad Ahmadía
Comunidad Ahmadía

[Esta entrega es continuación de la anterior: “¿Pueden los musulmanes convivir en el Occidente? (II)”] 

El Islam enseña que se deben respetar y cuidar los sentimientos de los demás. Esto incluye los sentimientos religiosos y los sentimientos ajenos en relación con las cuestiones sociales en general. 

En una ocasión, con el fin de proteger el sentimiento religioso de un judío, el Santo Profeta (lpbD) se sentó a su lado incluso después de saber que se había producido un altercado entre dicha persona de religión judía y un musulmán. Mostrando respeto hacia los sentimientos del judío, el Santo Profeta (lpbD) reprendió al musulmán, diciendo que él no debería haber reivindicado que el Santo Profeta (lpbD) era superior a Moisés (lpD), aunque era consciente que él había traído el último libro de la Ley Divina. Esta es la manera en la que el Santo Profeta (lpbD) se hacía cargo de los sentimientos de los demás y establecía la paz social. 

Otra gran enseñanza del Islam es la exigencia de que se cumplan los derechos de las personas pobres y desfavorecidas. Para hacerlo, enseña que las personas deben aprovechar aquellas oportunidades a través de las cuales se puede mejorar la posición social de los sectores más necesitados. Debemos tratar de ayudar a los más pobres de manera desinteresada y no explotarlos de distintas formas. Por desgracia, en la sociedad actual, se crean proyectos u oportunidades que aparentan “ayudar” a los desfavorecidos, pero que a menudo se basan en un sistema de créditos cuya devolución está sujeta a intereses. Por ejemplo, a menudo se conceden préstamos a estudiantes para ayudar a completar su educación; o hay personas que toman préstamos para iniciar negocios, que, sin embargo, les lleva años o incluso décadas pagarlos. Tras años de esfuerzo, a causa de una crisis económica, pueden encontrarse al final con un nivel de deuda igual al que tenían al principio o, posiblemente, en una situación financiera aún peor. Hemos presenciado o escuchado un sinnúmero de ejemplos en los últimos años, en los que muchas partes del mundo se han visto afectadas por la crisis económica. 

Una alegación que se hace habitualmente en contra del Islam, es que no trata a las mujeres de una manera justa o con igualdad. Sin embargo, esta alegación carece de fundamento y justificación. El Islam ha conferido a las mujeres dignidad y honor. Les voy a dar un par de ejemplos: el Islam dio a la mujer el derecho a divorciarse de su esposo a causa del mal comportamiento del marido en un tiempo en que las mujeres eran consideradas una mera posesión o un bien. Paradójicamente, este derecho a favor de las mujeres no se estableció en el mundo desarrollado hasta el siglo pasado. Por otra parte, el Islam dio a las mujeres el derecho a la herencia en un periodo en que se consideraba que la mujer no tenía ningún estatus o valor. Este derecho sólo se ha otorgado a las mujeres de Europa en tiempos relativamente recientes.  

El Islam a su vez, también confiere derechos a los vecinos. El Corán da orientaciones detalladas sobre quién es tu vecino y cuáles son sus derechos. En el concepto de vecindad incluye a quién se sienta a tu lado, a las casas cercanas, abarcando a aquellos a los que conoces y también a los que no conoces, alcanzando hasta las cuarenta casas que rodean a la tuya. También se incluyen como vecinos a aquellos con los que se viaja, encomendando cuidar de su bienestar. Estos derechos se enfatizaron de forma muy importante, hasta el punto de que el Santo Profeta (lpbD) dijo de los vecinos que en ocasiones pensaba que tal vez se les acabaría incluyendo entre los herederos legales de una persona. De hecho, el Santo Profeta (lpbD) fue tan lejos como para afirmar que una persona de quien su vecino no está a salvo, no puede ser considerado como creyente o musulmán. 

Otro mandamiento del Islam en pro del bienestar de los demás requiere que todas las partes se ayuden y se apoyen mutuamente en el cumplimiento de la tarea de ayudar al débil y al vulnerable a mejorar su situación. En consecuencia y con el fin de cumplir su rol y poner en práctica estas enseñanzas, la Comunidad Ahmadía viene proporcionando educación primaria y secundaria en las más zonas pobres y desfavorecidas del mundo. La Comunidad ha construido y ha puesto en funcionamiento diversas escuelas que proporcionan educación secundaria, y financia becas de ayuda para que aquellos que están en una situación necesitada puedan llegar a una posición en la que sean capaces de valerse por ellos mismos. 

Otro mandamiento del Islam es que se deben cumplir todas las promesas y los pactos. Esto incluye a todas las promesas que se hacen unas personas a otras, y también obliga a que un musulmán deba cumplir el pacto de lealtad que se establece entre el ciudadano y su país, del que ya he tratado anteriormente. 

Estos son sólo algunos puntos que muestran en qué medida el Islam es una religión compasiva y tolerante. Es triste observar cómo, con la misma fuerza que el Islam enseña y busca favorecer la paz en el mundo, los opositores del Islam, o los que no conocen sus verdaderas enseñanzas, crean acusaciones infundadas en contra de esta maravillosa religión. Como ya he dicho anteriormente, la Comunidad Musulmana Ahmadía está propagando en esta época el verdadero mensaje del Islam. A la luz de esto, pediría a aquellos que realizan objeciones contra el Islam, basadas en las acciones de una minoría de musulmanes, que cuestionen y pidan cuentas a estos individuos; y que no utilicen sus ejemplos injustos para difamar y desacreditar a las verdaderas enseñanzas del Islam. 

No debéis considerar que las enseñanzas del Islam suponen una amenaza o son peligrosas para Alemania o para ningún otro país, así como tampoco debéis preocuparos sobre si un musulmán puede o no integrarse en la sociedad alemana. Como ya he dicho antes, un rasgo distintivo del Islam es que enseña a los musulmanes a adoptar todas las cosas buenas, y no cabe duda de que los musulmanes pueden integrarse y vivir dentro de cualquier sociedad. Si alguien actuara en contra de este mandamiento, sería sólo un musulmán de nombre, y no un seguidor de las verdaderas enseñanzas del Islam. Ciertamente que a los musulmanes no se les permite hacer nada que no sea correcto, o no tenga en cuenta las instrucciones del Sagrado Corán en relación con los principios de la humildad, la santidad de la religión o actuar en contra de la justicia. Sin embargo, estas cuestiones no son una cuestión de la integración, sino que son un aspecto de la libertad religiosa personal. La violación de la libertad religiosa no es una cuestión a la que sólo los musulmanes tendrían que oponerse; en realidad toda persona sincera y decente debería alzarse y hacer oír su voz en contra de esta situación, y declarar abiertamente que ningún gobierno ni sociedad deben interferir con los derechos religiosos de carácter personal. Rezo para que Alemania, y de hecho, todos los países que se han convertido en hogar de personas de diferentes nacionalidades y culturas, muestren los mayores niveles de tolerancia y respeto por los sentimientos de los demás. De esta manera, se convertirán en abanderados de quienes muestran amor mutuo, afecto y paz. Este será el medio para garantizar la paz y la seguridad permanente en el mundo, de manera que la humanidad se pueda salvar de la destrucción a la que se dirige por culpa de la ausencia total de tolerancia mutua. 

La amenaza de una destrucción terrible se cierne sobre nosotros, y para salvarnos de tal devastación, cada país y cada individuo, religioso o no religioso, tiene que analizar por donde pisa con exquisito cuidado. ¡Espero que todas las personas, en todo el mundo, se den cuenta de esta realidad!  

Para finalizar, me gustaría darles las gracias a todos ustedes, una vez más, por dedicar su valioso tiempo para asistir a este evento y escuchar lo que les he dicho hoy. ¡Que Dios los bendiga! Muchas gracias. 

(lpbD) – que la paz y las bendiciones de Dios sean con él. 

(lpD) – que la paz sea con él.