El prestigio del Real Madrid quedaría en entredicho y su historia quebrada sin posibilidad de recuperación.
Una derrota del Real Madrid frente al Borussia el miércoles 9 de diciembre les eliminaría en Champions, y a Zidane lo dejaría con pie y medio fuera del club.Un empate clasificaría a los dos equipos.
El ‘biscotto’ es un término italiano que se utiliza para referirse a la situación de pactar un empate en un partido que haga que los dos equipos se clasifiquen.
El exjugador del Real Madrid y del Inter de Milán Esteban Cambiasso no cree que pueda producirse. En declaraciones a Sky Sport afirmó: “Os puedo asegurar que no habrá ningún ‘biscotto’. Conozco bien al Madrid”. Cambiasso creció y fue educado en la disciplina madridista. En casa no puede permitirse un empate y quedar segundo en el grupo. Su historia cuenta otras cosas.
Efectivamente su historia cuenta otras cosas; el Real Madrid Club de Fútbol tiene un compromiso firme con valores y principios basados en la ética, la dignidad, la honorabilidad, y la responsabilidad.
Ha habido ‘biscottos’ que pasaron a la historia del futbol como el de Alemania y Austria del Mundial de España en detrimento de Argelia o el de Dinamarca y Suecia, en la Eurocopa de 2004 en detrimento de Italia, que quedó eliminada.
En Italia, más bien los medios, temen que el equipo blanco no imprima la intensidad necesaria y se acomode en caso de que el partido vaya empatado y no se quieran correr riesgos. En el equipo italiano no creo que piensen igual. Tanto el Inter como el Real Madrid no mancharían su imagen con un apaño de “equipo menor”.
Mientras, el sábado, el Real Madrid tiene un partido muy difícil ante el Sevilla FC de Julen Lopetegui. Técnico que tendrá ganas de derrotar a los blancos recordando su mala experiencia blanca.
Los de Zidane se juegan mucho ya que están a seis puntos del Atlético y a siete del líder, la Real Sociedad. Es una ventaja importante, pero, con más de la mitad de la Liga por disputar, es recuperable.

El miércoles, con los alemanes del Borussia Moenchengladbach se juegan su continuidad en la Champions. No sabemos si Zidane reservará jugadores. Debería, sobre todo tras ver el resultado que están dando los suplentes como Marcelo, Isco, Asensio, Jovic, Mariano o Vinicius.
Ante una posible lesión de algún titular o simplemente con una ligera carga de partidos el equipo se desmorona.
Zidane tiene que imponerse. Ramos, a pesar de ser el partido contra “su Sevilla”, debe descansar y recuperarse completamente para el partido con los alemanes. Lo mismo Benzema, Modric, Casemiro, Kroos y, aunque parezca raro, Lucas Vázquez. El delantero gallego reconvertido a lateral no tiene recambio al estar lesionados Carvajal y Odriozola.
El sábado en Sevilla, Zidane debería dar la enésima ocasión a los suplentes. Que demuestren que pueden ser titulares. O que demuestren que no tienen nivel para el Real Madrid y que su etapa en el Bernabéu ha caducado.
Dos derrotas, el sábado contra el Sevilla y el miércoles contra el Borussia pondrían al técnico francés en una situación muy pero que muy complicada. Perdiendo el sábado, pero salvando la clasificación en Champions con una victoria frente a los alemanes daría un poco de margen al técnico.
Ganar los dos partidos no sería de extrañar siendo el Madrid el protagonista. Traería mucha tranquilidad al equipo blanco. Ganando el sábado y logrando la clasificación con un empate frente a los alemanes abriría el debate del ‘biscotto’ y como decíamos más arriba mancharía la imagen del, para muchos, mejor equipo del mundo.
No sabemos si Zinedine Zidane utilizará a los mejores, aunque no estén en las mejores condiciones, el sábado contra el Sevilla. Si es así correría el riesgo de afrontar el partido de Champions sin Ramos, sin Casemiro y otros puntales del equipo.
Ramos tiene que estar el miércoles en el partido de Champions en plenas condiciones, totalmente recuperado de su lesión muscular. Si juega tres días antes no lo estará. El capitán blanco es indispensable ahora mismo. Da seguridad a la defensa y si el partido se complica asume la responsabilidad e imprime carácter al equipo.
Tener que jugar un partido importantísimo con suplentes, que en lo que va de año no han dado un resultado apropiado para ser jugadores del Real Madrid CF, sería muy arriesgado.
Lo que queda claro es que el equipo blanco el miércoles tiene que ganar, no le vale el empate. Por deportividad, por señorío y por historia.