La nueva versión del 'fracking' que podría tumbar el precio de la gasolina

Pedro Ruiz/EstrellaDigital.com

La evolución tecnológica de la fractura hidráulica permite que los pozos puedan sobrevivir por debajo de los 50 dólares y estos encadenan tres meses de crecimiento de la producción. Ahora, la OPEP deberá decidir si prefiere competir y mantener precios o vuelve a las trincheras de bajos precios

La guerra sigue abierta, por suerte para los consumidores. La batalla por la cuota de mercado en el mundo del petróleo ha entrado en una nueva fase. Mientras los productores tradicionales –reunidos bajo el nombre de la OPEP- se afanan en llegar a acuerdos para congelar la producción que ninguno cumple, los no tradicionales –los productores a través de 'fracking' (fracturación hidráulica)- son cada vez más competitivos a menores precios.

Al calor del barril por encima de los 100 dólares, nació el 'fracking' y desde entonces la evolución ha sido constante. Los muchos avances han permitido a la industria ser competitivos a precios difícilmente imaginables anteriormente.

La fractura hidráulica sigue funcionando igual: consiste en inyectar agua a muy alta presión para resquebrajar la roca para posteriormente inyectar arena con la que poder mantener abiertas las grietas y extraer petróleo. Pero a medida que ha avanzado la tecnología, las cantidades han aumentado de manera exponencial. Con la nueva versión del 'fracking' se producen hasta un 700% más de fracturas.

Eficiencia y coste por encima de todo

Con el petróleo por encima de los 100 dólares, la todavía incipiente tecnología del 'fracking' era más que rentable. Ello llevó a un ‘boom’ de inversión que superó el billón de dólares y que disparó la producción. Eso provocó que un país enorme como Estados Unidos no solo se convirtiera en autosuficiente, sino que se dispusiese a exportar petróleo. A esos precios el 'fracking' se convirtió en una fuerte competencia para la OPEP.

La respuesta de los productores tradicionales se hizo esperar pero fue fulminante: optaron por la superproducción, es decir, inundar el mercado. A más oferta y la misma demanda, obviamente el precio baja. El barril inició una espiral descendente que lo situó en niveles que no se veían en muchos años. A precios tan bajos, el 'fracking' ya no era rentable y muchos pozos se desenchufaron.

Pero nada puede parar la tecnología y los pozos que antes no eran rentables a 80 dólares, lo son ahora a 45 dólares. Morgan Stanley o Goldman Sachs han emitido diversos informes en los que ratifican que el 89% de la producción en Estados Unidos ya es rentable a ese precio. Además, las mismas plataformas que hace años incrementaron sus precios por diez –durante el 'boom'- ahora se alquilan por un 40% inferior al precio inicial, según Baker Hughes, Halliburton o Schlumberger.

A 50 dólares, EEUU aumenta producción

El proceso de mejora en el coste marginal y de la productividad que ha sufrido el sector en Estados Unidos es largo, cómo reflejan empresas como Simmon o Jefferies. La guerra de precios que situó el petróleo en los 30 dólares supuso un importante golpe a la industria y quebró a muchas empresas. Pero la gran mayoría eran empresas muy endeudadas e ineficientes.

Pese a que han caído un importante número de empresas endeudadas, otras más eficientes las han absorbido. Se debe recordar, que las empresas pueden caer pero los pozos continúan. La guerra supuso una caída de la producción de cerca de 500.000 barriles diarios pero la mejora de la tecnología ya supone una mejora de la produccióm.

La producción en Norteamérica ya ha vuelto a superar los nueve millones de barriles diarios. El número de plataformas y perforadoras en acción que se alquilan y se utilizan lleva más de tres meses creciendo. Todo ello, obviamente conlleva a una mayor producción y de nuevo una guerra por cuota de mercado, mientras el petróleo siga cercano a los 50 dólares.

¿Nueva bajada de precios?

El precio del petróleo inició desde el pasado mes de febrero una fase de ascenso que le ha llevado a máximos anuales por encima de los 50 dólares. Las reuniones de la OPEP, los rumores y compromisos de congelación han permitido que por primera vez el precio del barril supere la resistencia clave pero no está claro que pueda aguantar ese nivel.

Entre los factores que podrían volver a tumbar el precio del crudo sobresalen dos: en primer lugar, la guerra de intereses –también dentro de la OPEP- sigue abierta y a este precio muchos pozos de 'fracking' ya son rentables. En segundo lugar, la propia realidad económica, la demanda y la eficiencia evolucionan hacía un mundo que cada vez necesita menos petróleo.

De hecho, dos ejemplos recientes ponen de relieve este pensamiento. En septiembre la OPEP bombeó 33,4 millones de barriles al día, el máximo en ocho años. Además, la demanda parece más débil de lo que se cree tras conocer el estado de las exportaciones chinas.

El pasado 28 de septiembre la OPEP llegó a un principio de acuerdo, el primero en muchos años, para congelar la producción entre los 32,5 y 33 millones de barriles. Esa cifra es la que considera que equilibra el mercado, pero un gran número de expertos no se cree que los países implicados respeten el acuerdo.

Arabia Saudí e Irán mantienen su pugna por la cuota de mercado y por el poder en la región. Irán incluso quiere multiplicar por tres su producción en los próximos cinco años. Por otro lado, Irak se ha mostrado contrario al acuerdo. Y por último, cómo ya se ha visto estos precios dan alas al 'fracking', justo lo que quiere evitar Arabia Saudí.

Todo se emplaza a noviembre, mes en el que se celebra el Congreso Mundial de Energía en Estambul. Por un lado, Irak ya ha avisado de que no asistirá por ser contrario al acuerdo.  Por otro, los propios países observarán cómo evoluciona el resto. Si han cumplido con la congelación pactada, si han proseguido con la producción normal y la evolución de la nueva versión mejorada del 'fracking'. 

Más en Economía y Empresas