Los reveses diplomáticos se suceden a un ritmo alarmante. Tanto es así que el régimen argelino ha decidido boicotear todas las conferencias internacionales, incluso las organizadas por amigos y aliados como Rusia. Esta última acaba de infligir a su antiguo aliado una bofetada que no esperaba

La 6ª conferencia de cooperación árabe-rusa en Marrakech a disgusto de Argel

PHOTO/TWITTER/X/MAROC DIPLOMATIE/@MarocDiplomatie – Aziz Akhannouch y Vladimir Putin
PHOTO/TWITTER/X/MAROC DIPLOMATIE/@MarocDiplomatie – Aziz Akhannouch y Vladimir Putin

Mañana, miércoles 20 de diciembre, se inaugurará en Marrakech la 6ª Conferencia de Cooperación Ruso-Árabe. Esta conferencia reunirá a los ministros de Asuntos Exteriores de los países árabes con su homólogo ruso Serguei Lavrov, en virtud del acuerdo firmado en 2009 por la Liga Árabe y la República Federal Rusa. 

En definitiva, una reunión ordinaria si no fuera por el lugar elegido por Rusia en abril de 2019 para la 5ª edición, que se celebró en Moscú. Esto fue mucho antes de que el dúo Tebboune y Chengriha llegara al poder y las relaciones entre ambos países se agriaran.  

La elección de Marrakech significa que la conferencia se celebrará ahora sin la participación de Argelia. Es una forma de que los dirigentes argelinos expresen su descontento y decepción a sus “amigos” rusos. Al no haber digerido todavía el rechazo a la candidatura de Argelia para unirse a los BRIC,  los argelinos acaban de sufrir una segunda bofetada de su aliado tradicional, que eligió al que consideran aliado de los estadounidenses. En consecuencia, los marroquíes han redoblado sus esfuerzos al ganarse la amistad de los dos mayores antagonistas del mundo. Toda una proeza de la diplomacia marroquí que no ha sentado nada bien a su vecino occidental. 

Evidentemente, y salvo sorpresas de última hora, el régimen de Argel boicoteará esta reunión, al igual que boicoteó la 47ª Conferencia de Líderes Árabes de Policía y Seguridad, celebrada en Tánger los pasados días 6 y 7 de diciembre.  

No es la primera vez que el Gobierno argelino boicotea reuniones celebradas en países con los que ya no apoya a Marruecos. Por ejemplo, boicoteó la cumbre árabe-islámica celebrada en Riad el 11 de noviembre, que estaba dedicada a la situación en Gaza y brindaba la oportunidad a todos los Estados que apoyan la causa palestina de pedir un alto el fuego y la ruptura del bloqueo israelí de la Franja de Gaza. Argel siempre ha proclamado alto y claro su apoyo a la causa palestina. Pero, cuando se trata de unirse a otros Estados en la defensa oficial y efectiva de esta causa, guarda silencio. 

Argel también boicoteó la COP28 organizada por Dubái del jueves 30 de noviembre al martes 2 de diciembre. Ni la más mínima representación a ningún nivel. Como si los dirigentes estuvieran enfadados con todo el mundo. Parece que los dirigentes argelinos se autoexcluyen de la escena internacional, donde consideran que no tienen cabida.