El mundo sufre de manera global una crisis energética potenciada por la invasión rusa del territorio ucraniano y Europa lleva meses padeciendo los problemas relacionados con el suministro de energía procedente de Rusia, país sometido a sanciones europeas por la intervención militar en Ucrania.
La búsqueda de una alternativa al petróleo y gas de Moscú hace que los principales países europeos hayan dirigido su atención a otros mercados y proveedores y ahí aparece con fuerza el norte de África, con Argelia y Marruecos como máximos exponentes. Un acercamiento económico llevado a cabo a través de esfuerzos diplomáticos.
De esta forma, países como Francia o Italia miraron rápidamente hacia Argelia, gran suministrador gasístico del Magreb. Mientras, España también se centró en Marruecos y en sus nuevos yacimientos energéticos, que están desarrollándose, y en sus conexiones gasistas. La nación italiana, además, ha buscado profundizar en los mercados energéticos de Angola, Egipto, Congo y Nigeria, mientras que los países de Europa occidental y Reino Unido también encontraron en el gas natural procedente de Estados Unidos (sector desarrollado gracias al fracking) una alternativa para sustituir al gas ruso. El Gobierno británico también ha buscado en el reino marroquí la opción de las energías renovables, donde el país norteafricano está aplicando muchos de sus esfuerzos, como quedó patente con la firma del reciente Pacto Verde con la Unión Europea. El objetivo del acuerdo europeo-marroquí consiste en reforzar la cooperación en la lucha contra el cambio climático y hacer avanzar los proyectos de transición energética y estimular la economía verde.

Marruecos se convirtió en el primer socio de la Unión Europea en suscribir el Pacto Verde, un conjunto de iniciativas políticas impulsado desde Bruselas y destinado a combatir los efectos del cambio climático. En un acto celebrado a mediados de octubre en Rabat, el ministro de Exteriores marroquí, Nasser Bourita, y el vicepresidente de la Comisión, Frans Timmermans, firmaron un Memorando de Entendimiento que fijaba las líneas de acción conjuntas en materia de transición ecológica. Ambas partes han buscado “fomentar la transición hacia una industria descarbonizada a través de la inversión en tecnología verde, la producción de energía renovable, la movilidad sostenible y la producción limpia en la industria”, según el Memorando de Entendimiento. Cabe recordar que Bruselas ya había invertido cerca de 700 millones de euros en el mercado de las energías renovables en Marruecos en los últimos años.
El Pacto Verde Europeo pretende garantizar que para 2050 hayan dejado de emitirse gases de efecto invernadero. El Memorando de Entendimiento firmado por Rabat y Bruselas apuesta por desarrollar las fuentes de energía renovable con el respaldo del sector privado. También prevé movilizar inversiones y estrechar el contacto con las distintas organizaciones financieras y con las agencias de cooperación europeas. Así, Marruecos quiere perfilarse como una alternativa sólida para los Estados europeos que tratan de dejar atrás los combustibles fósiles, algo que puede venir muy bien para evitar la dependencia actual de los hidrocarburos rusos.

Y es que la dependencia europea de Rusia siempre ha sido muy fuerte. Alemania depende de Rusia para el 50% de sus necesidades de gas natural, mientras que Italia depende del gas ruso en un 40%. Francia importa el 25% de su gas de Rusia y ha anunciado medidas para extender las estaciones regasificadoras, algo en lo que sí destaca España; también cabe recordar la fuerte apuesta francesa por la energía nuclear dentro del ámbito energético, una fuente energética que fue descartada en su día por Alemania, que abandonó la senda de la energía nuclear debido a la influencia de diversas políticas medioambientales, lo que provocó que el país germano quedase muy dependiente del gas ruso.
El economista marroquí Mohamed Nazif señaló que “los países europeos conocen sus intereses y los defienden, lo que marca esta tendencia hacia África para buscar alternativas a la energía”, como señaló el medio Al-Arab. Algo que se engloba en una estrategia a largo plazo establecida por los países europeos debido al alargamiento de la guerra en Ucrania, que se lleva desarrollando desde el mes de febrero.
África, y el Magreb en particular, gana importancia en materia energética y eso se demuestra con proyectos como el del gasoducto entre Marruecos y Nigeria, que ya está en fase de estudios técnicos y de ingeniería mientras se sigue con el proceso de recaudar fondos, una financiación que se calcula en torno a los 30.000 millones de dólares.

Esta infraestructura gasista pasaría por 13 países de África occidental antes de alcanzar Europa tras ver el proyecto la luz en 2016. El rey de Marruecos, Mohamed VI, en su discurso a la nación con motivo del 47º aniversario de la Marcha Verde, dio prioridad al proyecto de construcción del gasoducto entre el Reino y Nigeria expresando su compromiso de impulsar la prosperidad de África occidental: “Marruecos decide impulsar lo antes posible el proyecto del gaseoducto con Nigeria”, el cual recorrerá más de 7.000 kilómetros por la costa occidental atravesando 13 países del continente africano, finalizando su recorrido en Europa.
El monarca alauí destacó la importancia del gasoducto que conectará su país con Nigeria, resaltando que sus beneficios no se limitan a Marruecos, sino que es un proyecto estratégico que beneficia a los países de África occidental y a Europa, en una clara indicación de que este gasoducto será la opción más realista y la más cercana para el Viejo Continente, tras las dificultades originadas con el suministro ruso y los problemas diplomáticos de Argelia con naciones como España, debido en este último caso al apoyo español a la propuesta de Marruecos para la autonomía del Sáhara Occidental bajo soberanía marroquí. “Además de Marruecos y Mauritania, el gasoducto ofrece a los quince países miembros de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) oportunidades y garantías en materia de seguridad energética y de desarrollo socioeconómico e industrial”, indicó el monarca alauí. De esta manera, la energía será pagada a menor coste y algunos sectores como el eléctrico y el industrial verán rebajados sus costes de consumos. Una situación que mejorará la soberanía energética del país norteafricano.

Por otro lado, la Oficina Nacional de Hidrocarburos de Marruecos (ONHYM) y sus socios invirtieron 275 millones de dirham (25 millones de euros) en la exploración de petróleo en el país magrebí en los primeros nueve meses de 2022, como informó la agencia EFE. Las actividades de prospección se realizan en asociación con 11 empresas, en una superficie total de 207.423 kilómetros cuadrados en alta mar y en tierra, y están repartidas entre 58 permisos, dos autorizaciones de reconocimiento y diez concesiones de explotación. Esta vía petrolera también pretende mejorar la soberanía energética del Reino y hacer del país marroquí un objetivo más apetecible para los intereses energéticos europeos.

Por su parte, también se renovó el interés argelino-nigeriano por un antiguo proyecto de transporte de gas a Europa en el marco del denominado “Gasoducto Transahariano”, aunque ahora el principal interés está puesto en el gasoducto Nigeria-Marruecos. En este sentido, en septiembre, el ministro de Energía de Nigeria, Timipre Sylva, reveló que el Gobierno de su país "ha comenzado a implementar la construcción de un gasoducto para transportar gas a Argelia, que, a su vez, en una etapa posterior, lo transportará a países europeos". Las conversaciones sobre el proyecto del gasoducto Nigeria-Argelia en África comenzaron hace más de veinte años. Libia también ha expresado su voluntad de completar un gasoducto libio-nigeriano que se dirija a Europa.
Movimientos y acciones que ponen de manifiesto cómo Europa y África están cada vez más próximos en materia energética.