Marruecos cambia su política de subvenciones para acercarse a la modernidad económica

Redacción Atalayar
Foto: Abdelilah Benkirane
Marruecos ha dado un nuevo paso a favor de la plena modernidad económica al tomar la decisión de reformar profundamente su política de subvenciones a los productos de consumo masivo. El objetivo es frenar el alza del déficit público, que carcome las arcas fiscales del país, pero también profundizar en el proceso de modernización económica en el que entró el país magrebí desde la llegada al trono del rey Mohamed VI, en 1999. En el último quinquenio, Marruecos acumuló un déficit presupuestario y también comercial. La crisis económica que desde 2008 vive la Unión Europea (UE), que es un socio de primer orden y un gran inversor en el reino alauí, no ayudó al reequilibrio de las finanzas públicas y la balanza comercial marroquíes. La subida de los precios mundiales del petróleo y las malas cosechas en 2012 fuero otros dos elementos negativos. En 2012, el déficit publico alcanzó el 7,3% y el comercial el 23,8% del Producto Interior Bruto (PIB). Para invertir esta dinámica, el Gobierno del islamista moderado Abdelilah Benkirane decidió eliminar las subvenciones a la gasolina y al gasóleo industrial, excepto el que se utiliza para la producción eléctrica, y reducir la ayuda directa al gasóleo de uso común de 0,9 euros el litro a 0,07 de aquí a octubre de 2014. Las subvenciones al butano, sin embargo, se mantienen, aunque este producto y el gasóleo industrial para uso eléctrico representaron el 1,8% del PIB en 2012. Estas medidas refuerzan la línea que el Gobierno de Benkirane adoptó el pasado mes de septiembre cuando decidió racionalizar el precio de la gasolina y del gasóleo de uso doméstico. Según los expertos, la política de subvenciones, aunque tenga un fuerte apoyo popular, entorpece el buen desarrollo de la economía e impide que Marruecos dé el salto hacia un sistema productivo moderno y competitivo y alejado de los viejos parámetros defendidos por el Majzén (poder tradicional) desde la independencia del país de Francia y España en 1956.
Los gobernantes marroquíes se han dado cuenta que el endeudamiento es insostenible y convierte a Marruecos en un país vulnerable a las crisis internacionales. Marruecos no tiene petróleo y depende del exterior en el ámbito energético y alimentario, sobre todo en cereales, azúcar y otros productos básicos para la población. Es por esto que el Ejecutivo de Rabat trabaja para reequilibrar las finanzas públicas, racionalizar los gastos y reducir las subvenciones. La oposición y los sindicatos no ven con buenos ojos estas reformas, porque aseguran que dañan a los sectores más humildes de la población, y Benkirane ha tenido problemas con algunos socios de coalición. Estas reformas provocaron una grave crisis gubernamental y obligaron a Benkirane a remodelar su Gabinete en octubre de 2013. Las subvenciones en los sectores financiero y alimentario se acercaron a los 5.000 millones de euros en 2012, lo que representó el 6,4% del PIB. Estas subvenciones se asemejaron al presupuesto del Estado en materia de educación y sanidad. El Gobierno piensa que este año podrá reducir en unos 3.000 millones los gastos en subvenciones. De aquí a 2016 el Gobierno se ha fijado el objetivo de rebajar esta partida al 3% del PIB. Es en gran medida es lo que aconsejan organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI). La reducción de las subvenciones, según cálculos gubernamentales, tendría un impacto positivo en los costos del transporte. El Gobierno también tiene previsto reformar el IVA y el sistema tributario, así como las aportaciones de los funcionarios a la hacienda pública, y eliminar las desgravaciones fiscales a las grandes empresas del sector agrario.
En este contexto de reformas, el FMI defendió esta semana el gran progreso económico que experimenta Marruecos. La directora general del FMI, Christine Lagarde, destacó en Rabat la modernización de Marruecos y animó a las autoridades marroquíes a seguir en el mismo camino “para alcanzar una mejor estabilidad financiera y un buen marco macroeconómica, con el fin de seguir desarrollando y crear un progreso en el empleo”. Lagarde hizo estas declaraciones en rueda de prensa tras su entrevista con el ministro de Economía y de Finanzas, Mohammed Busaid. Lagarde destacó que la Línea de Precaución y Liquidez (LPL) conseguida por Marruecos ante el FMI constituye “una especie de seguro” para seguir desarrollando la estabilidad financiera y las reformas del sistema. La directora general del FMI se entrevistó en Rabat con varios responsables políticos y económicos marroquíes, entre ellos, Abdelilah Benkirane. Además, visitó en Casablanca la Universidad Internacional, el recinto Technoparc y el Centro Cultural del popular barrio de Sidi Mumen.