El precio del trigo duro sube en Marruecos por la caída de la producción en Canadá

El cambio climático está comenzando a afectar seriamente a la producción agrícola internacional. Según ha informado en un comunicado de prensa Abdul Qadir Al-Alawi, presidente de la Federación Nacional de Molinos de Marruecos, el precio del trigo duro (el que se utiliza para extraer harina de sémola, con la que se elaboran productos de pasta y cuscús) se ha encarecido notablemente en los últimos meses.
Como señala Al-Alawi, el mercado del trigo tradicional es muy estable, ya que el precio del quintal alcanza los 300 dirhams (27,4 euros) como máximo, mientras que en los mercados mundiales se está registrando una clara subida de los precios del trigo duro, que actualmente ronda los 600 dirhams (54,8 euros).

“Este asunto está relacionado principalmente con los problemas climáticos que sufre Canadá, al ser el primer proveedor mundial de trigo duro”, explica el comunicado de la Federación Nacional de Molinos.
En efecto, la producción de trigo de Canadá se encuentra en una situación crítica, a causa de los bajos niveles de precipitaciones que se han registrado durante los últimos meses.
Concretamente, en las provincias canadienses de Alberta y Saskatchewan, que aglutinan el 78% de la producción de trigo del país, la situación es muy preocupante a causa de la sequía y la subida de temperaturas. Los expertos alertan de que el índice de humedad del suelo en estas regiones es el más bajo de los últimos cinco años.

El déficit de producción de trigo duro en Canadá a causa de la sequía ha provocado un efecto en cadena que ha elevado los precios de esta materia prima en Marruecos, así como de sus productos derivados.
El problema, según explica Abdul Qadir Al-Alawi, es que no es posible reemplazar las importaciones de trigo duro canadiense por otros proveedores, debido a la elevada dependencia de los consumidores marroquíes de este producto.
El trigo duro procedente de Canadá se procesa en Marruecos para fabricar productos de pasta de sémola y cuscús, que luego se exportan a diversos países europeos, donde cuentan con una sólida reputación.

La situación de las reservas de trigo duro en Marruecos también es crítica: según Al-Alawi, las reservas nacionales apenas alcanzarán para un periodo de dos a tres meses, como máximo.
El país sufrió el año pasado una de las peores sequías de las últimas décadas, lo que provocó una caída de un 60% en la producción de cereales, desde los 10,4 millones de toneladas de 2021, a apenas 3,3 millones.

Además, durante el último año Marruecos ha tenido que lidiar también con la subida de los precios del trigo tradicional a niveles récord, tras la invasión de Ucrania por parte de Rusia, que ha revolucionado el comercio mundial de este cereal.
Según los últimos datos del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, se espera que Marruecos produzca este año unos 3 millones de toneladas de trigo común, un millón de toneladas de trigo duro y 1,3 millones de toneladas de cebada.