Se suele decir que después de la tormenta llega la calma. En el caso de Europa, después de la pandemia llega la reconstrucción. Los organismos europeos ya preparan ambiciosos planes económicos una vez superada la crisis sanitaria. Aunque en las últimas semanas se han cerrado acuerdos significativos, todavía faltan por ultimar algunos detalles sobre en qué condiciones se van a entregar los fondos y de qué cantidad van a ser. Aunque los inicios de la expansión del virus en los países comunitarios se caracterizaron por el desconcierto y la falta de coordinación entre los miembros de la Unión Europa, toda la maquinaria de Bruselas se ha puesto en marcha para poner de nuevo a pleno rendimiento a la economía una vez finalicen las cuarentenas en los Estados miembros.
La rápida propagación del patógeno noqueó la capacidad de actuación de la UE en un principio. Los acuerdos son la norma y alcanzar decisiones inmediatas es complicado con la participación de hasta 26 países en el proceso. “La UE llegó tarde al principio de la pandemia. Hubo falta de coordinación para cerrar fronteras y algunos miembros, como Francia, Alemania o República Checa, anunciaron restricciones a las exportaciones de material sanitario", explica a Atalayar Miguel Ángel Benedicto, profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad Europea de Madrid.
La imagen de la UE quedó más empañada todavía tras el envío a material sanitario por parte de China y Rusia. “El gigante asiático aprovechó el desconcierto para lanzar una potente campaña de diplomacia pública y alejar su responsabilidad como foco de la pandemia”, asegura el docente universitario.
A pesar de los errores iniciales, la UE ha organizado corredores de transporte para permitir la llegada de suministros sanitarios, ha lanzado un fondo común para ayudar a los desempleados y se han trasladado enfermos de unos países a otros para aliviar la saturación de las unidades de cuidados intensivos. “La reacción en esta ocasión ha sido muy rápida. Hemos aprendido de la crisis de 2008, en aquella ocasión se tardó casi cuatro años en organizar un fondo de rescate para los países en dificultades”, afirma a Atalayar Jonás Fernández, eurodiputado de la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas y miembro de la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios.

Benedicto también coincide es este punto. “Los tiempos de la Unión Europea son lentos, pero esta vez se ha respondido antes que en la última crisis y ha habido una mejor coordinación entre los estados”, explica. “La disculpa de Ursula Von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, a los países del sur fue muy acertada”, opina el profesor.
Cabe recordar que, a mediados de marzo, el Parlamento europeo aprobaba un paquete de hasta 37.000 millones de euros para emplear exclusivamente en gasto sanitario. “Aunque se hayan visto mascarillas chinas, el Parlamento europeo también ha hecho su parte y ha flexibilizado fondos para hacer frente a la crisis sanitaria”, defiende Fernández.
Además de material sanitario, la UE ha engrasado nuevos mecanismos para facilitar la llegada de ayudas, como el programa Sure. Se han movilizado hasta 100.000 millones de euros para que los países puedan financiar parte de los ERTE. “El objetivo es ayudar a Italia, España y a todos los demás países que han sido duramente afectados”, afirmó Ursula von der Leyen al anunciar la propuesta.
Por su parte, el Banco Europeo de Inversiones ha puesto sobre la mesa hasta 200.000 millones de euros en avales y garantías para que la banca comercial pueda acceder a crédito y el MEDE (Mecanismo de Estabilidad Financiera), puesto en marcha durante la última crisis del euro para reflotar a los países con déficits excesivos y entregarles financiación, ha flexibilizado sus requisitos con unos tipos de interés más bajos, según recuerda el eurodiputado Jonás Fernández. Mientras, el BCE, que iba a empezar a retirar los estímulos puestos en marcha durante el último periodo de crisis, ha dispuesto hasta 750.000 millones para la compra de deuda, tanto pública como privada.

Del mismo modo, el Consejo Europeo, reunido por videoconferencia, ha dado luz verde este jueves a un programa europeo que prevé la creación de un fondo de ayudas de hasta 1,5 millones de euros que será respaldado por el presupuesto plurianual de la UE. El presidente del organismo, el belga Charles Michel, se ha mostrado optimista y esperanzado ante el avance de las conversaciones para preparar la respuesta a la crisis económica que se cierne sobre de nuevo sobre el continente. “Hay un consenso entre todos los países sobre este fondo de reconstrucción. Pero todavía falta por concretar la cuantía del mismo”, explica Fernández. La idea de este nuevo mecanismo es lanzar una deuda europea a los mercados. “Anteriormente ya se había emitido deuda de esta forma, pero nunca una cantidad tan grande. Este acuerdo supone un mayor compromiso”, asevera el eurodiputado socialista.
La batería de medidas económicas no ha impedido que muchos ciudadanos europeos se hayan sentido desprotegidos en esta crisis. “A la UE le ha faltado comunicar mejor. Se ha centrado en los programas económicos y le ha faltado alma y proporcionar confianza. Es algo que se debe trabajar en el futuro, ya que la unión es mucho más que un club económico”, concluye Benedicto.